Lunes 23 de setiembre de 2002
 

La semana en Roca: Dinero

 
  Los archivos documentales no guardan sensaciones. Cuando uno busca comparar hechos vividos con el presente las mejores conclusiones siempre salen de la memoria.
Quienes participaron u observaron desde una vereda las manifestaciones docentes que hubo en Roca durante los primeros meses del año recordarán el fervor, bronca y solidaridad que nacía desde bien adentro en la comunidad educativa a cada paso que se daba sobre las calles de la ciudad.
Más de 5.000 acompañaron el 6 de marzo pasado a los maestros que sin cobrar sus salarios se oponían a comenzar con el ciclo lectivo. Se trató de una movilización histórica. Casi la más importante que hubo en Roca desde que volvió la democracia.
Ahora bien, comparemos con el presente y pongamos a prueba la memoria.
Viernes 20 de setiembre. No más de 150 personas en una protesta organizada desde distintas organizaciones, entre ellas la CTA, que a su vez incluye al gremio docente Unter. Apenas 20 educadores en la columna reclamando "que se vayan todos", que no haya incrementos de tarifas, que haya más trabajo.
Memoria en marcha, la primera pregunta es ¿dónde estaba la inmensa mayoría de los docentes de la ciudad?
La seccional local de Unter tiene 1.500 afiliados y se estima que 2.200 es el total de profesionales de la educación en Roca, es decir aproximadamente un 20% de los de la provincia.
No hablar de la cuestión salarial al reflexionar sobre los motivos de esta notoria ausencia de docentes en los reclamos populares de estos días sería poner el ojo en un punto equivocado.
Lo reconocen -como siempre pidiendo que no se publique su nombre- los mismos afiliados al gremio. "Si está el sueldo, no hay protesta en la calle".
Nadie dice que el reclamo por los haberes no es absolutamente justificado y que el gobierno de la provincia no tiene gran parte de la responsabilidad por lo que ocurre en las escuelas de Roca. Sólo se advierten diferentes prioridades pretendidas para el uso de los escasos fondos con los que dispone la administración provincial.
Tal situación quedó clarísima durante la semana pasada, cuando se hizo pública la resolución que pretende fijar una nueva distribución del fondo creado a partir de la denominada "moratoria social".
El gobierno dice: 60% para mantenimiento y reparación de edificios, 25% para insumos básicos, 10% para asistencia al alumno y 5% para aportarle a Hacienda si no llega a cubrir lo necesario para salarios.
La reacción de Unter fue inmediata. "Es autoritarismo, no tiene sustento legal, es un avance sobre otros poderes del Estado".
El comunicado firmado por Aurelio Vázquez exige también que la ministra respete la ley y que el dinero recaudado sea destinado al pago de los salarios atrasados de los docentes.
¿Y las obras atrasadas en los edificios? ¿No hubiera sido más justo, para con los padres y alumnos, plantear un reclamo que busque equidad en el reparto del Fondo Social y se avance así en los dos frentes?
Con los mensajes de la semana pasada, el sector docente permite pensar que la situación edilicia de las escuelas no es para ellos tanta prioridad como afirmaban hace unos meses.
Hay que decir que el análisis se focaliza sobre los docentes por lo ocurrido en los últimos siete días, pero sería injusto no recordar que la misma situación ocurre con el resto de los estatales rionegrinos.
Incluso las mismas acciones del gobierno parecen responder a ese mensaje. La memoria otra vez me lleva a una charla con un funcionario provincial durante los días de conflicto. "Que protesten, ya nos vamos a poner al día con los salarios y vas a ver como todo se calma". Y así fue.

Hugo Alonso
halonso@rionegro.com.ar

   
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