Sábado 31 de agosto de 2002

 

Milito fue liberado por sus captores

 

La familia de los futbolistas habría pagado $100.000.

 
"Me trataron muy bien. Confiaban en que íbamos a conseguir el dinero", dijo Jorge Milito.
BUENOS AIRES (DyN).- Después de permanecer casi 24 horas secuestrado, Jorge Milito, padre de los futbolistas Gabriel y Diego Milito, fue liberado ayer a la mañana sano y salvo luego que su familia pagara un rescate por un monto no revelado, aunque algunos aseguran que se entregaron cerca de 100.000 pesos.
Los secuestradores habían hecho un prolijo trabajo de "inteligencia" para capturar a Milito, eran al menos seis, y presuntamente operaban en la zona del sur del conurbano, donde habría estado secuestrado, entre los partidos de Berazategui y de Quilmes.
Milito llegó ayer a las 7 a su casa de Alem 476 de Bernal, partido de Quilmes, en un remis que abordó cerca del lugar donde fue liberado por los secuestradores, en un camino de tierra paralelo a la autopista La Plata-Buenos Aires, en el partido de Berazategui.
De buen semblante, Jorge Milito dijo que fue bien tratado por sus captores, que estimó eran "profesionales", y aconsejó que quien viva una situación como la que él atravesó, debe "permanecer tranquilo y hacer lo que le dicen, porque es la única alternativa".
"Uno siente impotencia, el país está en llamas y cuando a uno le pasa, se da cuenta de lo grave que es", enfatizó Milito .
Por su parte, el comisario Edgardo Alem admitió la posibilidad de que ya existan pistas sobre los secuestradores e indicó que los delincuentes son "profesionales" que habían hecho intensas tareas de inteligencia para detectar todos los movimientos de la víctima.
Luego de dos horas de haber regresado con su familia, Milito salió a la puerta de su casa a dialogar con los numerosos periodistas que lo aguardaban, a quienes les agradeció por la preocupación que manifestaban.
"Quiero agradecer a todos los que me apoyaron, esto tuvo un final feliz, pero lamentablemente en Argentina pasan estas cosas muy graves", afirmó Milito, tras relatar que los secuestradores "me levantaron aquí (a metros de su casa), me encapucharon, no sé donde estuve, no tengo idea de cuánto duró el viaje" hacia el lugar donde estuvo cautivo y que "ellos daban a entender que conocían muy bien la zona".
Sin embargo, se mostró muy parco a la hora de dar detalles de lo ocurrido, tal vez con temor a sufrir represalias posteriores, por lo cual no quiso decir ni si advirtió en qué lugar estuvo secuestrado, ni cuántos eran los que lo mantenían cautivo.
Aseguró que en general fue bien tratado y que los secuestradores le "daban de comer, de tomar" y le pedían que se mantuviera en calma porque "las negociaciones iban bien", y que todo el tiempo estuvo vendado y atado sobre una cama.
A diferencia de otros casos recientes de secuestro, Milito confirmó en declaraciones a la prensa que durante su cautiverio pudo hablar tres veces por teléfono con sus hijos para decir que estaba bien y que hicieran todo lo que les pedían.
Reveló también que los secuestradores "miraban televisión" y que "el momento más tenso fue cuando se corta la comunicación" cuando el secuestro trascendió a los medios, pero "logramos restablecerla porque les pasé otros números de teléfono" para que se puedan comunicar con sus familiares.
Por su parte, Hugo Issa, representante de los dos hijos del secuestrado, los futbolistas Gabriel y Diego Milito, dijo que los encargados de mantener las conversaciones con los secuestradores fueron primero Gabriel y Diego Milito, y luego él mismo. El representante dijo que habló con dos hombres distintos, "uno, joven, que parecía muy coherente y muy racional" y otro "un chico, que estaba muy nervioso".

"Este país está en llamas"

