Lunes 5 de agosto de 2002
 

Una niña y un hombre fallecieron en un atentado terrorista en España

 
  MADRID- Una niña de seis años y un adulto de unos 50 murieron ayer por la explosión de un coche-bomba presuntamente colocado por el grupo armado separatista vasco ETA en un cuartel de la Guardia Civil cerca de Alicante, España.
La información fue confirmada por el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, en tanto que voceros extraoficiales de la unidad de la Lucha Antiterrorista deslizaron que habría una tercera víctima mortal.
La niña fallecida era hija de un agente de la Guardia Civil, de unos 30 años, y de una cocinera que trabaja en el restaurante que funciona en la Casa Cuartel de la Guardia Civil, objetivo del atentado.
La explosión alcanzó a la pequeña en el interior de la casa-cuartel y pese a que fue trasladada de urgencia por una ambulancia, llegó muerta al hospital de Elche.
El adulto, de quien en un primer momento se informó que era pariente de la pequeña, resultó ser un transeúnte ocasional que estaba en una parada de autobús. El hombre era oriundo de la localidad de Alcázar de San Juan y vivía en la ciudad de Torrevieja.
Al menos 40 heridos, cuatro de ellos de gravedad -según la Guardia Civil-, fueron trasladados al hospital Central de Alicante, el de Elche y el de San Juan.
La mayoría de los heridos estaba aguardando un autobús en una parada cercana al lugar del siniestro, informaron fuentes de la Cruz Roja, cuyas ambulancias de socorro acudieron rápidamente al lugar.
El vehículo estalló a las 20.30 locales frente a la casa-cuartel de la Guardia Civil situado sobre la calle Azorín, en la localidad alicantina de Santa Pola, muy cerca de la oficina de turismo de la localidad a la que anualmente concurren decenas de miles de españoles para el descanso veraniego.
Las autoridades recibieron un alerta sobre la presunta colocación de otro vehículo cargado de explosivos, en cercanías del lugar donde estalló el primero, pero hasta avanzada la noche no lo habían detectado.
La zona de la tragedia, conocida como El Palmeral, permanece sin energía eléctrica y fue acordonada a 200 metros a la redonda y fue desalojada como medida preventiva.
El presidente del gobierno español, José María Aznar, quien se encuentra de vacaciones en la isla de Menorca, fue inmediatamente informado de lo ocurrido, e incluso evalúa la posibilidad de trasladarse en las próximas horas a Santa Pola, dijeron fuentes gubernamentales.
El delegado Camps se dirigió inmediatamente hacia el lugar de los hechos junto a los ministros de Interior, Angel Acebes, y de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, para interiorizarse de los detalles, según revelaron fuentes del Ministerio del Interior.
La máxima autoridad del País Vasco, Juan José Ibarrexte, repudió "en nombre de toda la sociedad vasca", el atentado atribuido a ETA y lanzó una convocatoria de rechazo a la violencia para hoy al mediodía.
La detonación provocó, además, destrozos en la Casa-Cuartel de la Guardia Civil y roturas de vidrios en toda la calle.
Un oficial de la fuerza, que prefirió mantener su nombre en reserva, dijo a la emisora local Cadena Cope que el cuartel "quedó inservible", por lo que unas 40 familias que vivían allí (aproximadamente 125 personas) serán realojadas anoche en casas particulares y hoteles cercanos.
Pese a que los investigadores trabajan sobre la única hipótesis de un nuevo atentado de ETA, trascendió que -al contrario de como suele operar la banda armada- esta vez no hubo llamados de advertencia sobre la colocación de los explosivos.
El vehículo que detonó, según un primer informe, sería un Opel negro con matrícula de Bilbao, País Vasco, pero otras fuentes indican que se trató de un Ford: la falta de precisión obedece a que el automóvil resultó totalmente destruido.
Los últimos atentados de ETA coincidieron con la Cumbre Europea de Sevilla, en junio pasado, cuando España concluyó la presidencia de turno de la UE. El 21 de junio, sendos coches bomba estallaron en las localidades de Fuengirola y Marbella, Costa del Sol, y un día después otros dos detonaron en Mijas y Santander, también localidades de veraneo. (ANSA/DPA)

743 años de prisión

MADRID- Dos dirigentes de la proscrita organización independentista vasca ETA fueron sentenciados a 743 años de cárcel cada uno por un atentado contra un autobús militar en 1987 que mató a dos personas e hirió a 44, dijeron fuentes judiciales.
Desde su extradición de Francia en el 2000, donde fueron detenidos a finales de marzo de 1992, Francisco Múgica ("Pakito") y José María Arregui ("Fiti"), han sido condenados a miles de años de prisión aunque sólo pueden cumplir 30, que es el máximo de permanencia en la cárcel, según establece la ley.
ETA ha matado a más de 800 personas desde 1968, cuando inició su guerra armada en busca de crear un Estado independiente vasco en el norte de España y el sur de Francia.
En su sentencia, la corte dijo que "Pakito" se encargaba desde Francia de dirigir los comandos operativos de ETA y que fue quien propuso a los integrantes del "comando francés" que se trasladaran a la ciudad española de Zaragoza para atentar contra un autobús del ejército en el que viajaban oficiales.
"Fiti" entregó al comando el explosivo necesario para cometer esta acción, dijo el auto de la sentencia. (Reuters)

     
     
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