Jueves 19 de setiembre de 2002
 

Iniciativa y creatividad en favor del árbol

 

Con el fin de preservar el medio ambiente, un vecino de Bariloche "comprometió" a través del juego a varios chicos para que planten árboles o rieguen los ejemplares existentes.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Pese a estar enclavada en el corazón del primer Parque Nacional de la Argentina, hasta hace pocos años la ciudad de Bariloche casi no tenía árboles en sus veredas, y tampoco los nuevos barrios que se fueron construyendo en la periferia del centro.
Esa circunstancia, y quizá la experiencia de lo que había observado en otros pueblos, inspiró a don Alfredo Caspani, que fue el primero en procurar árboles para las veredas de Bariloche.
Después se formó la Comisión Interinstitucional de Forestación Urbana, que realizó una gran obra, y en los dos últimos años gracias al "Ruso" Rogelio Seiler y sus torneos de penales se siguen plantando árboles en las calles céntricas.
La chispa que le cambió el aspecto a Bariloche la encendió Caspani a fines de los "80, cuando plantó los cientos de notros que cada primavera pintan de rojo la avenida Angel Gallardo.
Su ejemplo motivó la creación de una Comisión, donde tuvieron protagonismo las colectividades europeo-argentinas, la anglo-celta y latinoamericanas, y muchas calles de la ciudad comenzaron a ser forestadas de manera uniforme y planificada, y apadrinadas por esas instituciones.
De esa manera existen calles donde están a punto de florecer los cerezos de jardín, los prunus, sorbus y otras especies autóctonas o aconsejadas para la geografía ciudadana, muchas de ellas donadas o vendidas a muy bajo precio por viveros de localidades de la X Región de Chile.
Dentro de sus limitaciones presupuestarias, la municipalidad también hizo su aporte con transporte y personal para abrir huecos en las veredas y plantar los ejemplares, pero de manera fundamental brindó el apoyo técnico del ingeniero Guillermo Giordana, a cargo desde hace más de una década del área de parques y jardines.
Ese entusiasmo, sin embargo, se opacó a partir de 1999, cuando comenzaron a surgir en la ciudad problemas más acuciantes que la falta de árboles. Y fue entonces donde tomó la posta Seiler, un comerciante que explota un pequeño almacén que a comienzos de 1999, sensibilizado por el los grandes incendios que destruyeron especies autóctonas, forestaciones y viviendas, pensó que mientras muchos acudían a apagar el fuego, otros debían pensar en la prevención y la reposición de los árboles perdidos.
Por iniciativa propia, Seiler comenzó a destinar el 1 por ciento de sus ingresos al Servicio Forestal Andino, y después quiso firmar un convenio con la Comisión de Forestación, que no pudo concretar por razones impositivas.
Después, buscó la manera de interesar a los chicos en la preservación del medio ambiente, y la encontró en el juego: un torneo de penales, donde participan chicos y grandes, de ambos sexos, que patean y atajan.
"Pensé que si les decía vamos a plantar árboles no me iban a dar bolilla, y vislumbré que a través de un juego podría incentivarlos. Al principio no tuve apoyo, porque no había antecedentes ni parámetros pero, aunque los mayores gastos los afronté yo, algunas empresas comenzaron a ayudarme para ofrecer los premios en los torneos", comentó Seiler.
Así comenzaron los torneos de penales, que se realizan cada sábado a partir de las 12, y de esa manera el "Ruso" pudo plantar 224 árboles el año pasado y 145 en el presente, con la colaboración de los chicos, que participan en la plantación o se comprometen a regarlos después.

La lucha contra los depredadores

Son muy pocos los retoños que se malograron por causas naturales, y muchísimos los ejemplares en desarrollo que perecieron como consecuencia de la falta de cuidados o la acción depredadora del hombre.
Por un lado actúan los changarines, que retiran los tutores para hacer fuego o las plantas para cambiar por monedas, y por el otro lado los vándalos, muchas veces estudiantes en viaje de egresados, que dañan los ejemplares con absoluta displicencia. Esa realidad se advierte en la zona céntrica, que es la que más sufrió los efectos de la depredación.
El responsable de Parques y Jardines de la municipalidad, Guillermo Giordana, lamenta que se haya frenado el impulso que en otros años tuvo la Comisión Interinstitucional de Forestación Urbana "aunque algunos miembros siguen y tienen intención de continuar con la obra". También lamenta "el saqueo impresionante de rosales llevado a cabo por vecinos, o cirujas que los venden por 1 peso", y comentó que este año la sección a su cargo plantó 400 rosales y numerosos arbustos decorativos en distintos puntos de la ciudad, sobre todo en los caminos de acceso al centro. Asimismo, el Vivero Municipal proveyó las 300 especies que plantaron en la escuela de Ñirihuau Arriba, y agregó que "este año realizamos reposiciones, podas y reacondicionamiento de lo forestado con anterioridad".
En diálogo con "Río Negro", Giordana recordó que "el gran impulsor de la iniciativa fue Alfredo Caspani", cuando él todavía estaba en la facultad de Agronomía, y reconoce a Seiler la labor que desarrolló durante los dos últimos años.

   
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