BUENOS AIRES (Télam).- El padre de los futbolistas Gabriel y Diego Milito evaluó que sus captores son "profesionales" y lo trataron "bien", y consideró que "el país está en llamas", al referirse a la situación de inseguridad.
Acompañado por Gabriel y Diego, jugadores de Independiente y Rácing Club, respectivamente, Jorge Milito, de 47 años, conversó con los periodistas en la puerta de su casa del barrio La Cañada, de Quilmes, adonde llegó ayer a la madrugada.
Jorge confirmó que todo el tiempo estuvo "encapuchado", razón por la cual no sabe dónde estuvo ni quiénes eran sus captores. "Yo me cuidaba muy bien de permanecer encapuchado", dijo el hombre, quien de esa manera intentó no ver la cara de sus secuestradores y evitar así que lo asesinaran. Narró que con sus captores, cuyas voces tampoco pudo reconocer, "hablamos un poco de fútbol".
"Ellos conocían a los chicos, me preguntaron por ellos y de qué cuadro soy yo. Y me decían que me quedara tranquilo, que estaba todo bien, que iba a salir todo bien", manifestó.
También expresó que durante su cautiverio pudo hablar con sus dos hijos y reiteró que "el trato (que recibió) fue bueno, teníamos buen diálogo", razón por la cual añadió: "Calculo que sabían lo que hacían".
Dijo que por el timbre de las voces supone que "eran medianamente jóvenes y tenían buena fe de que esto se iba a resolver bien", y añadió que cuando hablaban entre ellos "nunca se mencionaron por el nombre o apodo".
Al ser consultado sobre si se irá del país, dijo que no podía dar una respuesta ahora. "Esas cosas hay que meditarlas y hablarlas en familia, yo no puedo agarrar e irme así como así", expresó.
Al referirse a la situación de inseguridad del país, manifestó: "El país está en llamas. Cuando a uno le pasa, se da cuenta de que es grave". Ante otra pregunta acerca de cómo debe comportarse una víctima de un secuestro, respondió que "hay que estar tranquilo y responder a todo lo que dicen, no tenés alternativa".

Abandonan sano y salvo en una villa al hijo del empresario

BUENOS AIRES (DyN).- Juan Pablo Anceschi, el chico de 15 años secuestrado el miércoles en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, apareció ayer a la madrugada sano y salvo en El Jagüel, en el partido de Esteban Echeverría, tras el pago de un rescate, y en sus primeras declaraciones a la prensa expresó su deseo de irse del país debido a la creciente ola de inseguridad y confesó que tuvo miedo de que lo mataran.
El chico fue liberado ileso tras permanecer casi 36 horas en poder de sus secuestradores, que cobraron cerca de 18.200 dólares y 5.000 pesos por el rescate, pese a que inicialmente habían reclamado medio millón de dólares, informaron fuentes policiales.
Juan Pablo fue dejado a las 2.10 de ayer cerca de una villa miseria de El Jagüel, en el sur del Gran Buenos Aires, curiosamente en la misma jurisdicción donde fue secuestrado otro adolescente, Diego Peralta, de 17 años, cuyo caso tuvo un final trágico ya que apareció asesinado 39 días más tarde en una tosquera de Ezpeleta, pese a que su familia pagó rescate.
Un vocero policial consideró "sospechoso" que Juan Pablo haya sido liberado precisamente en esa zona y sostuvo que se analizará la información recabada en el caso a fin de establecer si hay coincidencias entre las bandas.
El ministro de Seguridad Bonaerense, Juan Pablo Cafiero, aseguró que la banda de secuestradores estaría individualizada y expresó que "estos hechos apuntan a ponernos de rodillas frente a los delincuentes, pero no lo van a conseguir".
Durante su cautiverio, el menor estuvo atado de pies y manos y con los ojos vendados, aunque tanto él como sus familiares confirmaron que fue bien tratado por los secuestradores, que le dieron de beber y comer y le permitieron ir al baño.
Tras su liberación, con los labios morados por el frío y el miedo de no saber dónde se encontraba, Juan Pablo deambuló durante más de una hora, pidió ayuda en dos lugares donde no le quisieron abrir hasta que tocó timbre en una remisería, desde la cual se comunicó telefónicamente con sus padres .
Susana Sánchez, la dueña de la remisería "San Jorge" donde apareció Juan Pablo, dijo que el chico estaba "desabrigado, tenía mucho frío, tocó el timbre" y su hija le abrió la puerta, momento en el que "se dio a conocer como el adolescente secuestrado en Ramos Mejía", agregó.
Además señaló que cuando llegaron los policías para llevarse al chico los remiseros no lo querían entregar por temor a que se tratara de secuestradores disfrazados.
El chico, hijo del ex dueño de la firma Klaukol, líder en la venta de adhesivos para materiales para la construcción, fue secuestrado el miércoles a las 15, cuando se encontraba jugando en el cyber café Mac Rock, en pleno centro de Ramos Mejía.
Su padre, Juan Marcos, había salido de su casa para llevarlo hasta el colegio Don Bosco, donde cursa el noveno año de EGB, ya que a las 16 tenía clase de gimnasia, pero irrumpieron en el local dos delincuentes armados que, tras apuntar al chico con un arma en la cabeza lo obligaron a entrar a un auto en el que emprendieron la fuga.
En uno de los primeros de los 17 llamados que hicieron, los captores exigieron 500.000 dólares
Juan Pablo se mostró sonriente, pero aseguró que le tocó vivir una pesadilla. "Tenía mucho miedo que me mataran", aseguró.
de rescate, mientras la familia inició por su cuenta las negociaciones sin dar intervención a la Policía, aunque la comisaría Segunda de Ramos Mejía y la brigada Antisecuestros de la Bonaerense comenzaron a actuar de oficio.
Cerca de las 19 del jueves el padre del menor atendió un llamado en el que por primera vez recibió una prueba de vida al poder hablar con su hijo.
En la conversación el hombre les dijo a los secuestradores que había logrado conseguir unos 18.000 dólares diciendo que "era lo máximo que tenía". Y les pidió que liberaran a su hijo, lo que los captores aceptaron.
Los delincuentes se comunicaron al teléfono celular del empresario y le hicieron hacer distintas postas para despistar, hasta que finalmente tomó por el Camino de Cintura y alrededor de la medianoche arrojó el paquete con el dinero en un puente ferroviario sobre esa ruta, a la altura de la fábrica Firestone, cerca de Monte Grande.
El padre de Juan Pablo encaró las negociaciones y estuvo permanentemente acompañado y asesorado por su abogado -de apellido Luengo- y el ex comisario Mario Naldi, aunque fue solo a entregar el dinero, que tenía en su casa y también colectó entre amigos.

