Lunes 19 de agosto de 2002
 

La gente pesca en el río Limay todos los días para poder comer

 

Con una tanza y un poco de paciencia, familias enteras buscan un pejerrey. Los guardafaunas flexibilizan las normas y castigan sólo a los pescadores furtivos.

 
La costa del río Limay cada vez más poblada. Los pescadores se trasladan como pueden a sitios donde saben que, al cabo de unas horas, conseguirán alimento.
NEUQUEN (AN).- "No quiere salir el almuerzo", suelen bromear en los días malos los pescadores que gastan horas junto a los ríos de la zona.
Son personajes de siempre los que, tarrito con tanza en mano, llegan a las riberas en busca de algún pejerrey o de una buena trucha arco iris, de mucha menor difusión entre los tres ríos que hacen forman la Confluencia. Por lo general nunca sacaron una licencia para pescar y más de una vez tuvieron que entregar todo su equipo a los guardafaunas. Es que para la ley son depredadores.
Desde un tiempo a esta parte los guardafaunas -a quienes muchos pescadores suelen denominar "los faunas"- se han vuelto contemplativos a la hora de aplicar la ley.
Sucede que la gran mayoría de los pescadores furtivos que se multiplican en las costas de los ríos está en búsqueda de sustento; es decir pesca para comer.
"Uno de da cuenta de cuáles son las personas que no les importa nada y de quiénes son los que pescan por necesidad", fue elocuente un añejo guardafauna neuquino.
"Saltado al sartén con un poquito de aceite y un poquito de limón para comerlo, con un buen día de pesca tenés para la cena de toda la familia", explica Jesús Espíndola, de 42 años, un experto pescador del río Limay. El hombre, que vive en Neuquén, es soltero y comparte el pescado con la familia de su hermana.
En la región, sobre todo en los últimos tiempos, se ha producido una verdadera avalancha de nuevos pescadores por necesidad.
En el lago Mari Menuco se da una situación particular. Cuatro hombres han sido detenidos en varias oportunidades en los últimos tiempos, siempre con embarcaciones y redes que denuncian una actividad comercial. Esos hombres son de una filetera de Cinco Saltos que está en jaque porque no quedan peces suficientes en el lago Pellegrini.
Con todo, queda claro que los peces se han transformado en pan para mucha gente en estos tiempos de crisis. Se sabe de la nobleza del alimento, riquísimo en proteínas y también se sabe del precio del pescado: el filet de pejerrey cotiza entre cinco y siete pesos en los supermercados de la zona.
Una tarde cualquiera en el paraje Las Perlas -que a partir de la construcción del puente que une al paraje con Neuquén tiene un récord de visitantes y de nuevos vecinos- puede ser la síntesis del boom de la pesca.
"Se llena y cada vez son más, viene gente de todos lados, a pie, en auto, en moto, pibes, gente grande, gente que sabe y gente que no sabe cómo se pesca", grafica Daniel Krezatti, el presidente de la comisión vecinal del paraje rionegrino.
Los elementos que se necesitan no son muchos y nada tienen de sofisticado: Un tarrito, de 30 a 50 metros de tanza, tres o cuatro anzuelos y las lombrices, donde parece estar la clave.
Espíndola, que a la par de la pesca vive de la venta de diarios, cuenta con el inestimable aporte de su sobrino Nelson, de 10 años, quien detecta a simple vista en qué lugar cavar en búsqueda de los invertebrados, clásica carnada en la pesca de río.
El paraje Las Perlas es uno de los lugares preferidos para buscar un pejerrey o una trucha. También Verde Limay o Valentina Sur.
Así como el canillita no tiene en problemas en contar las razones y las técnicas, muchas personas esquivaron la posibilidad de "salir en el diario". "No no quiero ¿para qué?", fue la respuesta de uno de los hombres que este diario quizo entrevistar en uno de los tantos puntos de pesca que hay junto a las aguas del Limay.
Así como Las Perlas, Verde Limay, Valentina Sur e Isla Verde de este lado de la confluencia; hay muchos otros puntos ya en el río Negro donde los pescadores repiten la ceremonia.
Alguna botella, una pava o un termo sirven para amenizar la espera del pescador que, siempre, debe llegar munido de paciencia, una de las pocos condiciones que requiere la actividad. Esta claro que en esta época de desove y con carnada no se puede hablar de un deporte y por eso se justifican las prohibiciones. También están claras las necesidades.

