Martes 13 de agosto de 2002
 

Mercados del Brasil no confían en el acuerdo con el FMI

 

Subieron el riesgo-país y el real y bajó la Bolsa. Desconfianza por las elecciones. El Central dio marcha atrás y volvería a intervenir en el sistema cambiario.

 
La mala performance del candidato del "establishment" brasileño sigue causando preocupaciones a los mercados financieros.
SAN PABLO (ANSA).- Los mercados brasileños "ignoraron" ayer los 30.000 millones de ayuda financiera del FMI y por segundo día consecutivo retomaron las turbulencias, con una fuerte baja de la Bolsa de San Pablo, y el dólar y el riesgo país en alza.
La Bolsa de San Pablo cerró con una baja de 2,62%, con el índice Ibovespa a 9.723 puntos y un volumen de negocios de 213 millones de dólares, mientras el dólar cerró con un alza de 4,47%, cotizado a 3,14 reales para la compra y 3,15 reales para la venta.
El riesgo-país se disparaba por encima de los 2.200 puntos, con un aumento de más del 11%, impulsado por una venta masiva de papeles de la deuda brasileña lanzada por inversores extranjeros.
Brasil ocupa ahora el tercer lugar en la lista de países más riesgosos para invertir, detrás de Argentina y Nigeria, y superando a Uruguay.
Analistas sostienen que los mercados vivieron ayer una difícil combinación de falta de liquidez de divisas, necesidad de las empresas de obtener dólares para enfrentar vencimientos externos e incertidumbre electoral.
Según estudios privados, las empresas brasileñas acumulan vencimientos de deudas en el exterior por 2.000 millones de dólares durante agosto. El aumento del riesgo país las deja fuera del crédito externo, muy caro.
Ante eso, las empresas se volcaron a la plaza local, "seca" tras el anuncio del Banco Central de suspender sus intervenciones diarias. El presidente del Banco, Arminio Fraga, afirmó ayer que podría revisar esa decisión.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Pedro Malán, elogió una vez más el acuerdo alcanzado con el FMI, y advirtió que "no vamos a tomar medidas adicionales" para frenar el alza del dólar, que tocó el tercer nivel más alto desde la creación del real.
El director del Banco Inter American Express, Marcelo Allain, advirtió que las cosas pueden complicarse más esta semana, dado que el jueves el Banco Central enfrenta "un vencimiento pesado de títulos cambiales", por al menos 2.800 millones de dólares. Muchos inversores estarían presionando para elevar el valor de la moneda norteamericana y así recibir el jueves una mayor cantidad de reales por sus títulos.
El Banco Central inició un proceso de reprogramación de esos vencimientos, que ayer alcanzó al 25% del total, pero debió pagar intereses astronómicos, de hasta un 33% por encima de la variación cambiaria.
"Es muy caro, pero eso es lo que hay que pagar si uno quiere reprogramar", dijo un operador de bolsa de San Pablo.
Los mercados también están viviendo una toma de ganancias. El jueves, el anuncio de la ayuda financiera del FMI provocó una fuerte caída del dólar y del riesgo país, y mejoró la posición de los C-Bonds, los principales papeles de la deuda brasileña. El viernes y ayer, aseguran analistas, inversores extranjeros aprovecharon esa mejora en el precio relativo de papeles brasileños para venderlos y, en gran parte, abandonar sus posiciones en Brasil.
La mayoría de los operadores subraya que la incertidumbre electoral sigue influyendo negativamente sobre los mercados, pese a la ayuda del FMI. El favorito de los inversores para las elecciones de octubre, el oficialista José Serra, no consigue consigue levantar en las encuestas.
Los mercados temen que Serra quede fuera de una eventual segunda vuelta, que hoy sería entre Luiz Inacio Lula da Silva y Ciro Gomes, dos opositores, con distintos matices, a la actual política económica. "El problema no es el monto de la ayuda del FMI, advirtió el analista Dany Rappaport, de la consultora Tendencias, sino la credibilidad del próximo gobierno en aguas muy turbulentas".

"Lula" avanza, pero Serra no renuncia

Luiz Inácio "Lula" Da Silva defendió ayer su amistad con Fidel Castro y dijo que, si gana las elecciones presidenciales brasileñas, "no hay riesgo de que aquí pase lo de Venezuela", en alusión al intento de golpe de Estado de mediados de abril.
"La sociedad brasileña tiene instituciones más fuertes y, además, yo no soy Hugo Chávez. El es un joven de unos 40 y tantos años, con una formación básicamente militar. Yo soy un político y un hombre que está acostumbrado a dialogar con todos los sectores", dijo Lula. Da Silva, un socialista que en los últimos tiempos moderó su discurso y sus propuestas, - "estoy más maduro y veo que la sociedad es más compleja de lo que pensaba", explicó- reveló que a fines del año pasado "le aconsejé a Chávez que dialogara con sus adversarios".
Por su parte, el oficialista José Serra afirmó ayer que no piensa renunciar a la candidatura a presidente de Brasil y minimizó las encuestas de intención de voto, que lo muestran en un lejano tercer puesto.
"No me preocupan las encuestas. Hasta ahora hemos estado en un entrenamiento, pero el partido empieza la semana próxima", dijo Serra en alusión a que el 20 de agosto comienza la publicidad electoral en radio y TV.

     
     
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