Martes 13 de agosto de 2002

 

Diego Peralta fue hallado muerto y la furia se adueñó de El Jagüel

 

El joven había sido secuestrado hace 39 días. Estaba maniatado y degollado. Acusan a la policía. No tendría sus huellas dactilares ni sus dientes.

 
El peor final. Los familiares y amigos de Diego Peralta buscan infructuosamente una explicación entre abrazos y llantos de desesperación. Arriba, la comisaría en llamas ante la indignación de la gente, y las sospechas de que haya policías involucrados.
BUENOS AIRES (DyN).- Tras una angustiosa espera de 39 días, Diego Peralta, el chico de 17 años secuestrado cuando iba al colegio, fue hallado muerto ayer con las manos atadas y un profundo corte en el cuello en una tosquera del partido bonaerense de Quilmes, lo que motivó la furiosa reacción de sus vecinos y allegados que incendiaron la comisaría del barrio donde vivía la víctima y se enfrentaron a pedradas con la policía.
El hecho puso en jaque al ministro de Justicia y Seguridad Bonaerense, Juan Pablo Cafiero, quien dijo estar "abierto a cualquier hipótesis" sobre los responsables del crimen e incluso, no descartó la existencia de "un mensaje mafioso" detrás del episodio.
Hasta ahora no hay confirmación oficial sobre cómo fue el asesinato, aunque se cree que habría sido ultimado hace por lo menos unos cinco días. Y, aunque en un primer momento se pensó que el muchacho habría sido degollado, no se descarta que el corte haya sido hecho post-mortem y que en realidad lo hayan matado de otra manera.
Allegados al caso también deslizaron los rumores en torno a que le habrían borrado las huellas dactilares y sacado las piezas dentarias para dificultar su reconocimiento.
Pero estos datos recién se confirmarán o rectificarán cuando se lleve adelante la autopsia, pericia que recién se concretará en las próximas horas, ya que el grado de descomposición del cadáver impediría hacer un análisis en estos momentos.
Mientras tanto, con la triste confirmación de su deceso, ahora crece la idea de que algunos policías pudieron haber tenido que ver con el caso, a cargo del juez federal de Lomas de Zamora Carlos Ferreiro Pella.
Y, como no se ha podido explicar la saña con la que actuaron los asesinos, hasta se leyó como un "mensaje mafioso" la versión sobre la desaparición de las huellas.
"No queremos más policías corruptos", gritó una de las familiares de Diego, cuando el padre del muchacho, Luis Peralta, llegó con la triste confirmación a su casa y su mujer se descompuso al escuchar la noticia.
Diego Peralta había desaparecido el 5 de julio último, cuando salió de su casa a bordo de un remís -porque llovía- para el colegio privado al que asistía en El Jagüel, en el partido de Esteban Echeverría.
En medio del camino desconocidos interrumpieron la marcha del vehículo, lo hicieron descender y se lo llevaron. El remisero contó que lo hicieron frenar el grito de "Alto, policía".
Así, la familia del muchacho comenzó a recibir llamados, a través de los cuáles inicialmente se pidió un rescate de 200 mil pesos.
Pero luego de varias conversaciones lograron que los secuestradores aceptaran los 9 mil pesos y 2 mil dólares que habían logrado recaudar entre sus conocidos.
Pese a que el dinero fue entregado en una estación de trenes de la zona el chico nunca apareció. Pasado el mediodía, un joven que pasaba caminando frente a la tosquera -ubicada a sólo 50 metros de una de las bajadas de la autopista Buenos Aires-La Plata, en Quilmes, advirtió un cuerpo flotando en ese pozo de agua y avisó a la Policía.
El cadáver estaba boca abajo, con las manos atadas con un cordón, a la altura del estómago, y llevaba puesto el uniforme del colegio: un pantalón gris, una remera blanca con vivos azules y un número en la espalda. Además, en las cercanía se halló un buzo azul que decía "Egresados".
Y el cuerpo -que tenía un corte profundo en el cuello- presentaba un estado de descomposición que hizo estimar que el chico llevaba al menos cinco días muerto. Pero uno de los médicos habló de 10 días de fallecido.
Algunos vecinos también dijeron que habían visto un hilo de sangre que los guiaba hasta la tosquera, un dato que no fue confirmado por los investigadores.
Hasta ese lugar, donde habitualmente se pesca, puede accederse fácilmente por la bajada de la autopista Buenos Aires-La Plata.

