Jueves 8 de agosto de 2002
 

Planean nuevo servicio de emergencias
 

El hospital Carrillo no da abasto para atender los pedidos de asistencia. Hay serias carencias en el sector de consultorios externos y en la guardia.
  SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- ¿Pueden acomodarse 32.000 personas en 75 metros cuadrados? Sí, siempre que sea de un puñado a la vez. Así ocurre en la guardia del hospital Ramón Carrillo a lo largo de cada año. Sólo se puede atender a unos pocos al mismo tiempo, en tres reducidos consultorios y un box de enfermería.
Se trata de un conjunto obsoleto para la demanda de emergencias que exhibe la ciudad, con un hospital pensado para hace 30 años atrás, pero que hoy complica a los médicos y enfermeras y malquista a los propios pacientes.
Sin embargo, el hospital y el municipio, con el diseño del arquitecto y Planificador en Recursos Físicos de Salud, Guillermo Ures, trabajan en un proyecto para un nuevo servicio, que permitiría desahogar la actual situación del nosocomio.
Conviene recordar que el hospital también está en aprietos serios por las restricciones del sector destinado a consultorios externos, por donde pasan unas 85.000 personas al año.
Para los próximos días se espera el arribo de autoridades provinciales del área de Salud, arquitectura y obras, que verán in situ las alternativas y posibilidades. Así lo confirmó el intendente Schroh, tras su ultima visita a la ciudad de Neuquén, donde realizó distintas gestiones.
El proyecto en ciernes -que en verdad se enmarca en todo un estudio de rediseño funcional del hospital- apunta a construir un nuevo sector de Emergencia, con una superficie de servicio de 320 metros cuadrados cubiertos y 120 metros cuadrados semicubiertos.
El nuevo servicio se organizaría con sectores diferenciados para consultas y prácticas; internación-observación (incluye sala de reanimación); atención de adultos y pediátricas; áreas técnicas y públicas y sitio de estacionamiento para ambulancias. Por cierto, se incluye el sector de enfermería, sitio de estar del personal, sanitarios y depósito.
El director del hospital, Daniel Vincent, se mostró muy entusiasmado con la posibilidad, que al mismo tiempo permitiría hacer reubicaciones para mejorar la tarea en el sector de consultorios externos.
La inversión rondaría los 320.000 pesos más IVA, con un plazo de 150 días estimado para la ejecución de la obra.

Mario Mazzeo, solidaridad de tiempo completo

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- "Corría 1985, y junto con algunos cambios en el crecimiento de la ciudad comenzamos a ver signos preocupantes. La presencia de adolescentes consumiendo cerveza en las calles, que no era algo común. Aquella impresión nos movilizó y nuestras preocupaciones se hicieron realidad. Tiempo después creamos la fundación".
Así recuerda Mario Mazzeo el nacimiento de la sanmartinense Fundación Catalina, que este psicólogo social encabezó desde sus inicios en 1989. Hoy, estos profesionales que trabajan desde distintas disciplinas se ocupan cada año de unos 40 jóvenes de entre 14 y 21 años, que por distintas causas pueden ser considerados en "riesgo social".
Abordan la tarea desde actividades como la Escuela del Oficio de Plantar, o los Centros Digitales Comunitarios; en este caso con el aporte de la Fundación Compañía Social Equidad.
Mario es el motor de Fundación Catalina, y ya desde hace tres años dejó otras ocupaciones para dedicarse a ella a tiempo completo. La fundación tiene por objetivos y actividades la prevención y la asistencia, la docencia y la investigación en temas de índole psicosocial.
"La escuela y los centros, entre otros, son dispositivos de trabajo para la inserción social. Frente al fenómeno de la exclusión, la fundación trabaja a favor de la inclusión social...", explica Mazzeo.

La condición humana

Dominan la escena desde la cabecera oriental del lago Lácar. Son material y argamasa convertidos en figura por mano maestra; son "ciervos" retratados una y otra vez por miles y miles de visitantes que los eligen como telón de fondo.
Pero por esas raras cosas de la condición humana, alguien o algunos no han tenido mejor idea que arrebatarles la cornamenta. La robaron luego de tirar y aflojar, aflojar y tirar. Ellos, los ciervos, nada dijeron. Quizá por vergüenza. (ASM)
   
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