Caminó perdido durante más de una hora

BUENOS AIRES (DyN).- El adolescente Juan Pablo Ansechi "está muy asustado, agotado y pasó mucho frío", dijeron ayer sus familiares, que pidieron "por favor a los políticos que en vez de preocuparse por las internas se preocupen por la gente" ante la creciente ola de secuestros.
Los padres, los abuelos y la tía de la víctima dijeron que el chico fue liberado a las 2 de la mañana cerca de una villa miseria de El Jagüel, y que, perdido, deambuló durante más de una hora, sufriendo mucho frío, y muy asustado porque no sabía dónde se encontraba, hasta que dio con una remisería y pudo comunicarse telefónicamente con sus padres.
Los abuelos y una de las tías de Juan Pablo dijeron que el adolescente apareció dos horas después de la hora en que los secuestradores habían prometido liberarlo, por lo cual ese lapso fue enormemente angustioso.
Se mostraron seguros de que los captores habían hecho tareas de inteligencia para secuestrar a Juan Pablo, y que lo tenían como un objetivo marcado, por lo cual descartaron que se lo hayan llevado de cyber café de Ramos Mejía "al voleo".
El padre de Juan Pablo, en medio de un ataque de hipertensión y medicado por sus propios familiares, fue el encargado de pagar el rescate, 18 mil dólares y 5 mil pesos. Tuvo que ir solo, porque así lo exigieron los captores.
Ayer Juan Pablo estaba durmiendo, "agotado", y luego iba a ser sometido a un examen físico en un hospital, por pedido de la policía, aunque sus familiares aseguraron que no sufrió malos tratos.
"No está muy bien de salud porque es muy sensible", dijo su madre, todavía consternada, quien accedió a salir a la calle para dialogar con la prensa que venía cumpliendo una guardia para esperar novedades sobre el chico secuestrado.
"Todos estuvimos juntos, orando todo el tiempo", dijo Liliana Ansechi, una de las tías de la víctima a radio Mitre. "Seguramente hicieron inteligencia sobre el chico", confirmó. "Esperamos que las autoridades hagan algo, por favor , la gente está cada vez peor", dijo Liliana Ansechi en medio de un ataque de llanto.
"No puede ser que pase esto, nosotros no nos queremos ir del país, pero pido por favor que hagan algo, no puede ser que los políticos estén sólo pensando en las internas y en subir al poder y la gente tenga que sufrir esto", manifestó angustiada..

Juan Pablo dijo que tuvo mucho miedo

BUENOS AIRES (Télam).- Juan Pablo Anceschi dijo ayer que tuvo miedo de que los captores le hicieran algo y que piensa en irse del país "para vivir más tranquilo".
"Tenía miedo de que me hagan algo si no llegaban a juntar la plata", manifestó Juan Pablo en la puerta de su casa de la localidad de Ramos Mejía, a menos de 12 horas de haber sido liberado.
En una improvisada presentación ante la prensa, el adolescente se mostró sonriente y realizó un breve relato de cómo fue secuestrado el jueves a las 15, cuando se encontraba en un cyber café de esa localidad del oeste del conurbano.
Según el chico, dos hombres entraron al cyber armados y se lo llevaron. "Me agarraron directamente, sin preguntar nada", recordó.
Juan Pablo dijo que en un automóvil aparentemente plateado lo llevaron con la cabeza tapada hasta una casa, a la que calificó de "precaria y fría".
"El viaje fue largo, de más o menos media hora", recordó el jovencito, quien aseguró que los secuestradores lo trataron bien y que en un momento lo dejaron hablar con sus padres "para que les dijera que pagaran el rescate".
Según Juan Pablo, los captores parecían saber dónde estudiaba y le preguntaban todo el tiempo si su papá era dueño de una fábrica.
Además, por lo menos dos de los delincuentes que se quedaron con él en la casa miraban la televisión y sabían que la prensa estaba enterada del secuestro.