Quemaron la comisaría y hubo saqueos

BUENOS AIRES (DyN).- Vecinos y allegados a Diego Peralta, incendiaron anoche la comisaría de El Jagüel, la localidad del partido de Esteban Echeverría donde vivía la víctima, y mantuvieron una verdadera batalla con efectivos policiales, varios de los cuáles resultaron heridos. Casi al filo de la medianoche, la situación parecía más descontrolada aún, ya que varios comercios fueron saqueados por grupos de jóvenes, que al parecer nada tenían que ver con el reclamo de esclarecimiento del caso que efectuaban familiares y conocidos de la víctima.
Indignada, la gente también quemó un auto, lanzó objetos contundentes contra la comisaría e impidió durante un largo rato que los bomberos llegaran hasta la seccional.
Durante la protesta también frente a la seccional, agredieron y corrieron a efectivos de la comisaría y reiteraron sus demandas de justicia y las acusaciones contra la policía, a la que señalan como partícipe del secuestro y el asesinato de Diego.
Tras su breve retirada, los policías reprimieron a los manifestantes con balas de goma para permitir que actuaran los bomberos.
Además, aprovecharon para acercarse al lugar personas que reclamaron la liberación de los presos alojados en los calabozos de la comisaría.
Tras la reacción policial, y ya con las autobombas actuando contra el fuego, se produjeron varios choques entre los agentes y los manifestantes.
Uno de los efectivos, que recibió una herida en un ojo, se descontroló y disparaba su escopeta al aire, hasta que lo calmaron sus propios compañeros.

Nadie se explica por qué actuaron con tanta saña

BUENOS AIRES (DyN).- La noticia del brutal crimen de Diego Peralta hizo renovar ayer las sospechas de que agentes policiales pudieran haber tenido participación en su secuestro y asesinato, según lo denunciado públicamente por allegados a la joven víctima, que exteriorizaron su indignación y congoja desde el momento que se supo que el chico había sido asesinado.
"Hija de puta la Policía", gritaron vecinos y amigos en la casa de Diego Peralta, cuando recibieron la trágica confirmación. Y una mujer vecina de la familia afirmó que "desde que está ese destacamento (el de El Jagüel), esto es tierra de nadie; no queremos policías corruptos".
De hecho, allegados a la familia recordaron que unos días antes de que desapareciera el chico había intentado ser raptado, pero el joven se dio cuenta de lo que pasaba y alcanzó a escapar. Y no sólo insistieron en que cuando el chico fue secuestrado, los raptores le habrían gritado al remisero "alto, policía", sino que remarcaron que, pasados varios días de su desaparición, fueron separados de la investigación efectivos sospechados de extorsionar personas.
Por el caso hay un solo detenido, José Pablo García, de 23 años, quien reconoció haber hecho llamadas telefónicas a la casa del chico secuestrado pero dijo no tener nada que ver con la banda de secuestradores, lo cual, de ser cierto, lo convertiría en un mero oportunista. La esposa del detenido, por su parte, habría dicho que "fue la Policía".
Y versiones indican que, en nuevas declaraciones, García habría acusado a uno de los policías de la comisaría de El Jagüel, donde vive la familia de Diego.

Pésima imagen policial

BUENOS AIRES (DyN).- Tres policías que trabajaron en la investigación por el secuestro de Diego Peralta, fueron detenidos antes de que el adolescente apareciera muerto.
El subcomisario José Alberto Hernández, que investigó el caso desde que el chico fue raptado, quedó detenido el 11 de julio último por presuntos robos y extorsión a un comerciante de Monte Chingolo.
Posteriormente, el 22 de julio, fueron apresados Aníbal Masgoreet y Hernán Palomeque, efectivos de la Brigada de Investigaciones de Lomas de Zamora.
La Justicia detectó una red de presuntos secuestradores en la que delincuentes comunes y policías serían cómplices y a esta presunta banda se atribuye el homicidio del abogado Marcelo Penna, quien apareció muerto en el Parque Pereyra Iraola, próximo a La Plata.
Por su parte, el ministro de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero, admitió ayer que los incidentes en la comisaría de Jagüel se debieron a que "la interpretación de los vecinos" es que la Policía de la provincia estaría involucrada en el secuestro de Diego Peralta.
Asimismo, el funcionario advirtió que "estamos abiertos a cualquier hipótesis" sobre los responsables del secuestro.
"Todo va a ser tenido en cuenta" para determinar "si ha habido un mensaje mafioso, si hay alguien oculto involucrado, y para que todo (lo referido al secuestro) se esclarezca con mucha rapidez", aseguró Cafiero.
"Está a la vista que es la interpretación de los vecinos que realizaron la protesta" en la comisaría de Jagüel, que la Policía podría estar involucrada en el secuestro de Diego Peralta, admitió anoche Cafiero a los medios de prensa.

   
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