Domingo 22 de setiembre de 2002
 

Murió Eduardo Gudiño Kieffer

 

El novelista y cuentista nació en Santa Fe, pero se conectó con el alma de la ciudad de Buenos Aires como pocos. En esa ciudad que amaba tanto falleció el viernes a causa de cáncer linfático.

  El escritor Eduardo Gudiño Kieffer murió en la noche del viernes a causa de las complicaciones provocadas por un cáncer en los ganglios, del que había sido operado tres años atrás, según informó ayer el diario "Clarín".
Además de novelista y cuentista, era traductor del francés al español y se dedicó también al periodismo, faceta en la que fue colaborador especial del diario "La Nación".
Kieffer nació en Esperanza, provincia de Santa Fe, el 2 de noviembre de 1935. Su trayectoria incluye los premios: Affinités por cuento, 1957, Faja de Honor de la S.A.D.E. (Sociedad Argentina de Escritores), Pluma de Plata del Pen Club, Premio Literario del Instituto Griego de Cultura, 1988 - Club de los 13, Sigfrido Radaelli, 1998, el Primer Premio Municipal de Novela, 1998 y el Premio Esteban Echeverría, 1999.
En 1965, recibió beca Stage en la Ortf, (París) otorgada por el gobierno francés. En el 67, la distinción fue del Fondo Nacional de las Artes, también con una beca.
Fue director del Fondo Nacional de las Artes en 1993.
Era un escritor polifacético que, luego de archivar su título de abogado, se dedicó tanto al cuento como a la novela, los guiones cinematográficos y la literatura para chicos.
Muchos de sus libros fueron best sellers desde que conoció la fama en 1968 tras la publicación de "Para comerte mejor".
A este le siguieron "Carta abierta a Buenos Aires violento", "Guía de pecadores", "Manual para nativos pensantes", "Medias negras, peluca rubia", "El príncipe de los lirios", entre otros.
A pesar de haber nacido en el interior fue uno de los escritores que supo mejor describir a la Ciudad de Buenos Aires y el sentir de los porteños, por lo que en año pasado la Legislatura porteña le otorgó el título de "ciudadano ilustre".

Escribió en "Río Negro"

Este diario tuvo el placer de contar a Eduardo Gudiño Kieffer entre sus colaboradores de páginas de opinión.
Lo hizo entre diciembre del "93 y mayo del "98. En ese andar abordó los más variados temas.
Escribió desde un talento que él tímidamente intentaba dosificar. Leer las reflexiones de Gudiño Kieffer fue y será siempre un homenaje a la inteligencia.
Su mirada sobre la cotidianidad de este país que tanto lo apasionó, siempre tuvo la impronta de la delicada ironía y humor que lo distinguió.
Entregaba sus notas como dicen sus editores que les enviaba los originales de libros. Casi pidiendo permiso:
- Mire, escribí esto... no sé... quizá sirva... usted vea...
- ¿Cómo hacer literatura después de Borges? - le preguntaron hace años.
- Escribiendo - respondió con la sencillez con que vivió y trascendió.

   
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