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WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió ayer de nuevo
de que habría "serias consecuencias" de un impago de Argentina a las instituciones
multilaterales, que podría provocar la suspensión de programas sociales
en ese país.
"Estamos muy preocupados por eso", remarcó ayer en rueda de prensa la
vicedirectora del Fondo, Anne Krueger. A su lado, el titular del organismo,
Horst Koehler, instó a poner fin a la guerra de palabras con la Argentina
para terminar con el "intercambio de expresiones de chantaje" a través
de los medios.
Tras culminar su visita a Brasil, Duhalde le respondió al FMI ni bien
puso un pie en Buenos Aires. Dijo que los vencimientos de deuda superan
a las reservas y que de ningún modo podemos privilegiar a los acreedores
de los organismos internacionales. (Ver recuadro)
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, comenzó ayer en Washington sus
gestiones ante el Fondo para tratar de cerrar un acuerdo con ese organismo
que evite una suspensión de pagos con los organismos multilaterales de
crédito.
Por su parte, el director gerente del FMI, Horst Koehler, sólo señaló
que espera "con ansiedad" reunirse con Lavagna para conocer la posición
de Argentina al respecto.
Pero Krueger reiteró que "obviamente hay serias consecuencias" si Argentina
no llega a un acuerdo con el FMI y si finalmente decide no pagar los próximos
vencimientos de deuda con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de
Desarrollo.
Los dichos de Krueger se conocieron en momentos en que el ministerio de
Economía difundía el monto de la deuda externa: en el primer semestre
de este año trepó a 134.166 millones de dólares y cada argentino debe
a los acreedores externos unos 3.600 dólares, lo que equivale al tipo
de cambio actual a cerca de 13.300 pesos. (Ver "La deuda")
Krueger, que la semana pasada avisó de que Argentina recibiría multas
económicas si no cumple con los pagos de su deuda, puso ayer el acento
en que una nueva cesación de pagos de Argentina tendría consecuencias
sobre los programas sociales.
A su vez, indicó que Argentina ya tiene bastantes problemas sociales y
que esa decisión provocaría la suspensión de algunos programas del BM
y del BID relacionados con la red de protección social del país.
El ministro Lavagna sostuvo ayer que si Argentina no llega a un acuerdo
con el FMI "el mundo no se acaba".
Por su parte, Koehler sostuvo que "esperamos poder llegar a un acuerdo
con Lavagna, pero (el acuerdo) tiene que tener sentido", dijo.
"Nosotros pensamos que no deberíamos, en especial por medio de la prensa,
intercambiar expresiones de chantaje".
El Gobierno debe hacer frente en octubre a dos pagos con el BM y el BID
que ascienden a 1.000 y 800 millones de dólares, respectivamente. La agenda
de Lavagna en Washington incluye reuniones con Koehler, con representantes
del gobierno de Estados Unidos y con el ministro de Hacienda de Brasil,
Pedro Malán.
Argentina pretende llegar a un acuerdo con el FMI que permita la reestructuración
de sus deudas pendientes con los organismos multilaterales hasta finales
de 2003,que ascienden a unos 18.000 millones de dólares.
Mientras el FMI muestra dureza, el Europarlamento respaldó una acción
enérgica ante los organismos financieros internacionales de crédito en
favor de la Argentina. Así quedó formalizado ayer cuando fue votada en
Estrasburgo una resolución en la que el órgano legislativo instó a la
UE a presionar en los organismos financieros para aliviar la deuda externa
de los países del Mercosur, en particular la Argentina.
El documento afirma que el FMI y otros organismos han brindado asistencia
a los diferentes países del área "de manera totalmente desigual"", circunstancia
que ha desfavorecido a la economía argentina.
Al mismo tiempo el Europarlamanto pide a los 15 países miembros de la
UE que armonicen su posición frente al Fondo Monetario Internacional,
en concreto de cara a las tratativas que lleva adelante Argentina.
(Reuters, DYN y ANSA)
La deuda externa trepó a 134.166
millones
El total de lo que deben todos los argentinos
a los acreedores extranjeros, incluyendo al Estado, los bancos y las empresas,
trepó a 134.166 millones de durante el segundo trimestre del año, según
datos informados ayer por el Ministerio de Economía.
Ese número implica que cada argentino debe a acreedores externos unos
3.600 dólares, lo que equivale al tipo de cambio actual a cerca de 13.300
pesos.
Según informó el Palacio de Hacienda, durante el segundo trimestre de
este año la deuda externa argentina sufrió un incremento de 1.600 millones
de dólares respecto del primer trimestre, cuando el stock total era de
132.166 millones.
De acuerdo con el balance trazado por la cartera de Economía en el período
marzo-junio el sector público y el Banco Central incrementaron su endeudamiento
en 3.300 millones dólares, mientras que las empresas redujeron sus obligaciones
en 1.200 millones de dólares y los bancos en otros 600 millones.
En diciembre de 2001 los datos oficiales del Ministerio de Economía indican
que la deuda externa era de 140 mil millones de dólares.
La caída de los compromisos externos de casi 6.000 millones de dólares,
respecto del segundo trimestre de 2002, se debería a la pesificación de
bonos emitidos por el Estado, nominados en moneda extranjera.
En otro aspecto, la Cuenta Corriente, que mide la entrada y salida de
divisas del país, registró en el segundo trimestre un saldo favorable
de 2.705 millones de dólares, lo cual implica un crecimiento del 355 por
ciento con relación al mismo período de 2001 cuando fue negativa en 1.060
millones de dólares.
En la primera mitad del año, la balanza de pagos fue superavitaria en
4.195 millones de dólares, mientras que las reservas internacionales cayeron
5.283 millones de dólares.
Poca conciencia
Teniendo en cuenta las declaraciones
de buena parte de los candidatos y del gobierno mismo, parece no haber
mucha conciencia acerca de lo que significa entrar en "default" con los
organismos internacionales financieros. No es que vaya a ocurrir una catástrofe
inminente, sino sencillamente que todos vamos a estar un poco peor cada
día.
Es que si la Argentina llega a tales extremos de irresponsabilidad, la
gente y las empresas van a tener cerrado el camino a cualquier préstamo,
el país se empobrecerá más, recibirá menos inversiones, los activos argentinos
perderán valor y muchos poseedores de bonos en "default" se verán obligados
a iniciar acciones legales, con lo cual llegarán los embargos.
Pero, sobre todo, Argentina estará dando la imagen de país tramposo.
El hecho de no pagar porque se cree que es mejor así, independiente de
si le resulta posible hacerlo, definitivamente es alejarse del mundo civilizado.
El FMI no tiene la intención de que la Argentina entre en "default". No
quiere que se quede sin un centavo de reserva. Lo que dice es que si el
país no cumple con sus deberes fiscales, va a tener que pagar con lo que
tiene o atenerse a las consecuencias. El mensaje es invariable: presionar
para que las provincias eliminen su déficit fiscal, dejar de emitir las
cuasimonedas que dan vueltas, y un paraguas o alineación de legisladores,
gobierno y los candidatos con postulados que implementaría cualquier país
serio del mundo. |