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Domingo 27 de octubre de 2002 | |
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"Z" |
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Por Arnaldo Paganetti
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| Se comportan como carniceros, aunque se proclamen predicadores de la paz. Hablan de un proyecto nacional, de gestiones productivas, de pesos y contrapesos sociales y del fin de los conflictos intestinos. Sin embargo, sus actitudes conducen a destruir el escenario democrático, porqué en el medio de un tenue respiro económico y de un acercamiento con los organismos internacionales de crédito, favorecen los enredos judiciales, la grosera incertidumbre electoral y el desinterés de la gente por votar. Pintada como está la oposición no peronista, el Partido Justicialista desató lo que en la cruda descripción de un alto funcionario del Ministerio del Interior se considera una exhibición "de fierros" por parte de seguidores de Carlos Menem (el menos débil de todos), Eduardo Duhalde y Adolfo Rodríguez Saá, empeñado éste en decir que los "irresponsables" son los otros dos y que él es un dechado de patriotismo. Si es cierto que el poder teme y rechaza el vacío, es lógico conjeturar que habrá intentos desordenados por llenar las estructuras institucionales tan desprestigiadas y resurgirá con fuerza el debate sobre los modelos de desarrollo. Y en este punto será prácticamente imposible desconocer la influencia de Estados Unidos y de las naciones industrializadas, como lo acepta incluso Duhalde, quien si bien niega los pretensiones descomedidas del FMI, acepta que hay que hacer un acuerdo para "no caerse del mundo". Un menemista que repudia las malas compañías de su "jefe" consideró que la conformación de la alianza con Juan Carlos Romero, el gobernador de Salta, al margen de darle el apoyo del movimiento federal (las patas flojas serían, nada menos, que Buenos Aires, Córdoba, Capital Federal y provincia de Buenos Aires), servirá para consolidar un nexo con la administración republicana de George Bush. El vocero recordó que Romero funciona como un "depurador", a pesar de la "leyenda negra" que pesa sobre su padre (muerto en un sospechoso accidente) a raíz de supuestos negocios relacionados con el narcotráfico. Hoy, el salteño mantiene una buena relación con el embajador norteamericano James Walsh y viajó incluso a la capital imperial cuando se postulaba a la Presidencia de la Nación. No son desconocidos los lazos de Menem con la familia Bush, pero tampoco las señales nítidas de la administración republicana contra los gobiernos corruptos. Otto Reich hasta mencionó al riojano con nombre y apellido en un reportaje concedido en Miami. A través de Romero, Estados Unidos iría purificando el entorno menemista, como acaba de admitirlo Cecilia Bolocco. La esposa del ex Presidente, no obstante, fue cuidadosa. No se refirió a expulsiones, sino a un proceso de renovación que iría alejando a los más sospechados, entre ellos Ramón Hernández, al que se le atribuye el papel de "testaferro" en las cuentas malhabidas depositadas en el exterior, en especial en Suiza. En la ciudadela de Rodríguez Saá son impiadosos con Menem y Duhalde, a los que acusan de querer repartirse la torta. Pero no tienen límites a la hora de juzgar el movimiento que determinó el avance Romero. "Lo mandó el Departamento de Estado, como parte del plan Z, el último para impedir que Adolfo acceda a la Rosada. Menem es una opción no querida por Estados Unidos - razona uno de los más estrechos colaboradores del puntano -, pero como se cayeron todas las esperanzas blancas, usaron como rueda de auxilio a Romero, un hombre de ellos". Menemistas y adolfistas coinciden que Romero estuvo en la mira de la DEA, pero que ya "blanqueó" su pasado. Los duhaldistas más moderados, que a esta altura se inclinan por "alambrar" la provincia de Buenos Aires e instar a su líder a seguir manejando la "caja" (los fondos de coparticipación, a cambio de su lucha sin cuartel contra Menem), admiten que en esta etapa Romero servirá como "elemento compensador" que hará a un lado a los "indeseables" e irá sumando a los bien vistos por el establishment, sin importar que transiten por otros andariveles, como Ricardo López Murphy. La semana pasada sirvió para oficializar a Menem y Rodríguez Saá como competidores "por dentro". Néstor Kirchner hizo saber que iría por fuera, "algo históricamente negativo", de acuerdo con el criterio verticalista de "no sacar los pies del plato". Y José Manuel De la Sota, al que hasta el duhaldista Aníbal Fernández le soltó la mano, volvería a Córdoba para no prestarse a más manoseos. La jueza María Servini de Cubría, la misma que anuló las internas abiertas y simultáneas, suspendió el congreso extraordinario del PJ que iba a sesionar el próximo martes. El duhaldismo, sin control del partido, espera que la Cámara Nacional Electoral, restablezca ese mecanismo para el próximo 15 de diciembre. Las idas y vueltas lo único que harán es postergar la transparencia y agigantar la confusión En medio de escándalos sexuales, secuestros y asaltos con tomas de rehenes, la consecuencia del frustrado proceso a la Corte de Suprema de Justicia en masa, terminó provocando la dimisión del juez menos cuestionado, Gustavo Bossert. Mostró, además, la avaricia de los distintos sectores por reemplazarlo prematuramente. Cómo hará Duhalde para que la acepten su renuncie indeclinable con fecha del 25 de mayo si el Congreso es una fotografía cortada en mil pedazos? ¿Qué explicará Carlos Reutemann, a quien el pampeano Rubén Marín atribuyó favorecer el clima beligerante, para fundamentar no ya su negativa a aceptar lo que todos le piden (hacerse cargo del timón), sino su incapacidad palmaria para unificar al tumultuoso movimiento de Perón? El desinterés y la incredulidad general agigantan la posibilidad de un poder absoluto y desconocido. La Argentina está sin pastor, Y sometida al riesgo de los lobos y de la sequía, a los que habrá que vencer para salir del prieto presente. |
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