Lunes 9 de setiembre de 2002
 

Grandes hitos: Los momentos inolvidables del básquet

 

La obtención del primer campeonato Mundial fue una de las memorables conquistas del seleccionado nacional.

  BUENOS AIRES (Télam, por Rubén Campaniello).- Esa gran pléyade de jugadores de básquetbol como Oscar Furlomg y Ricardo González marcó el camino allá por 1950, cuando se logró el primer campeonato mundial, pero luego ese deporte cayó en el ostracismo y pocos fueron los logros conseguidos a lo largo de medio siglo.
Después de esa memorable conquista lograda en la noche del 4 de noviembre en el estadio Luna Park, al vencer al Denver Chevrolet, de los Estados Unidos, por 64 a 50, ese mismo grupo alcanzó un meritorio cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Helsinki "52, al perder por el tercer puesto con Uruguay.
Tres años más tarde, en una decisión absurda, los integrantes de la Revolución Libertadora de 1955 decidieron suspender de por vida a más de 30 jugadores sindicados como profesionales, entre ellos los componentes del seleccionado que ganó el Mundial del "50, por haber vendido los automóviles que les dieron como premio por esa conquista.
A partir de allí el básquetbol argentino participó en los torneos internacionales con escasa suerte e incluso a nivel sudamericano, donde recién en 1966 lograron el título con el recordado equipo bautizado como los "Cóndores", que tenía entre otros a Ernesto "Finito" Gherman y Ricardo Alix.
Y en 1967, en Montevideo, se alcanzó la que a partir de hoy será la tercera mejor clasificación mundialista de la historia: el sexto puesto alcanzado con grandes jugadores como Gherman y Néstor Delguy, entre otros.
Tuvieron que pasar 14 años y fue en el Preolímpico de Puerto Rico 1980 donde Argentina, tras 38 años logró el pasaporte a los Juegos Olímpicos al conseguir una aplastante victoria ante Brasil por 118 a 98.
El sueño de los Miguel Cortijo, Eduardo Cadillac, Carlos Raffaeli, Adolfo Perazzo, el "Gallego" Carlos González, Jorge Martín, Carlos Romano, José Luis Pagella, "Lucho" Luis González, Gabriel Milovich, Gustavo Aguirre y Mauricio Musso, con la dirección técnica de Miguel Angel "Bala" Ripullone, se había hecho realidad: Argentina estaba en Moscú "80.
Sin embargo, ese grupo sufrió un duro golpe, porque el gobierno de facto argentino de Jorge Rafael Videla se sumó al boicot de Jimmy Carter a la Unión Soviética y declinó de participar del mundial.
Luego el seleccionado argentino intervino en todos los mundiales, pero sin lograr destacadas actuaciones, aunque alcanzó uno de los éxitos más resonantes al imponerse al representativo de los Estados Unidos por 74 a 70, en una de las semifinales jugada en Oviedo, durante el 10mo. campeonato ecuménico de España.
Aquellos héroes dirigidos por el puertorriqueño Flor Meléndez fueron: Cortijo, Romano, Esteban Camisassa, Sergio Aispurúa, Diego Maggi, Héctor Campana, Sebastián Uranga, Marcelo Milanesio, Gabriel Milovich, Luis González, Luis Oroño y Fernando Borcel.
El último gran éxito fue la obtención del Premundial de Neuquén en 2001 con el mismo grupo que hoy le dio una medalla plateada a Argentina en los campeonatos mundiales tras 52 años.
Ese grupo de grandes jugadores que triunfan en Europa y que fueron saliendo a la palestra en las categorías formativas han puesto hoy bien alto al básquetbol argentino, al que seguramente de ahora en más le tendrán mucho más respeto porque se ha instalado entre los mejores.
Las categorías formativas fueron las que marcaron un camino diferente en el básquetbol argentino.
Fue allá por el mes de agosto de 1979 cuando el profesor Alberto Trama nucleó a un grupo de valores y conformó un plantel que en Presidente Prudente (Brasil) llegó hasta un relevante tercer puesto detrás de los Estados Unidos y el local y se trajo la medalla de bronce.
La mayoría de ellos luego llegaron a destacarse incluso entre los mayores: Javier Maretto, Daniel Aréjula, Esteban Camisassa, Gabriel Milovich, José Luis Pagella y Jorge Faggiano.
Tras una impasse de 14 años y con Guillermo Vecchio como conductor Argentina volvió a estar en un podio, y otra vez se consiguió el tercer puesto al imponerse a Yugoslavia, que tenía a Dejan Bodiroga.
En el equipo estaban Alejandro Montecchia y Rubén Wolkowyski, dos que lucieron en Indianápolis, más Jorge Racca, Gabriel Cocha y Claudio Farabello, entre los más destacados.
Ya en la era de Rubén Magnano como entrenador jefe otro seleccionado argentino, en este caso el sub 22, con la dirección técnica de Fernando Duró, uno de los asistentes del cordobés, sorprendió al mundo al quedarse con la presea de bronce en Saitama (Japón) en 2001.
El triunfo sobre la República Dominicana por 87 a 82 hizo feliz a un grupo liderado por Luis Scola y en el que sobresalieron Adrián Boccia, Diego Ciorciari, Carlos Delfino, Gabriel Mikula, Fernando Malara y Pedro Calderón.
Ese gran trabajo realizado en la última década, cuando Magnano siempre formó parte de los cuerpos técnicos de los seleccionados argentinos, ha tenido sus frutos, no sólo por las conquistas sino también porque el jugador argentino ahora es respetado, admirado y tenido en cuenta para integrar poderosos equipos de las Ligas más importantes de Europa sino también por los de la mismísima NBA.
Esto marca que cuando se trabaja en silencio, con humildad y se cuenta con el apoyo necesario de la dirigencia, las cosas se simplifican y es mucho más fácil luego alcanzar grandes éxitos.

Duras críticas contra la FIBA

Alberto López, uno de los baluartes del seleccionado argentino de básquetbol que ganó el Mundial del 50 afirmó que "el título era para Argentina, pero la FIBA robó esa ilusión de ser campeones", y destacó que "los jugadores hicieron mucho por el básquetbol y se merecían el título".
"Pero igual estoy satisfecho con lo que hizo el equipo, aunque sintió la ausencia de Ginóbil y el desgaste, tanto físico como anímico, que realizaron contra el Dream Team. El equipo está para dar mucho, todavía no alcanzó su techo", remarcó.
Y luego volvió otra vez sobre el arbitraje. "La FIBA puso a un juez griego para dirigir a Yugoslavia y a un dominicano que se tragó el pito. La mafia de la FIBA nos robó el título. Argentina fue el mejor equipo y merecia ser el campeón", reiteró.
"El partido era nuestro. Fue injusto. Estoy orgulloso de estos jugadores que han hecho historia", concluyó una de las glorias del básquetbol argentino.

"Duele perder así": El DT de Ferro Carril Oeste, Pablo D"Angelo, señaló ayer que vivió el partido final del campeonato mundial de Indianápolis con Yugoslavia como un hincha más y también dijo que "duele perder por una decisión de los árbitros".
Sostuvo que "viví el partido como un hincha más, orgulloso de ver a esos jugadores que dieron todo y que estuvieron muy cerca de colgarse la medalla dorada en sus pechos. Un grosero error del árbitro griego nos privó que festejemos con todo".
Agregó que "éstos jugadores han hecho mucho, todos pensábamos que estar entre los seis primeros era bárbaro. Son subcampeones mundiales y se merecen un reconocimiento de toda la gente de básquetbol de Argentina".

   
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