Sábado 26 de octubre de 2002
 

INUIT

 

Los inuit administran el territorio nacional de Nunavut desde abril de 1999. Viven allí 27 mil aborígenes, en pequeñas poblaciones prácticamente sin comunicaciones, en una economía de subsistencia y asistidos por el gobierno de Canadá.

  Veintisiete mil inuit habitan un territorio de casi dos millones de kilómetros cuadrados donde viven de la caza del caribú y de la pesca de ballenas, focas u otros mamíferos marinos.
Son un pueblo con costumbres y culturas del siglo XIX en los comienzos del tercer milenio.
Su tercera fuente de recursos es el Estado canadiense, que subsidia la salud, la educación y el transporte, y los provee del dinero adicional al que obtienen como guías para los pescadores que se arriesgan a la variante de turismo de aventura en el paisaje ártico al norte del paralelo 60.
Desde el uno de abril de 1999 esas tierras, que son la quinta parte de la superficie de Canadá, constituyen un "territorio nacional", Nunavut, con un estatus similar al que tenía Neuquén antes de la provincialización, sólo que sus autoridades, los representantes de la comunidad, son aborígenes que están en esa infinita blancura desde hace no menos de seis mil años: son un pueblo originario.
Janice Seto, una docente de 37 años que enseña en el Nunavut Arctic College con sede en la ciudad de Rankin Inlet y en el Ontario College of Teachers, disertó sobre la diversidad político cultural en el Estado-nación canadiense en Neuquén. Seto coordinó un taller de dos días la semana pasada, invitada por el Centro Canadiense del Comahue y la dirección de Educación Continua de la UNC.
Dijo que el territorio nacional Nunavut -que significa "ésta es nuestra tierra" en la lengua aborigen, el inuktitut, y es la primera coincidencia con los mapuches-, ocupa parte de la antigua región del noroeste de Canadá, donde durante seis años "se produjo una transición gradual hasta la independencia" por la que peleaban.

Indicó que entre "territorio y provincia existe una sutil división", y estableció una analogía a la que existe, en los Estados Unidos, entre Florida y Puerto Rico, que es un protectorado. Nunavut limita con Manitoba al sur, su frontera occidental es con los territorios del Noroeste y al este la provincia de Quebec. Al norte, sólo el polo y Groenlandia al nordeste.
Los inuit -o "la gente" en inuktitut, otra correspondencia con los mapuches- "hacen todo por sí mismos: recaudan sus impuestos, recurren al Estado cuando deben solicitar apoyos". Se diferencian de los lapones porque su principal sustento es el caribú no domesticado "sino salvaje, y no son los renos".
Las actividades económicas principales son la caza del caribú -del que obtienen además del alimento, los guantes, el calzado, sus gorros- y la pesca, y también "el subsidio estatal", que les permite contar con dinero para adquirir otros bienes.
La capital es Iqaluit y tiene seis mil habitantes, no hay más de 21 kilómetros de carreteras y las comunicaciones entre las pequeñas comunidades inuit oscilan entre el primitivismo más absoluto -trineos- o la modernidad -avión o teléfono satelital-. Seto, hija de padres chinos llegados de Hong Kong, no se acostumbra por completo a la alimentación inuit, carente de frutas y verduras y basada en la carne del caribú o de pescado. Todavía añora la comida de sus ancestros, que le llega vía aérea cada dos semanas en un viaje desde Vancouver -el aeropuerto más occidental del país- hasta su lugar de residencia, Rankin Inlet, en la bahía de Hudson.
La gente debe emigrar para estudiar, dijo Seto, pero ocurre con frecuencia que tienen "problemas de arraigo y vuelven a Nunavut, porque no se adaptan, su cultura los llama". Finalmente, reinician los estudios luego de muchos intentos. Son mayoría de varones, las mujeres saltean la adolescencia y son madres desde los 14 ó 15 años y quedan como jefas de hogar con numerosos hijos al llegar a la edad madura, en familias cerradas.
Consideran "un honor, una bendición" ser prolíficas, indicó Janice Seto, porque "antes había mucha mortalidad infantil". Como ejemplo, mencionó el pueblo de Arviat, ubicado también sobre la bahía Hudson, que, con dos mil habitantes, "el año pasado tuvo 200 nacimientos".
Los problemas sociales principales son "alcoholismo, tabaquismo, el juego compulsivo, las drogas y el suicidio". El Estado canadiense es "de bienestar, y proporciona un buen sistema de salud".
Existe un régimen de "flying doctors" que recorren en avión las ciudades periódicamente y según un diagrama preestablecido.
"Para ellos, lo más importante es la relación con los otros inuit", dijo Seto, que "con el resto de los habitantes de Canadá". Sin embargo, en la década reciente, muchos varones se instalan en Nunavut en busca de una vida más próxima "a la naturaleza, menos compleja". Allí, "están en pequeñas ciudades" donde trabajan en organismos públicos o instituciones educativas "y se casan con las chicas inuit".

