Martes 15 de octubre de 2002
 

La selección argentina llegó hasta donde podía

 

Medir su actuación por no lograr clasificar para las semifinales o haberle ganado a Italia sería una simplicidad, aunque también es cierto que algunas cosas deberán mejorar de cara al futuro.

  BUENOS AIRES (DyN) - A la hora de analizar lo sucedido con la actuación de la Argentina en el Mundial de vóley, será imprescindible tener en cuenta varios factores, para no caer en los extremos y evitar elogios o críticas desmesuradas.
Por jugadores y circunstancias, el seleccionado argentino llegó hasta donde podía. Medir su actuación por la simple circunstancia de no acceder a las semifinales, o no haberle ganado a Italia el partido por el quinto puesto, sería una simplicidad.
Visto el nivel exhibido el pasado domingo en la final por Brasil y Rusia, quién se atrevería a poner en duda que esos equipos tienen un juego superior al del conjunto dirigido por Carlos Getzelevich.
Ante esta realidad, el equipo argentino puso entrega y solidaridad, especialmente aquellos que no ingresaban como titulares como el caso de Hernán Ferraro, para sacar adelante algún partido que se venía complicado.
Esto, por supuesto, no impedirá realizar algunos cuestionamientos al entrenador y sus jugadores. En el debe de Getzelevich quedará anotado el no haber podido corregir, ya sea por falta de tiempo, elemento humano o carencia propia, algunas falencias que quedaron expuestas durante la Liga Mundial, como la irregularidad en el juego y la falta de una alternativa para Marcos Milinkovic, cuando el rival lo neutralizaba.
La influencia de estas carencias en el resultado final, aunque quizá sea mejor referirse a su influencia en el partido ante Francia porque fue el que cambió la historia, es relativa, ese día los franceses jugaron a un gran nivel, y casi todo el triunfo fue mérito suyo.
El Mundial ya es historia, y ahora el mayor peso de la tarea recaerá sobre los dirigentes de la Federación Argentina de Vóley, quienes deberán aprovechar la experiencia cosechada en este proceso y no dejar que eso quede en la nada.
Por supuesto la tarea no será fácil, porque no será sencillo encontrar un reemplazante con el ascendiente de Hugo Conte, también será complicado construir un equipo sin Marcos Milinkovic, el mejor jugador argentino.
En contrapartida, aquel que tome las riendas del equipo, siempre y cuando Getzelevich decida no seguir, encontrará material humano para iniciar la tarea, y eso también importa.
   
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