Lunes 12 de agosto de 2002 | |||
Los plaguicidas amenazan la vida de los sapos enel Valle |
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Las crías también se encuentran en riesgo, según estudios de la UNC.Los insectos, principal alimento de estos animales, están en aumento.La presencia de químicos en el agua modifica su peso y tamaño. |
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No es un ocurrencia de laboratorio: este vecino de inmensa belleza interior está en riesgo. Y ya no se deja ver tanto en los canales, charcos y acequias. El tema es serio. Rápidamente la población de sapos se está reduciendo a niveles inimaginables, a la vez que los insectos -vitales en su dieta- se multiplican y se hacen más fuertes. Una serie de estudios realizados en los laboratorios de química de la Universidad del Comahue (UNC) revelan que los pesticidas que se utilizan para combatir las plagas de los frutales afectan directamente a las crías de los sapos. Los renacuajos -expuestos a la acción de los plaguicidas en los laboratorios- no llegan a nacer o nacen desformados. El problema de los anfibios no sólo es local. En Ecuador -por caso- hay siete especies que desaparecieron de la faz de la Tierra, donde están instalados desde hace 350 millones de años. Fueron ellos, los anuros (sapos y ranas), los primeros vertebrados en salir del agua y conquistar la tierra, y desde entonces se mueven gráciles en el líquido y a puro brinco en el suelo. Escaparon de los pisotones de los dinosaurios y zafaron de la hecatombe planetaria que eliminó a los grandes reptiles. Parece poco probable que los humanos podamos poner el riesgo de extinción a los cientos de variedades de sapos y ranas; pero el desquicio al que está sometido el medio ambiente complica la conservación de esta especie, fundamental en la cadena trófica. -¿La proliferación de insectos tiene que ver con la falta de sapos? -Por supuesto, no es la única, pero es muy importante- respondió la bióloga Gabriela Robellatti, integrante del laboratorio de Pesticidas del Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas, Químicas y de Medio Ambiente (Libiquima) de la UNC. Entre tubos de ensayos, terrarios y frascos y recipientes transparentes, los expertos de la universidad han conseguido la reproducción artificial de renacuajos a través de una suerte de inseminación. Las larvas son expuestas a diferentes plaguicidas en distinto grado de concentración durante experimentos que ya llevan hasta una veintena de años. "La presencia de plaguicidas en cursos de agua, no constituyen una amenaza sólo para el proceso de fertilización, sino que también afecta los períodos de desarrollo embrionario y larval de la especie (...) afectan los patrones de desarrollo normal de la especie, modificando su tamaño y peso normal, aumentando el número de malformaciones y determinando una supervivencia reducida de los embriones", señala una de las publicaciones científicas desarrolladas en la UNC. El trabajo forma parte de una serie de 19 que salieron de la UNC hacia distintos ámbitos científicos de todo el mundo. El equipo de la universidad ha transformado al laboratorio en un centro especializado en el tema donde, entre otras iniciativas, se analiza la posibilidad de utilizar a los sapos como una suerte de monitores "in situ" de las chacras valletanas. La reproducción no es sencilla para los sapos. De los pocos que llegan a ser adultos, se podría decir que la mayoría "muere virgen" porque el proceso de apareamiento es sumamente violento para los machos. En Libiquima han conseguido exitosos resultados de producción de renacuajos. "En condiciones normales hay un estadio de desarrollo, previa a la respuesta muscular, donde las larvas adquieren una forma bellísima, como la de un submarino exótico. Cuando hay exposición de pesticidas ese estadio es un horror, tarda en llegar y lo que sería la cola se tuerce y se desforma", describe el bioquímico Enrique Rosembaum, del laboratorio de Pesticidas. Los resultados de los estudios realizados en Libiquima permiten conocer que la mayor reducción del número de individuos se produce a lo largo de la fertilización y el desarrollo embrionario y larval. Estas etapas tienen lugar en el agua y se producen en primavera-verano, época que coincide con la mayor aplicación de plaguicidas. "Todo se ha dado en los últimos diez años. Recuerdo lo que eran las tardes, lo único que se escuchaban eran los sapos; ahora nada que ver", afirma Omar Gómez, nacido y criado en una chacra de Cervantes. Cadena de riesgos afecta la supervivencia NEUQUEN (AN).- Destrucción de su hábitat natural, infección por hongos y bacterias, introducción de especies competitivas en su hábitat, consumos de ranas para alimentación humana, lluvia ácida, irradiación de rayos ultravioletas y contaminación por plaguicidas y otros productos químicos industriales. Esas son las posibles causas que los científicos consideran "posibles responsables de la declinación de las poblaciones de anfibios", se describe en un trabajo publicado por los científicos Olga Anguiano, Adriana Castro, Enrique Rosenbaum, Andrés Venturino y Ana Pechen de D`Angelo. La leyenda de los batracios derrumbada por la ciencia NEUQUEN (AN).- "No es verdad que los sapos se transformen en príncipes si les das una beso; lo que sí es más probable que te pase es que el príncipe se transforme en sapo". |
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