Paralizan y ocupan el municipio de Valcheta

A los trabajadores les deben los sueldos desde abril y pasan graves necesidades. El intendente lleva 60 días en Buenos Aires.

Los municipales de Valcheta tienen pendiente de cobro los sueldos desde abril pasado.

VALCHETA (Enviado especial, Pedro Caram)- El municipio local está envuelto en una densa humareda de incertidumbres. Sus trabajadores apenas tienen para comer y su intendente hace casi 60 días que permanece en Capital Federal, según dice, gestionando fon-dos que le permitan sacarlo de la crítica situación en que se encuentra.
"Nos sentimos abandonados", dicen los obreros que desde ayer a la mañana ocupan el renovado edificio municipal, donde el jefe comunal, Rubén Manqueo, trasladó las oficinas y su propia vivienda, como residencia oficial.
"Rasguñando de todas partes les pudimos pagar una masa salarial hace quince días, y me pagan quemando gomas en la puerta del municipio", dijo un ofuscado intendente a este medio, vía telefónica.
En relación a su presencia en Capital Federal, Manqueo argumentó que "en la Secretaría de Provincias del Ministerio del Interior me entretuvieron desde el 11 de julio hasta el 2 de septiembre, diciéndome que el dinero para Valcheta estaba priorizado, pero después me salieron pidiendo una nota del gobernador Pablo Verani que avalara el pedido del subsidio. El 4 de este mes ingresé personalmente la nota de Verani, y ahora me dicen que tengo que esperar que protocolicen la entrega", relató con claras muestras de bronca.
El pedido de Manqueo, refrendado por el propio gobernador, es para el otorgamiento de un subsidio por 75 mil pesos, que le permitiría adelantar varias masas salariales de las cuatro que adeuda a los trabajadores, quienes actualmente pasan extremas necesidades.
Mientras tanto, el viceintendente, Lelio Morón, informó que "el ministro de Gobierno, Esteban Rodrigo, prometió el envío de una remesa de coparticipación de entre 22 y 24 mil pesos, más otros 12.000 que prometió el ministro de Economía, José Luis Rodríguez".
Lejos de estas gestiones, unos 50 trabajadores esperan respuestas urgentes, porque les están por cortar los servicios y varios comercios les han informado que ya no les recibirán los créditos de UPCN, porque la cadena de pagos está interrumpida.
"Hace cuatro días que no comemos carne", dicen, ya que muchas de las carnicerías no les aceptan los créditos ni les fían. Con los almacenes, en general pueden ir "tirando", pero algunos comerciantes ya les dijeron que la situación terminará muy pronto si no se vislumbran pagos en un corto plazo.
"A partir de hoy -por ayer-, el municipio está totalmente paralizado", informó Delmiro Huinca, delegado municipal de UPCN y líder del movimiento que ocupó las instalaciones comunales y quemaron gomas frente al Palacio Municipal.
Agregó que "no pensamos bajar los brazos, hasta que por lo menos nos paguen cuatro sueldos. Si cobramos uno o dos seguiremos de paro y recién volveremos cuando nos den las soluciones que pedimos".
"Yo no voy a hacer como Feudal o Wisky, permaneceré al pie del cañón", dijo Manqueo.

Crudos testimonios de una realidad que golpea

Uno de los obreros afectados es el hermano de la conocida modelo y vedete, Daniela Cardone, oriunda de esta localidad. Fabio Cardone, relató que trabaja de maestranza en el municipio y tiene tres hijos, a los que casi ya no puede darles de comer.
Los casos dramáticos son la mayoría. Hay varios hombres de avanzada edad, para quienes el trabajo es casi un subsidio a la pobreza, ya que por su salud están destinados a tareas pasivas, y tampoco han podido jubilarse. "En mi familia comemos diez, y a veces no alcanza para todos", dijo Saturnino Chico, uno de los casos más emblemáticos. Juan Buganem relató que "yo tengo el gas vencido, son unos 80 o 90 con los recargos, y en unos días ya me lo van a cortar".
Una situación compleja es la de Miguel Juárez, un joven obrero que permanece "en negro" y a quien el municipio le pagaba por jornal. "Hace tres meses que no me pagan y ahora ya no me dan ni diez pesos", expresó.
Agustín Huinca, saca fuerzas de algún lado y dice con seguridad: "yo no voy a recibir la bolsita de mercadería. Lo que quie-ro es mi sueldo para comprarle a mis hijos lo que necesitan. Me tendrán que pagar, mientras tanto sobreviviré con alguna changa que pueda hacer afuera", asegura.