Domingo 27 de octubre de 2002
 

Mejor con la palabra

 
  Cuando uno elige hablar de un folclorista, que además es autor de una larguísima lista de letras, tiene la opción de elegir también si se queda con el cantante o con el que escribe. Porque, claro está, no es lo mismo hablar de un intérprete que hacerlo de aquel que a lo mejor está en boca de todos por sus letras.
Y se da el caso de aquellos que logran conjugar ambas cosas para ponerle a cada palabra el sentido exacto que se buscó cuando apareció la letra. Vendría a ser la conjunción perfecta, aunque poco frecuente.
En la Argentina sobran los ejemplos de excelentes autores de temas inolvidables que en muchísimos casos no cantaron.
Y del elegido de hoy me quedo con el autor, con el que escribe, no porque a la hora de cantar no sea de los buenos, sino simplemente porque da para otro análisis muy distinto al que podríamos hacer en esta oportunidad.
Horacio Banegas es probablemente quien lleva con mayor calidez a las letras lo que muchos sentimos, sobre todo cuando el paso de los años permite ver de lejos los recuerdos.
Banegas es un gran contador de historias de vida, con letra y música, pero que en definitiva son historias que bien podrían componer las páginas de un libro. Contar historias no es cosa fácil, sobre todo cuando contarlas se traduce en visiónes casi reales. Y Banegas lo logra a la perfección.
Sin embargo, el propio Horacio Banegas, un santiagueño sinónimo de folclore, se empeñó a lo largo de su dilatada carrera en sostener y demostrar que nació para cantar, como tituló a uno de sus trabajos.
Banegas, hoy solista, pero con experiencia amplia también en conjuntos, hizo en un tema la síntesis casi perfecta de una infancia pobre. Y lo hizo tan bien que tiene la virtud de generar emociones cargadas de realidad. "El Huaino de mi Infancia" resume muchas cosas en común para vidas como las suya, o la de cualquier otro.
Escucharlo es imaginar, porque eso es lo que logra con sus temas, llevarnos a terrenos cargados de magia y picardía de niño, con emociones que sólo puede generar un buen recuerdo.
Horacio Banegas ya estuvo en cuanto festival folclórico se hizo en el país, siempre con excelente crítica y con temas que pegaron en el público e hicieron historia.
A lo largo de su carrera compartió escenarios con Alfredo Abalos, Sixto Palavecino, Jacinto Piedra, Peteco Carabajal, y otros calificados hombres del folclore.
Cuentan quienes lo conocen compartiendo escenarios que hace de la solidaridad casi un símbolo y que en no pocas oportunidades les dio a grupos o solistas nuevos el impulso que necesitan para estar en primer plano. Claro, lo hace en silencio, como aquel que sabe que ese gesto tiene sólo el fin amistoso.
Banegas no tiene ningún reparo en acercarse y elogiar a cuanto folclorista joven demuestra que tiene futuro en ese ámbito, como lo hizo en decenas de festivales en el interior del país, ámbito propicio para conocer nuevos valores.
El solista santiagueño no sólo es responsable de haber desparramado el folclore, su folclore, en cuanto festival visitó, sino también haber llegado a Bélgica, España y varios países de latinoamérica donde dejó su mensaje a la vida, a la tierra, al folclore mismo.

Jorge Vergara
jvergara@rionegro.com.ar

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación