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Lunes 12 de agosto de 2002 | |
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Frustraciones |
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| La política debe permitir mejorar la situación de la gente, sino no sirve. Este análisis es el mayor cuestionamiento a la clase dirigente. No exclusivamente de los actuales y graves dilemas socio-económicos del país sino de cuestiones más cotidianas. La última sesión del Concejo Deliberante fue escenario de esta existencia. Se reinstaló públicamente el viejo e indefinido problema de las viviendas del barrio Islas Malvinas que mantiene en vilo a sus 45 familias mientras distintas autoridades provinciales y municipales no lograron en casi una década resolver la pertenencia legal de las tierras. Hace dos años, esos vecinos ya se llegaron al Concejo con su desvelo: definir la tenencia de las tierras y las 30 viviendas prefabricadas, ubicadas entre la ex ruta 3 vieja, el Automóvil Club Argentino y el barrio Idevi. Las familias están como "prestatarios" o "usurpación de hecho". No hay cloacas y para la calefacción se utiliza leña o gas envasado. Las paredes interiores están perforadas y las aberturas en mal estado o directamente clausuradas. El predio pertenece a la provincia, lo cual, diluye responsabilidades con el municipio. Los trámites se acumularon en distintos expedientes. Las mayores promesas se remontan a las épocas electorales. Por esos días, en 1999, se sumaron diseños para construir otro barrio en otro sector. La pretensión vecinal parece más práctica: clarificar la posesión legal, pues la incertidumbre de la pertenencia es otro elemento del deterioro de las unidades además de las propias carencias económicas. En su reciente petitorio, la Junta Vecinal plantea cuestiones tan elementales como afectar a la limpieza barrial a los beneficiarios al Plan Jefe que "aún no han sido convocados para cumplir tareas". El cuadro social del barrio es preocupante. Un relevamiento del 2000 detectó que los ingresos de las familias (que llegan a 9 miembros) promedian los 290 pesos por mes. Algunas -directamente- no tienen y otras rondan los dos pesos diarios. El 40 por ciento de los habitantes tienen menos de 12 años. Esta irresoluta situación barrial suma frustraciones a las cotidianas miserias de los vecinos. Esta dilación es inexplicable cuando esa inicial legalización de tierras no requiere necesariamente de mayores recursos. Hasta ahora, los expedientes suman peticiones y elevaciones entre las áreas gubernamentales. Muy decepcionante para la gente. Muy peligroso para el sistema político. Un reciente sondeo de opinión advirtió que ocho de cada diez viedmenses, más del 81 %, no se sienten representado por sus autoridades. Lo más preocupante es que sólo algo más de la mitad (precisamente un 52 %) confía en la democracia. Este sistema político siempre deja hilos sueltos pero en Argentina parece que demuestra más fallas que en otros lugares. Aún así, no hay que culpar a la democracia de los fracasos de la democracia. Adrián Pecollo |
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