Domingo 01 de Septiembre de 2002
 

En diciembre se votará para la reforma

 

El intendente de Bariloche llamará a elección de convencionales el 8 de ese mes

 
Icare firmará mañana la resolución de convocatoria para reformar la Carta Orgánica.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los barilochenses deberán concurrir a las urnas para elegir a los convencionales que reformarán la Carta Orgánica Municipal el próximo 8 de diciembre, una semana antes de las elecciones internas para presidente que convocó el gobierno nacional.
El intendente Alberto Icare ya tiene la decisión tomada y mañana firmará la resolución con la convocatoria. Esto a pesar de que la fecha elegida y aún la misma reforma generaron fuerte rechazo entre la mayoría de los partidos políticos.
El Concejo Municipal sancionó hace 15 días la ordenanza que declaró la necesidad de la reforma, estableciendo que será sometida a revisión la totalidad de la Carta Orgánica. En su último artículo la ordenanza delega en el intendente la potestad de fijar la fecha de elecciones.
Ese sólo cometido le deparó a Icare un sinnúmero de discusiones con los representantes de los partidos, especialmente el PJ y la UCR. Paradójicamente sus concejales habían votado por unanimidad la ordenanza reformista.
El intendente había citado para el viernes a todos los partidos políticos, pero en el encuentro estuvo ausente y fue representado por su secretario de Gobierno, Adolfo Fourés.
Aunque luego del encuentro no hubo ninguna comunicación oficial, ayer este diario pudo comunicarse con Fourés, quien confirmó las elecciones serán el 8 de diciembre. Apuntó también que -pese a no tener el consenso esperado- la decisión no puede ser atacada desde lo legal, ya que la convocatoria es atribución del intendente y su única obligación es formularla con una anticipación "de entre 90 y 120 días".
La fecha elegida por Icare no fue cuestionada por el MUP, el MID ni el Frente Grande. En cambio sí expresaron su desacuerdo el MPP, el radicalismo y el PJ. Este último es el único partido que -hasta ahora- tendrá internas nacionales el 15 de diciembre y votar una semana antes le entorpecerá el último tramo de campaña.
Según Fourés, nadie puede sorprenderse porque el propósito de reformar la Carta Orgánica ya fue enunciado por Icare en la campaña electoral. Dijo también que la fecha de las elecciones para convencionales son para los partidos mayoritarios motivo de "intrigas y cálculos" de todo tipo, pero el gobierno municipal debe abstraerse de esos condicionantes.
El presidente del comité radical, Eduardo Malagamba, se mostró disconforme con la fecha elegida y también con la reforma. "Le pedimos al intendente que nos diga cuál es el artículo que no le permite gobernar adecuadamente", señaló el dirigente al argumentar en contra de la convocatoria.
A su juicio "lo ideal en este momento sería aunar los esfuerzos para mejorar la gobernabilidad" y no abrir el debate sobre la organización institucional del municipio.
Dijo también que en su partido "la opinión está dividida por mitades" sobre la conveniencia de mantener el actual régimen de gobierno o volver al colegiado, donde el intendente preside también el Concejo.

Entre luces y el sacrificio

Un buen político no es una estrella de rock. Tampoco un artista consumado que puede alternar caprichos con genialidades. Mucho menos un superhéroe de historieta. Un político no es un goleador de raza al que se le perdona que no toque la bola durante 89 minutos porque le basta con empujarla antes del pitazo final. Aunque sea con la rodilla.
El "metier" del gobernante tiene más que ver con el sacrificio metódico, la preocupación por anticipar problemas, por la creatividad y la audacia para resolver con equidad, para elegir las mejores soluciones con recursos escasos. Y si es lejos de las luces, mucho mejor.
Desmenuzar ese deber ser es un ejercicio improductivo, salvo cuando se lo superpone con la realidad. En ese caso ayuda a explicar por qué es tan profundo el disgusto popular con la clase dirigente. Y en esa línea de análisis los ejemplos que ofrece Bariloche son inmejorables. Desde que asumió el gobierno, el intendente Alberto Icare demostró que estaba lejos de tener cómo y con qué afrontar la sucesión de problemas que se le vino encima.
Desde el inicio tuvo que lidiar con demandas sociales, con la imposibilidad de saldar la deuda salarial y las consecuentes protestas del Soyem y también con la insuficiencia de los planes laborales para miles de desocupados. Conflictos que desnudaron la ausencia de ideas y de "plan de gobierno", como le reprochan desde todos los frentes.
Con parches financieros por un lado y explicaciones bien atendidas por el otro había conseguido aplacar esos frentes. Pero en la semana que termina quedó en evidencia otra señal de la incompetencia más abrumadora.
Hoy debería estar terminando a toda orquesta la XXXII Fiesta Nacional de la Nieve. De hecho, esta tarde se realizará el desfile de "clausura". Pero el show central con la elección de la reina quedó para mediados de septiembre. La empresa concesionaria del espectáculo lo suspendió dos veces por "problemas climáticos", pese a que tiene el escenario montado y a que desde el jueves la región toda disfruta de un sol a pleno.
Más allá de la sospechable seriedad de los empresarios, lo que más tela dio para cortar fue el contrato que firmaron con el intendente. Durante semanas el escrito venía siendo el secreto mejor guardado por el Ejecutivo. Pero ante el tardío pedido de los ediles, el contrato salió a la luz y dejó ver la elemental precariedad de recursos de quienes deben velar y defender los intereses de la comunidad.
Además de tener enmiendas y tachaduras, el acuerdo con la empresa omite prever qué pasa con el espectáculo si llueve o nieva. También qué compensación recibe el municipio si se cancela en forma definitiva. Pero lo más llamativo es que la comuna le garantizó a la empresa el derecho a organizar las dos fiestas venideras sin pagar canon alguno.
El secretario de Turismo Hugo Cejas (el mismo que no quería publicar el contrato) argumentó que la presencia televisiva de Bariloche es de un valor promocional que la ciudad jamás podría pagar.
Una evaluación que desdeña la historia conseguida por al Fiesta de la Nieve durante tres décadas, su identificación con Bariloche y el vínculo íntimo con el paisaje invernal que sólo ofrece esta ciudad. Algo que los productores tampoco podrían pagar. Al menos no demostraron intenciones.
En síntesis, el gobierno municipal firmó a las apuradas un pacto como mínimo extraño y discutible. Y como máximo, muy perjudicial para los intereses del municipio.
Cuando hay tantos barilochenses trajinando con otras penurias parece una frivolidad ocuparse de la Fiesta, pero no está de más señalarla como síntoma de lo que puede ser un gobierno desdibujado, con un equipo raleado y con funcionarios reacios a asumir un error.
Nada indica que la gente esté esperando soluciones milagrosas. Le basta con un poco de sensatez y transparencia.

Daniel Marzal

   
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