Viernes 23 de agosto de 2002 | |||
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Funcionario objeta la construcción del reactor |
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El secretario de Medio Ambiente fustigó las negociaciones que hizo Cancillería. Carlos Merenson reconoció el nivel científico de la empresa Invap. |
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El secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Carlos Merenson, afirmó que en las actuales circunstancias no hay posibilidades para que el Invap de Bariloche pueda construir el reactor nuclear que le encargó el gobierno de Australia. La iniciativa choca de frente con el artículo 41 y -según el funcionario- las cosas no se hicieron bien porque "no hubo consultas" y se "cometieron errores en las negociaciones". Precisamente ayer, grupos ecologistas y vecinos del sur del conurbano bonaerense participaron de una marcha del Foro Social Mundial, en el centro porteño, contra el acuerdo nuclear con Australia. Con un "zeppelín", muñecos, calaveras y carteles, los ambientalistas y manifestantes marcharon desde Plaza de Mayo hasta Plaza Houssay. "No podemos ponerle precio a la Constitución. Abrir la puerta al ingreso de residuos radioactivos estaría abriendo una hendija en el artículo que nos salvaguarda y nos protege contra el ingreso de residuos peligrosos no radiactivos", fue elocuente Merenson en una charla con "Río Negro". El funcionario consideró que la única forma de autorizar el proyecto es modificando el artículo 41. Ese punto prohíbe el ingreso al país de "residuos actual o potencialmente peligrosos o de los radioactivos". En abril de este año, Australia dio el visto bueno definitivo para que Invap diseñe y construya un reactor de pileta cubierta que será el más avanzado en su tipo a nivel mundial y que estaría en funcionamiento en el 2005. En la licitación dejó en el camino a proyectos de la poderosa firma alemana Siemens y de la canadiense AECL, entre otras. El pelo en la sopa es el artículo 12 del convenio, donde se deja abierta la posibilidad del ingreso de materiales radioactivos derivados del trabajo. Ese punto levantó en queja y provocó denuncias de organismos medioambientales y organizaciones no gubernamentales. Merenson, sin nombrarla, fue crítico de la Cancillería argentina, que en la última gestión acaparó buena parte de las estructuras de la secretaría de Ambiente. -¿Las negociaciones se hicieron mal?- le preguntó este diario. -Yo entiendo que sí, faltó un proceso de consulta que debió haber sido bastante más amplio, sé que esas negociaciones son complejas y complicadas y quizás en esa vorágine se cometieron estos errores- contestó el funcionario. La mala relación entre la secretaría de Ambiente y la Cancillería es un secreto a muchas voces en el edificio de la calle Córdoba, donde se ubica el organismo. Un dato: para la cumbre mundial de Johannesburgo (Sudáfrica) -que comienza la semana que viene- la delegación argentina iba a estar constituida sólo por representantes de la Cancillería. A presión la secretaría consiguió cinco plazas. Por eso, Merenson aprovechó para cargar las tintas sobre la Cancillería. No obstante el ingeniero forestal, que ocupa el sillón por el que pasaron María Julia Alsogaray y Oscar Massei, descargó elogios sobre el Invap. "Estamos orgullosos del Invap por el alto nivel que ha alcanzado, y por haber ganado una licitación internacional como la que ganó", enfatizó. "Es una verdadera lástima, lo siento como argentino, como un hombre que viene de la ciencia y de la técnica, siento mucho que tengamos que estar objetando un acuerdo en el cual la Argentina estaría exportando tecnología de primer nivel, pero vuelvo a decir, dentro de la ley todo fuera de la ley nada". Contexto: Una pulseada que lleva dos años |
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