Sábado 21 de setiembre de 2002
 

Bandidos de Neuquén: El mito desnudo

 
  Oscar Fermín Lapalma en su recorrido por el norte de la Patagonia, que a principios de los años treinta había instalado en el imaginario popular las "andanzas" de Bairoletto, sostenía que el bandolero que asolaba la región era un criminal nato y nada tenía en común con el "matrero" ni con el mismo Juan Bautista: El matrero fue un gaucho valiente hasta la temeridad .... En cambio, el bandido de la Patagonia es un cobarde que perpetra siempre sus fechorías en banda. El matrero fue un delincuente redimible, a quien un culto exagerado al coraje lo determinó, primero, a delinquir ocasionalmente, y un amor insuperable por la libertad lo impulsó, después, perseguido por las autoridades, a la vida nómade y sin ley en la selva montielera o de los esteros correntinos. El bandido de estas regiones, en cambio, es un pervertido definitivamente, en quien sólo la reclusión perpetua o el fusilamiento pueden poner término a sus crueldades. ¿Construcción retórica? ¿El bandolerismo vivido en estas regiónes perteneció al mundo de los malos? ¿Un verdadero azote bíblico? Sin duda hubo voces que exageraron, imaginarios que agigantaron la violencia. Los bandidos existieron. ¿Qué bandidos?
El bandolerismo fue visto por quienes hicieron oír su voz en la prensa o en las oficinas de la "Ley" como exponente de una geografía social cargada de crueldad. Las denuncias realzaban las aspiraciones por un orden sano, civilizado, progresista, alejado de tanto crimen, inquebrantable frente al ataque a la propiedad privada. Se exigía la "natural" respuesta exterminadora. Hacia el invierno de 1900 el director del periódico Río Neuquén escribía la siguiente pieza parangonando los sucesos delictivos a una obra dramática. "Las nevadas de los días anteriores han venido a ser como un telón en el último acto de las tragedias; baja el telón y el drama concluye hasta otra función. Terminó por este año el bandolerismo que ha ofrecido abundante material a los anales del crimen: robos, saqueos, asaltos, homicidios; todo ha contribuido a hacer más interesante el argumento que indudablemente mejorará el año próximo, pues a ello dedicarán su actividad incesante, durante el invierno, los directores entre los bastidores de ultracordillera.
   
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