Aquí no, Antoine
En boca de ese Principito que deslumbró a chicos y grandes desde aquel 6 de abril de 1943, la frase de Antoine de Saint Exupéry comenzó a dar la vuelta al mundo.
Hoy, a más de 59 años de la primera edición de la obra, sus palabras llegaron a convertirse en una de las máximas más utilizadas por aquellos que consideran a lo material una cuestión secundaria.
También tendría un espacio destacado para aquellos que hacen de la política una práctica habitual. Ideas, proyectos, reflexiones -esencial punto de partida para una persona que se precie de político con todas las letras- son invisibles a los ojos.
La mayor licencia que podría aceptarse para alejarse del principio de Saint Exupéry sería trasladarlas a un escrito para difundirlas, pero no habrán perdido lo fundamental para llegar al objetivo de la política, entendida desde el debate de ideas para la construcción de una sociedad mejor.
En la política partidaria argentina, Saint Exupéry se sentiría, al menos, desconcertado.
Lo esencial es "visible" a los ojos.
¿Qué es lo esencial para ser un político exitoso? Contar con un buen aparato como respaldo. Las buenas ideas pueden ser un excelente complemento, pero por estas latitudes está ampliamente comprobado que primero se llega y después se demuestra quién es quién.
En este contexto, el radicalismo tuvo durante la semana pasada un "entrenamiento" para los tiempos electorales que se vienen.
Primero en los barrios y ayer en la escuela 32, los dirigentes llevaron adelante la elección de nuevas autoridades del comité más grande que tiene Río Negro.
Y allí apareció otra vez lo considerado esencial. Colectivos para trasladar a los votantes, acusaciones desde una de las listas sobre presiones para direccionar la decisión de afiliados que reciben ayuda alimentaria, dirigentes barriales en medio de un agitado ir y venir desde sus "bases de operaciones" hasta el lugar de los comicios. En pocas palabras, lo mismo de siempre pero a menor escala porque sólo se trató de una compulsa por cargos dentro del partido y no rentados.
De todas maneras, la elección sirvió para sacar algunas conclusiones sobre el presente radical de Roca.
La primera de ellas es que si algo faltaba para quebrar más la relación entre el gobernador Pablo Verani y el intendente Ricardo Sarandría, en los últimos días hubo aporte de cuotas importantes.
Esta vez todo surgió del mandatario provincial. Primero, en la inauguración del yacimiento Las Bases, donde se mostró distante del jefe comunal y luego remató diciendo que no lo acompañará en una eventual carrera por la reelección en la intendencia.
Más duro estuvo en la cena que el sábado por la noche se realizó en la escuela Romagnoli. Uno de los comentarios más escuchados ayer tuvo que ver con las palabras en contra de Sarandría expresadas tanto por Verani como del ex intendente y precandidato a gobernador Miguel Saiz.
En la cena en la zona rural también se habló de la precandidatura de Demesio Ulloa a legislador, similares aspiraciones a las que tendría Rodolfo Romero, el aval real que tiene Roberto Fieg para pelear por la intendencia, etcétera, etcétera.
Una verdadera danza de nombres en lucha por un espacio de poder convive con los radicales roquenses. Sin embargo se sabe que en pocas semanas termina la negociación, el partido se abroquela y todos ponen en marcha el aparato, esencia visible del poder que mantiene la UCR en la ciudad y la provincia.
En síntesis, Saint Exupéry no tendría nada que hacer por la política argentina actual. Y si hubiera querido insistir en visitarnos, malos augurios para él: hay que acordarse de que en Roca la palabra aeropuerto es "non santa".
Hugo Alonso
halonso@rionegro.com.ar
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