Bariloche suma una nueva propuesta turística

Tiene lugar en el cerro Otto, el más cercano a la ciudad. La excursión incluye caminatas y gastronomía.

Desde el refugio Berghof, en el cerro Otto, se tiene una panorámica vista de la ciudad de Bariloche y el lago Nahuel Huapi.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La montaña más alta del ejido municipal, el cerro Otto con 1.405 metros, suma una nueva propuesta turística. El refugio Berghof, del Club Andino Bariloche, propone una salida de aventura, con buena gastronomía y recuerdos históricos en lo que fuera la vivienda de don Otto Meiling, el patriarca del esquí y andinismo en la región del Nahuel Huapi. La excursión se suma a lo que ofrece Piedras Blancas, el Centro de esquí Nórdico y el Teleférico Cerro Otto.
El "Viaje del Tiempo" es una propuesta del turismo histórico, un paseo al cerro Otto que recrea la ciudad de los años 30 y los albores del esquí y el andinismo en la Patagonia. La excursión apunta al corazón de esa entrañable historia; se inicia al atardecer, para los turistas desde los respectivos hoteles, y también desde la salida del teleférico en la base del cerro.
Desde allí se sube en las telecabinas hasta la confitería giratoria, donde se visita el salón que exhibe réplicas de tamaño natural de varias esculturas de Miguel Angel. Después se realiza una caminata por un bosque de lengas y finalmente se llega al refugio Berghof donde vivía don Otto.
Los visitantes son recibidos con vino caliente, y luego comienzan a conocer cómo era la vida en esas montañas. Y también la conmovedora historia de Meiling, especialmente de su mística, que combinaba una visión existencialista del mundo con un severo criterio ecologista.
La excursión continúa en el Museo Andino, donde los visitantes son introducidos, a través de historias y relatos, en el mundo del esquí y el andinismo, a comienzos del siglo pasado.
Ya de noche regresan al refugio para revivir la experiencia gastronómica de los pioneros: cocinar entre todos una fondue de queso, plato irreemplazable de aquellas reuniones. El postre es un panqueque caliente, recién hecho.
Después de la cena el grupo baja la montaña por el camino vehicular, con panorámica vista hacia la ciudad iluminada, el lago Nahuel Huapi y los picos nevados de la cordillera.
Néstor Luján, titular de Andes Patagónicos, el grupo de prestadores que organizan esta nueva excursión, aseguró que "este viaje histórico comienza en el Teleférico, símbolo de la modernidad y continua sobre rudimentarias raquetas de nieve, una forma de retrotraer al visitante al Bariloche de hace cien años".
"En el refugio se cena a la luz de las velas, como en aquellos tiempos, y si esa noche hay luna llena se genera un clima muy romántico, difícil de describir", agregó.
Este "Viaje del tiempo" también se realiza de día, subiendo en vehículos, con visitas al museo, la huerta y la tumba de don Otto, incluido un típico almuerzo de montaña. También se hace una caminata y luego se desciende en el teleférico.
"Esta excursión es parte del Bariloche diferente que queremos mostrar", concluyó Luján. La misma se proyecta diariamente y opera durante todo el año.
El costo del paseo, con "todo incluido", es de 59 pesos. Sin almuerzo ni traslados en el teleférico sale 25. Puede ser adquirida en agencias de viajes y turismo de la ciudad.

Catedral recibió a miles de visitantes

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En lo que va de la temporada el centro invernal del cerro Catedral fue visitado por más de 30.000 personas, estimaron ayer en la base del complejo. La cifra, que incluye a turistas y residentes, es una de las mejores en los últimos años.
Desde la Asociación Empresarial del Area Catedral se informó que la cantidad de visitantes se potenció por la muy buena nieve que hubo durante el mes de junio. Ello no solo permitió anticipar la apertura sino que muchos barilochenses aprovecharon para deslizarse por la montaña.
Durante julio la mayoría de los hoteles y aparts del cerro promedió una ocupación superior al 80 por ciento. Los hoteles de mayor categoría trabajaron a pleno.
No obstante, la temporada se presentó floja en lo que a cantidad de nieve respecta, y actualmente la base y la parte baja de la montaña volvió a quedar totalmente sin ella. De esta manera, se incrementan las colas en los medios de elevación, ya que todos los que practican esquí o snowboard deben subir hacia las cotas altas, las cuales si tienen buena nieve.
Ayer la montaña volvió a lucir un día primaveral, a pleno sol y temperatura agradable. Los empresarios e instructores de esquí volvieron a mirar hacia lo alto, pues las numerosas competencias deportivas y los eventos programados para el mes de agosto requieren de nuevas precipitaciones para garantizar su optima organización. Habrá que esperar, algo que no es nuevo en invierno.

"El turista sabe apreciar los buenos vinos"

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- "Los restaurantes, hoteles y vinotecas de la cordillera tienen una variedad muy importante de vinos argentinos, casi podría compararse con Buenos Aires o Mendoza, donde están todos los mejores vinos del país", aseguró Daniel Farías, un experto que visita la región.
Farías recorrió numerosos restaurantes y hoteles donde dictó cursos y asesoró a mozos, cocineros, chefs y restauranteurs sobre todo lo que hace a un mejor servicio del vino.
En diálogo con este diario aseguró estar sorprendido por la variedad y calidad de los vinos que se ofrecen al turista pero también ante el desconocimiento que sobre vinos se tiene en la cordillera patagónica. No obstante, señaló que a diferencia de otros lugares, "la gente está muy bien predispuestas a aprender e incorporar conocimientos". Sostuvo que en Buenos Aires, pese a tener vinos argentinos e importados, se sabe muy poco sobre ellos y para colmó el interés por aprender es nulo.
Vinculado a la bodega Nieto Senetiner, del grupo Pérez Companc, explicó que la política de la bodega es capacitar a las personas que trabajan con vinos, antes que promocionar exclusivamente sus productos. "Sostenemos que una persona que sabe de vinos va a saber elegir los nuestros", afirmó.
"Yo digo que los vinos hablan por si sólos, y para entenderlos no hay nada mejor que tomarlos", por lo cual, sus cursos incluyen invariablemente degustaciones de los nobles productos.
Sostiene que los vinos que se exhiben en estanterías deberían ser para promoción, no para tomarse, ya que por lo general no tienen la temperatura adecuada. Afirma que esta, junto con la limitación que de no saber aconsejar al cliente sobre cual vino tomar, es el problema más habitual en un restaurantes.
Evitó opinar sobre los precios a los que se venden algunos vinos, pero dijo que "hay muchos turistas que saben elegir muy bien que tomar y a que precio".