Se iría del país

Consultado al respecto, Juan Pablo comentó que él también estaba al tanto por los medios de lo que pasaba y que esa situación le generó miedo. "Rezaba para que todo terminara bien", aseguró.
El adolescente manifestó que se iría del país para "vivir más tranquilo" ya que, consideró que una situación así en algún momento le iba a tocar.
Finalmente, el chico recordó el momento en que fue liberado.
"Me dijeron que faltaban pocas horas y después me dejaron solo en un lugar. Caminé hasta ver algo abierto, una remisería, y desde ahí llamé a casa", concluyó.

Con 2.000 policías más en las calles tratarán de frenar la ola de inseguridad y violencia

LA PLATA (Télam).- Más de dos mil efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura Naval participarán desde hoy con la policía de la provincia de Buenos Aires en operativos de prevención del delito en el conurbano bonaerense, ante la creciente ola de inseguridad que afecta ese territorio.
"Las fuerzas federales afectarán alrededor de 2.000 efectivos, que se sumarán a los de la policía bonaerense que también tendrá mayor presencia en distintas zonas del conurbano, donde se realizarán operativos conjuntos", anunció ayer el gobernador Felipe Solá.
El anuncio fue realizado ante la creciente ola de inseguridad en la provincia de Buenos Aires, que se vio reflejada en las últimas horas con el secuestro del padre de los jugadores de fútbol Gabriel y Diego Milito, y el hijo de un empresario de Ramos Mejía, quienes aparecieron sanos y salvos durante el día de ayer.
"Es necesaria una saturación de fuerzas federales y provinciales para enfrentar esta delincuencia que aprovecha el temor de la población y una supuesta inoperancia o falta de preparación de las fuerzas de seguridad en la lucha contra el delito", dijo Solá.
El mandatario realizó las declaraciones en La Plata en una conferencia de prensa que ofreció junto al ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, Juan José Alvarez; y el titular de la cartera de Seguridad provincial, Juan Pablo Cafiero, luego de mantener una reunión conjunta.
Alvarez explicó que a partir de estas medidas "la gente tiene que empezar a ver rápidamente un despliegue de fuerzas combinadas en apoyo de la policía en el área del conurbano".
Para el gobernador bonaerense, la actuación conjunta de las fuerzas de seguridad "hará retroceder a los delincuentes" y agregó que "a medida que lo jurídico lo permita, tenemos que ir por ellos".
Precisó que además, se acordó con la Nación "coordinar tareas de inteligencia previa e intercambiar información" lo que consideró "fundamental para prevenir los secuestros" como los ocurridos en los últimos días en la provincia de Buenos Aires.
Adelantó también que se conformará un centenar "de equipos de alta movilidad para que puedan operar e intervenir en forma inmediata en cualquier hecho delictivo".
El gobernador evitó referirse a mafias o complot contra funcionarios de la provincia "porque es necesario discutir hechos y no debates sobre palabras abstractas", y dijo que su posición sobre la policía provincial "es de absoluto respaldo y apoyo".
Solá anunció además que el traslado de detenidos en cárceles y comisarías bonaerenses a dependencias de la órbita federal "quedará para un próximo convenio que se evaluará con las autoridades nacionales".
Si bien en un principio se distribuyó una copia del texto del convenio, que contenía una cláusula de traspaso de al menos 1.500 detenidos a la órbita de nacional, el gobernador detalló que "la Nación no está dispuesta a poner una cifra hasta que evalúe si realmente puede cumplirla".
En la reunión que se realizó en la Casa de Gobierno provincial, en La Plata, estuvieron también el Secretario de Seguridad Interior, Alberto Iribarne; el jefe de la Policía Federal, Roberto Giacomino y su par de la Bonaerense, Alberto Sobrado, entre otros.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, anunció ayer que el gobierno está pidiendo "la colaboración de especialistas para mejorar los instrumentos legales que puedan poner límites más estrictos al delito y, sobre todo, a la criminalidad de las bandas organizadas".
En ese sentido, indicó que el comité de crisis "está trabajando activamente" y consideró que la tarea conjunta que están llevando a cabo miembros de las fuerzas de seguridad nacionales con la policía bonaerense "es un camino válido para combatir el delito eficientemente".
En declaraciones en la Casa de Gobierno, el funcionario negó además que se esté analizando la posibilidad de declarar el estado de sitio en territorio bonaerense. En tanto, desde distintos sectores de la sociedad civil, comenzaron a surgir manifestaciones de rechazo a la escalada de violencia.
La comunidad educativa, tanto laica como religiosa, realizó una jornada de oración, meditación y debate sobre la "no violencia".


   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación