Sábado 21 de setiembre de 2002
 

Hallaron muerta a la niña y sepultaron al resto

 

Las escenas de dolor en Merlo se entremezclaron con la polémica sobre las responsabilidades.

 
El cortejo, escoltado por cientos de vehículos, avanzó lentamente en medio de miles de vecinos que arrojaban flores.
TRELEW, Chubut, y BUENOS AIRES (DyN) - Con el hallazgo del cadáver de la niña Valeria Moreno, de 11 años, se elevó ayer a nueve el total de las víctimas fatales del accidente ocurrido el jueves, cuando un contingente de alumnos y docentes de una escuela bonaerense cayó a las aguas del Río Chubut, como consecuencia del desprendimiento de la pasarela colgante sobre la que se encontraban.
En tanto, con hondo pesar y escenas de profundo dolor, la comunidad de Merlo en pleno despidió ayer los cuerpos de los siete chicos y la maestra, que habían sido trasladados antenoche desde Chubut, en un avión de la Fuerza Aérea.
Los ocho niños y la maestra, todos integrantes de un contingente educativo que realizaba un viaje de estudios a Chubut, murieron al caerse al río Chubut, cuando la pasarela que
Patética imagen del desconcierto en el rostro de una pequeña durante el velorio.
o cruza en la villa del Dique Florentino Ameghino, cedió, presuntamente, ante el peso de unos treinta chicos que se habían subido para tomarse una fotografía, pese a que un cartel advertía que debía transitarse en grupos de no más de tres personas.
A raíz del hecho, fallecieron ocho niños de entre 11 y 13 años, así como también la directora de la escuela, Graciela Antinucci.
Según se informó oficialmente, los chicos que perdieron la vida fueron Wálter Caballero, Matías Véliz, Daiana Antivero, Esteban Bernachia, Tomás Acosta, Gabriel Mendoza y Jonathan Larros, a los que se agregó ayer Valeria Moreno.
La comunidad de Merlo en pleno -donde se dispusieron tres días de duelo y se suspendieron los festejos previstos para el Día de la Primavera y del Estudiante- participó del sepelio de las ocho víctimas que llegaron ayer.
Por otra parte, los buzos de la policía, bomberos y Defensa Civil de Trelew encontraron cerca de las 11 el cuerpo de la chica desaparecida, que estaba atascado en un pozo de agua, entre la maleza, a unos 300 metros de donde se cayó la pasarela.
Según dijo a DyN el jefe de la Unidad Regional Trelew, comisario José Castaño, las tareas se dificultaron ya que las aguas del Río Chubut "son muy turbias y hay gran cantidad de malezas producto de las arboledas situadas en las orillas". El cuerpo de la chica iba a ser trasladado a Buenos Aires anoche, en un vuelo de línea, acompañado por su madre y un funcionario de la Municipalidad de Merlo.
Así, mientras las víctimas eran veladas, continuaba la polémica sobre las responsabilidades de la tragedia, que se dirimían entre las autoridades provinciales, por no haber advertido sobre el riesgo de sobrepeso en el ingreso al puente y los docentes a cargo del contingente, que permitieron a más de cuarenta chicos subirse a la pasarela colgante para tomarse una fotografía.
En este sentido, el gobernador José Luis Lizurume no descartó la hipótesis de la "imprevisión", al tiempo que dijo sentirse "dolido" por el tremendo episodio. "Puede ser imprevisión, no dejo de reconocer, todo lo que ocurre es por imprevisiones, tal vez porque tenía que estar el cartel, o por desconocer que no se podían subir 40 o 50 chicos, o porque no se prestó atención a la persona que pidió que no se suban (a la pasarela). Son una sucesión de factores que terminan en desgracia", opinó el mandatario .
En tanto, en Buenos Aires, el entierro colectivo se realizó luego de que, cinco de los ocho cuerpos fueran trasladados desde la Escuela "Fragata Libertad" donde fueron velados y los otros tres, incluido el de la directora, desde sus domicilios particulares, ya que sus familiares prefirieron realizar la ceremonia por separado, para coincidir luego, por la tarde, en el cementerio. (DyN)

Habrían sido advertidos

Esteban, uno de los chicos sobrevivientes de la tragedia ocurrida en el río Chubut, a la altura del dique Florentino Ameghino, reveló ayer que ellos sabían que al puente no podían subir más de tres personas, pese a lo cual, subieron todos para sacarse una foto y luego "se pusieron a saltar".
"Se subieron todos para la foto y después que la sacaron se pusieron a saltar; entonces el puente se cayó", contó Esteban. Consultado si sabían que sólo podían subir tres personas a la vez, el chico fue muy claro: "sí, sabían", dijo.
Vencido por el peso de tantas personas y los tirones de los saltos de las criaturas, "uno de los ganchos de acero del puente se abrió y eso ocasionó la tragedia", explicó a su vez un vecino que socorrió a los niños.
Por su parte, Carlos Gerese, el intendente de Villa Dique, señaló ayer a otra radio que "estamos muy consternados y angustiados por lo que pasó". Sobre el cartel que se encuentra en el lugar de la tragedia en el que se advierte sobre el máximo peso y la capacidad para tres personas por vez, Gerese indicó que "la pasarela une a un cámping por el río y a un puente de cemento, y teóricamente los colectivos ingresan por dicho puente y del lado de la villa ingresan por la pasarela".
"Los choferes conocerían el lugar, porque pararon por el lado contrario, y si bien uno de los lugareños que cruzaba la pasarela les advirtió, los chicos dijeron "nos sacamos una foto, nos subimos un momentito. Fue el minuto fatal", agregó.
Al comentar sobre la ubicación del cartel polémico, el intendente dijo "para nosotros comúnmente se toma el otro lado, para nosotros estaba, para la gente no, en ese sector estábamos parquizando y no había carteles porque lo estábamos preparando para la temporada". Según el intendente, "si no hubieran estado los lugareños cerca del lugar de la tragedia, podría haber sido mucho peor; estaríamos lamentando la pérdida de unas 30 o 40 personas".

Profunda congoja en el sepelio

Con lamentos, aplausos y flores silvestres enterraron esta tarde, en el nuevo cementerio del partido bonaerense de Merlo, a siete de los ocho niños que murieron ayer en el río Chubut por la caída de un puente colgante peatonal. Una multitud estimada en 4.000 personas se reunió en la plaza, frente a la escuela de Rivarola y Santo Domingo, y desde allí acompañó a los niños en una caravana formada por siete coches fúnebres, siete porta coronas, doce colectivos, y gran cantidad de automóviles y ambulancias, hasta el nuevo cementerio de Merlo. La caravana fue seguida por miles de vecinos que salieron a las calles a despedir a los niños, cuadra por cuadra, a lo largo de los más de dos kilómetros que hay entre la escuela y la necrópolis.
La parte más triste de la ceremonia fue cuando uno a uno fueron enterrados los siete niños, en medio de la multitud que pisaba las otras tumbas y les arrojaban flores como podían, mientras las lágrimas brotaban en todos los ojos y se sucedían los desmayos y pedidos de médicos, camillas y ambulancias. La abuela de Gabriel Mendoza preguntó "¿por qué te fuiste a quedar tan lejos?", mientras la sostenía otra nieta, y luego se lamentó por la muerte de "tantos angelitos".
El padre de otro niño se tiró dentro de la fosa que esperaba a la criatura, mientras que el papá de Wálter Caballero arrancó una cinta de una corona que tenía la leyenda "provincia de Chubut" como si culpara a la gobernación por lo ocurrido. (Télam)

   
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