Gerardo Burton
gburton@rionegro.com.ar

Aunque nómades, desarrollaron la escritura

Aunque nómades, los inuit desarrollaron una escritura con alfabeto y caracteres propios.
Por ejemplo, el "Kivalliq News" se edita en inglés e inuktitut -dos de los cuatro idiomas que se hablan en Nunavut, los otros son francés e inuinaktun- en Rankin Inlet, pero se imprime en Yellowknife, a unos mil kilómetros de distancia, en los Territorios del Noroeste.
Según Janice Seto, los estudios indican que los inuit, con los lapones y los esquimales -de quienes siempre marcan diferencias- son de la misma corriente migratoria que originó hace milenios a los rusos y a los chinos.
De su escritura quedaron testimonios como los recopilados por el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal en su "Antología de la poesía primitiva". La mayoría son oraciones o poemas que acompañan a las canciones y los rituales religiosos.
Por ejemplo, cuando repite en letanía su plegaria para que se calme la violencia del mar: "¡Ah, que por fin se calmara,/el mar en el fiord de Sermilik,/que por fin se calmara!//¡Ah, que se llenara de luz,/el rincón más profundo del fiord de Sermilik,/que se llenara de luz!".
Como la mayoría de las culturas de cazadores nómades, en las comunidades inuit gobierna el más anciano, que no tiene categoría ni función de jefe, y el sanador, profeta y sabio es el chamán que tiene el contacto directo con la tierra y los elementos naturales. Puede haber más de uno en la comunidad, y son varones o mujeres que "tienen la visión, porque chamán se nace, no se hace".
Los inuit fueron los inventores del kayak -es una palabra de su diccionario- y del iglú, donde viven si hay nieve suficiente para construirlo. De lo contrario, habitaban en tiendas hechas con cueros de los animales que cazaban -osos, búfalos-.
También desarrollaron el arte de esculpir la roca y de tallar amuletos para sus chamanes en los huesos de las ballenas, las focas otros animales. Las mujeres fabricaban la ropa -botas, casacas, pantalones, gorros-con cuero, piel, plumas y pelo.

Sin caminos, sin automóviles

Janice Seto contó que en febrero pasado tomó vacaciones y dejó Rankin Inlet para ir a visitar a sus padres a Victoria.
Cuando salió "hacía 41 grados bajo cero" en ese territorio donde "no hay caminos entre ninguna de las 28 comunidades, y tampoco que comuniquen a Nunavut con el resto de Canadá".
Los automóviles, camiones, colectivos y trenes no cortan el paisaje de la tundra. Sólo trineos, manadas de caribúes y bisontes en la soledad blanca.
El ártico es seco: no hay vegetación que crezca más alto que una silla, explicó Seto, "y eso ocurre solamente en los dos meses del verano, cuando el hielo se derrite en la bahía Hudson".
Es seco y árido: demasiado frío "para albergar árboles y menos todavía para la agricultura". Entonces, la alimentación básica es la carne, a la que los inuit han adaptado su metabolismo tras siglos.
Los costos de los productos convencionales son altísimos: el papel higiénico cuesta un dólar por rollo y con 14 dólares se adquiere un sachet de leche de 4 litros.
En Nunavut, el gobierno es elegido por los residentes del territorio, que tienen derecho a votar y a ser candidatos y más del 55% es menor de 25 años. Su administración es descentralizada.
Los principales desafíos del gobierno, dijo Seto, son la creación de fuentes de trabajo, aumentar los niveles de escolaridad y los ingresos de los habitantes de Nunavut.

   
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