Viernes 27 de setiembre de 2002
 

"Argentina sufrirá serias consecuencias si no paga", alertó el FMI

 

El FMI redobló presión y pidió al gobierno terminar con los "chantajes por los medios".
Anne Krueger dijo que el no pago provocaría la caída de programas sociales.

 

WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió ayer de nuevo de que habría "serias consecuencias" de un impago de Argentina a las instituciones multilaterales, que podría provocar la suspensión de programas sociales en ese país.
"Estamos muy preocupados por eso", remarcó ayer en rueda de prensa la vicedirectora del Fondo, Anne Krueger. A su lado, el titular del organismo, Horst Koehler, instó a poner fin a la guerra de palabras con la Argentina para terminar con el "intercambio de expresiones de chantaje" a través de los medios.
Tras culminar su visita a Brasil, Duhalde le respondió al FMI ni bien puso un pie en Buenos Aires. Dijo que los vencimientos de deuda superan a las reservas y que de ningún modo podemos privilegiar a los acreedores de los organismos internacionales. (Ver recuadro)
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, comenzó ayer en Washington sus gestiones ante el Fondo para tratar de cerrar un acuerdo con ese organismo que evite una suspensión de pagos con los organismos multilaterales de crédito.
Por su parte, el director gerente del FMI, Horst Koehler, sólo señaló que espera "con ansiedad" reunirse con Lavagna para conocer la posición de Argentina al respecto.
Pero Krueger reiteró que "obviamente hay serias consecuencias" si Argentina no llega a un acuerdo con el FMI y si finalmente decide no pagar los próximos vencimientos de deuda con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Los dichos de Krueger se conocieron en momentos en que el ministerio de Economía difundía el monto de la deuda externa: en el primer semestre de este año trepó a 134.166 millones de dólares y cada argentino debe a los acreedores externos unos 3.600 dólares, lo que equivale al tipo de cambio actual a cerca de 13.300 pesos. (Ver "La deuda")
Krueger, que la semana pasada avisó de que Argentina recibiría multas económicas si no cumple con los pagos de su deuda, puso ayer el acento en que una nueva cesación de pagos de Argentina tendría consecuencias sobre los programas sociales.
A su vez, indicó que Argentina ya tiene bastantes problemas sociales y que esa decisión provocaría la suspensión de algunos programas del BM y del BID relacionados con la red de protección social del país.
El ministro Lavagna sostuvo ayer que si Argentina no llega a un acuerdo con el FMI "el mundo no se acaba".
Por su parte, Koehler sostuvo que "esperamos poder llegar a un acuerdo con Lavagna, pero (el acuerdo) tiene que tener sentido", dijo.
"Nosotros pensamos que no deberíamos, en especial por medio de la prensa, intercambiar expresiones de chantaje".
El Gobierno debe hacer frente en octubre a dos pagos con el BM y el BID que ascienden a 1.000 y 800 millones de dólares, respectivamente. La agenda de Lavagna en Washington incluye reuniones con Koehler, con representantes del gobierno de Estados Unidos y con el ministro de Hacienda de Brasil, Pedro Malán.
Argentina pretende llegar a un acuerdo con el FMI que permita la reestructuración de sus deudas pendientes con los organismos multilaterales hasta finales de 2003,que ascienden a unos 18.000 millones de dólares.
Mientras el FMI muestra dureza, el Europarlamento respaldó una acción enérgica ante los organismos financieros internacionales de crédito en favor de la Argentina. Así quedó formalizado ayer cuando fue votada en Estrasburgo una resolución en la que el órgano legislativo instó a la UE a presionar en los organismos financieros para aliviar la deuda externa de los países del Mercosur, en particular la Argentina.
El documento afirma que el FMI y otros organismos han brindado asistencia a los diferentes países del área "de manera totalmente desigual"", circunstancia que ha desfavorecido a la economía argentina.
Al mismo tiempo el Europarlamanto pide a los 15 países miembros de la UE que armonicen su posición frente al Fondo Monetario Internacional, en concreto de cara a las tratativas que lleva adelante Argentina.
(Reuters, DYN y ANSA)

La deuda externa trepó a 134.166 millones

El total de lo que deben todos los argentinos a los acreedores extranjeros, incluyendo al Estado, los bancos y las empresas, trepó a 134.166 millones de durante el segundo trimestre del año, según datos informados ayer por el Ministerio de Economía.
Ese número implica que cada argentino debe a acreedores externos unos 3.600 dólares, lo que equivale al tipo de cambio actual a cerca de 13.300 pesos.
Según informó el Palacio de Hacienda, durante el segundo trimestre de este año la deuda externa argentina sufrió un incremento de 1.600 millones de dólares respecto del primer trimestre, cuando el stock total era de 132.166 millones.
De acuerdo con el balance trazado por la cartera de Economía en el período marzo-junio el sector público y el Banco Central incrementaron su endeudamiento en 3.300 millones dólares, mientras que las empresas redujeron sus obligaciones en 1.200 millones de dólares y los bancos en otros 600 millones.
En diciembre de 2001 los datos oficiales del Ministerio de Economía indican que la deuda externa era de 140 mil millones de dólares.
La caída de los compromisos externos de casi 6.000 millones de dólares, respecto del segundo trimestre de 2002, se debería a la pesificación de bonos emitidos por el Estado, nominados en moneda extranjera.
En otro aspecto, la Cuenta Corriente, que mide la entrada y salida de divisas del país, registró en el segundo trimestre un saldo favorable de 2.705 millones de dólares, lo cual implica un crecimiento del 355 por ciento con relación al mismo período de 2001 cuando fue negativa en 1.060 millones de dólares.
En la primera mitad del año, la balanza de pagos fue superavitaria en 4.195 millones de dólares, mientras que las reservas internacionales cayeron 5.283 millones de dólares.

Poca conciencia

Teniendo en cuenta las declaraciones de buena parte de los candidatos y del gobierno mismo, parece no haber mucha conciencia acerca de lo que significa entrar en "default" con los organismos internacionales financieros. No es que vaya a ocurrir una catástrofe inminente, sino sencillamente que todos vamos a estar un poco peor cada día.
Es que si la Argentina llega a tales extremos de irresponsabilidad, la gente y las empresas van a tener cerrado el camino a cualquier préstamo, el país se empobrecerá más, recibirá menos inversiones, los activos argentinos perderán valor y muchos poseedores de bonos en "default" se verán obligados a iniciar acciones legales, con lo cual llegarán los embargos.
Pero, sobre todo, Argentina estará dando la imagen de país tramposo.
El hecho de no pagar porque se cree que es mejor así, independiente de si le resulta posible hacerlo, definitivamente es alejarse del mundo civilizado.
El FMI no tiene la intención de que la Argentina entre en "default". No quiere que se quede sin un centavo de reserva. Lo que dice es que si el país no cumple con sus deberes fiscales, va a tener que pagar con lo que tiene o atenerse a las consecuencias. El mensaje es invariable: presionar para que las provincias eliminen su déficit fiscal, dejar de emitir las cuasimonedas que dan vueltas, y un paraguas o alineación de legisladores, gobierno y los candidatos con postulados que implementaría cualquier país serio del mundo.

     
     
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