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Sábado 28 de setiembre de 2002 | |
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Fito Páez: El negocio del amor |
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| De regreso a los escenarios tras el largo período en que estuvo exclusivamente abocado a la realización de su ópera prima en cine, Fito Páez está volviendo al placer de entregar su música en directo, ultimando un álbum y atreviéndose a avistar su propia producción (vasta y popular en la música y de estreno y polémica en el cine) como "una obra que es el negocio del amor y la vida política". "Está bueno pensar, de manera seca y fría, que hay un concepto de obra en lo que vengo haciendo desde siempre y también me gratifica que la película se haya movido en esos parámetros", confía en esta entrevista. Dentro del estudio que posee en la casa del barrio porteño de Palermo que compartía con Cecilia Roth, Páez se sienta en el suelo, al filo del piano, y se dispone a contar un presente en el que "fue fabuloso volver a darme cuenta de cuánto necesito tocar, estar en la tabla. Eso es como el aire para mí". Las nuevas andanzas musicales del artista rosarino nacieron como una suerte de respuesta desesperada a la abstinencia de shows a que lo obligó el proceso de filmación y estreno de su primer largometraje "Vidas privadas". Ese retorno se inició en octubre del 2001 en Ushuaia, pasó por buena parte de la Argentina, está en tránsito por Latinoamérica y culminará los días 13, 14, 16 y 17 de noviembre en la porteña sala del teatro ND-Ateneo. Acompañado por Guillermo Vadalá (bajo), Gonzalo Alloras (guitarras y teclado), Sergio Verdinelli (batería) y Javier Lozano (teclados), Fito está enlazando una serie de cerca de 80 conciertos en los que goza de la libertad de sonar a gusto, de mirar a los ojos a los parroquianos de bares por donde ha hecho recalar el tour y, también, de encantar a las multitudes sacando a relucir ese duende misterioso que vincula la liviandad del pop con la fiereza del rock, la historia de amor con la denuncia de tiempos difíciles. "Nos movimos con mucha libertad, no repetimos una sola lista porque sacamos todas mis canciones y también hicimos material de Charly (García), de Luis Alberto (Spinetta) y temas nuevos, en algo que se transformó casi en una ley tácita, en una actitud jazzística en el sentido de la libertad", subraya con genuino entusiasmo. Para el músico que supo ser parte de las bandas de Juan Carlos Baglietto y de Charly García, el reencuentro con esta modalidad de trabajo y de vida "significó volver a disfrutar un poco de la averiguación musical, fue una experiencia muy muy poderosa para todos y por eso empezaron a aparecer canciones". El trabajo creativo parece asomar en, al menos, unas 25 flamantes canciones que serán eje de los por lo menos cuatro shows en el reducto porteño de Paraguay 918 y poco después quedarán plasmados en un futuro disco "Nuevo". En la puesta teatral en Buenos Aires, el prolífico autor sumará el aporte fílmico de Luis Ortega (realizador de "Caja negra", quien armó un par de breves películas que ambientarán sendos temas) y promete recorrer canciones no tan trajinadas de su amplio repertorio para, en definitiva y según define, "hacer una especie de gran ensayo abierto". "Las canciones que fueron apareciendo -relata anticipándose a lo que ya pasó y verá la luz- sirvieron para dejar el disco ahí, casi armado. Un disco que va a ser "Nuevo", lo renovado, algo nuevo que será lo de siempre". |
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