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Sábado 5 de octubre de 2002 | ||
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Balearon a un jubilado en Viedma durante un robo |
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Desconocidos ingresaron a su casa durante la madrugada de ayer. Le pegaron dos tiros. Un proyectil quedó en la pared del corazón. Un sospechoso fue detenido en la calle y cinco, en allanamientos. |
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A punta de revólver regresó a la habitación. Los delincuentes lo tiraron sobre la cama y a los gritos le pedían dinero. Rousiot respondía que aún no había cobrado mientras su mujer, que se ocultaba debajo de las sábanas, le pedía a los delincuentes que se llevaran lo que quisieran pero que se fueran. Lejos de acatar el desesperado pedido de la mujer, los desconocidos comenzaron a golpear a su marido a tal punto que Rosa se incorporó y tomó a uno de los delincuentes de la cabeza incrustando sus uñas en el extremo de una de las cejas. Esta actitud provocó la reacción del desconocido que golpeó de un puñetazo a la mujer en la cara. En ese momento se desató un feroz forcejeo de tal magnitud entre los cuatro, que se partió el respaldo de la cama. El matrimonio se defendió de todas las maneras posibles hasta que uno de los delincuentes disparó el arma que portaba. Las detonaciones fueron seguidas de la huida de los desconocidos a los que la mujer persiguió por la casa. Rompieron el vidrio de una ventana y se dieron a la fuga. Cuando Rosa regresó a la habitación su marido le indicó que estaba herido y que pidiera auxilio. La mujer gritó a sus vecinos, mientras ayudaba a su esposo a sacar el auto del garage. Rousiot manejó hasta el Zatti, donde se encuentra internado en la sala de terapia intensiva. Los médicos adelantaron que será necesaria una intervención quirúrgica para extraer el proyectil de la pared del corazón. El otro afectó uno de los brazos de la víctima. El primero de los detenidos fue apresado en la vía pública cerca del mediodía. Según se supo tenía la ropa manchada de sangre tanto como la suela de las zapatillas, cuyas huellas coincidirían con las dejadas en el lugar del hecho. Los otros cinco fueron detenidos en dos allanamientos realizados en el barrio Inalauquen de Viedma. Las edades varían entre 18 y 24 años. Cuando a última hora de la tarde de ayer los trasladaban desde la comisaría a Tribunales aún tenían dificultades para caminar aparentemente por efectos del alcohol o la droga. Uno de ellos, al advertir la presencia del reportero gráfico de "Río Negro", levantó su mano con el gesto de cuernitos apuntando hacia donde provenían los típicos disparos de la cámara fotográfica. Rosa Parra participó de una rueda de reconocimiento. Además trascendió que antes del hecho y a pocas cuadras del lugar, policías que recorrían las calles en bicicleta identificaron a dos hombres que serían los presuntos autores. Esto habría agilizado las detenciones. |
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