Remansos con pique

NEUQUEN (AN).- El "alcahuete" es un palito insignificante que los pescadores de río clavan o más bien presentan en la costa, a unos pasitos del agua. Sobre él apenas se engancha la tanza que en sus extremos tiene una o más plomadas y dos o más anzuelos. El "alcahuete" -al que algunos llaman avisador- tiene como única (y vital) misión avisar si hay algún pez pugnando por hacerse de la carnada. Así las cosas, los pescadores sólo se preocupan por lanzar las líneas al mejor lugar posible, que no siempre es el más lejano.
Los pescadores buscan por lo general los remansos, así que los "mejores" lugares son bastamente conocidos y por ende los más frecuentados. "Más arriba, en la zona de (el paraje) Santa Mónica yo he sacado algunas arco iris; acá los únicos que pican son pejerreyes y a veces algunas "viejitas" de río (una suerte de bagres)", explicó un muchacho que pescaba frente al destacamento policial de Las Perlas.
En el río Limay, los pejerreyes son amplia mayoría, lo mismo que en el Neuquén. Sin embargo, en éste último -en sus puntos más cercanos a la ciudad capital- los bichos no se muestran en gran cantidad. Es que la población ictícola, probablemente por la contaminación que afecta al curso de agua, ha disminuido considerablemente en los últimos años.
Así como son de sabrosos, los pejerreyes no se caracterizan por dar pelea y de no ser por el alcahuete los pescadores no se darían cuenta de que cayeron en la trampa. Distinto es el caso de las truchas que suelen dar una dura batalla antes de entregarse.

Batalla frontal a los que utilizan redes en la región

NEUQUEN (AN).- "Lo de Mari Menuco es claramente una actividad comercial, en Río Negro se quedaron sin pesca y se nos están viniendo", afirmó Miguel León, el jefe de los Guardafaunas de Neuquén.
En el lago en cuestión, lo mismo que Los Barreales se ha hecho común la actividad de pescadores furtivos rionegrinos quienes en los últimos tiempos -y en más de una oportunidad- han sido descubiertos "in fraganti" por los guardafaunas neuquinos.
Hace diez días, cuatro pescadores que se movilizaban en una embarcación fueron capturados por la patrulla del cuerpo con media docena de redes y unas 120 piezas en su poder. De acuerdo a la legislación se trata de una actividad depredadora ejecutada por personas que si bien cuentan con escasos medios pescan para luego filetear en una planta de Cinco Saltos. En esa localidad, hay tres fileteras oficialmente paradas. Hace alrededor de un mes, en Vista Alegre, una comisión de guardafaunas, policías y efectivos del organismo que contrala el ingreso de alimentos a Neuquén decomisaron varias decenas de pescado y una red de casi 100 metros. Estaban en un vehículo que venía de la zona de los lagos Mari Menuco y Los Barreales.
El reglamento de pesca de autoriza la pesca con carnada a lugareños que puedan demostrar que se trata de una cantidad que será consumida familiarmente. "Si vemos que sacan y después los dejan tirado, les quitamos los equipos; si vemos que una persona se lleva 50 piezas las incautamos porque se trataría de una pesca que no tiene que ver con el sustento", explicó León en diálogo con este diario.
El jefe de los guardafaunas fue concluyente con el tema de la redes. "No se pueden usar bajo ningún concepto en ningún río y en ningún lago de la región; últimamente se ha hecho muy común en Mari Menuco y siempre son las mismas personas", añadió León quien habitualmente trabaja en el área de El Chocón.

Fuertes contrastes

NEUQUEN (AN).- La pesca por necesidad tiene algunas explicaciones en esta ciudad de fuertes contrastes.
La batalla que plantean los hipermercados por captar el consumo es uno de los rostros de una capital que se muestra dinámica y con pesos en el bolsillo. El otro es la pobreza del oeste neuquino, un cordón de asentamientos precarios que crece sin cesa, además de las carencias que existen en zonas semi rurales, periféricas a la ciudad.
En mayo último, el índice de desocupación alcanzó un nivel récord -20,9%-, una señal que marca que aquí se destruyó mucho empleo, en sintonía con lo que sucedió en todo el país.
Las estadísticas reflejan una porción del problema porque la medición toma el conglomerado Neuquén-Plottier. Sin embargo, esa vara sirve para conocer que en los últimos meses se cerraron cerca de seis mil empleos.
Neuquén se encuentra entre las capitales con mayor índice de desocupación y por sus características de concentración de población ha generado todas las condiciones para albergar a la pobreza urbana. Neuquén todavía se destaca porque los empleados públicos cobra dentro del mes y en pesos, pero también por su alto nivel de excluídos del mercado laboral.
Los que pescan para comer se suman a los que revuelven tachos de basura para el mismo objetivo.

   
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