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Sábado 10 de agosto de 2002 | |
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Buscan una solución a la inseguridad en un colegio |
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Las agresiones y robos a los alumnos del colegio industrial de Cipolletti causan preocupación entre padres y docentes |
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| CIPOLLETTI (AC).- Como hace dos años, volvió la inseguridad a la comunidad educativa del colegio industrial cipoleño, ubicado en calle Mengelle muy cerca de Circunvalación. Bandas de patoteros, muchos de ellos menores de edad, atacan, agreden, amenazan y roban pertenencias de los estudiantes de los diversos cursos, en especial a la salida del turno tarde. Además, ingresan al establecimiento y se llevan valiosas pertenencias. En una reunión de padres, algunos muy preocupados por lo que soportan a diario sus hijos, llegaron a reclamar la presencia permanente de efectivos del grupo especial Bora de la policía rionegrina. Así como tiempo atrás se alzaron con herramientas indispensables para el aprendizaje práctico del alumnado, ahora hicieron algo similar, aunque de menor envergadura, en el gimnasio. Esta situación de tensión extrema no se alcanza a disipar con la presencia de la policía, que realiza patrullajes pero por la extensión del predio y la falta de personal no puede cubrir todas las áreas circundantes del colegio, y los barrios que lo rodean, desde donde saldrían y luego se esconderían los vándalos precoces. La vice rectora Amanda Ivancich confirmó la existencia del problema, que quedó al desnudo en una reunión de padres, docentes y directivos llevada a cabo el jueves por la noche en el propio colegio. En ese encuentro se coincidió en alertar de manera muy firme a las autoridades y a diversos estamentos a fin de que se ponga fin al calvario que se está sufriendo, y que pone en riesgo, en forma cotidiana, la integridad física de estudiantes y profesores. De acuerdo con lo que se dijo se harán presentaciones al intendente Julio Arriaga, a las autoridades del Consejo Provincial de Educación y al Consejo de Seguridad Ciudadana, siguiendo el contacto permanente con la policía de la subcomisaría 69, quien actúa por jurisdicción. De los testimonios de los padres se desprende que la mayoría está "con el corazón en la boca" por las inquietantes incursiones de los patoteros juveniles contra sus hijos y que "las autoridades deben ponerse muy firmes para que esto se normalice". Una de las directivas que se ha impartido es que los estudiantes que no sean aguardados por sus padres o familiares a la salida del colegio -en cualquiera de los turnos-, no se vuelvan solos a sus casas y sí en grupos, aunque igual "en muchas ocasiones son objeto de agresiones y robos", dijo la vicedirectora Amanda Ivancich. Las "banditas" abordan a los jóvenes, a veces esgrimiendo navajas o elementos de filo, les sacan las bicicletas, camperas, zapatillas -"incluso eligen las de marcas", dijo un papá- y también los útiles, incluyendo los elementos de dibujo, que son caros. Para ingresar al gimnasio de noche, los patoteros hicieron un boquete en la pared y por allí robaron todos los elementos de limpieza, vidrios y demás, y no pudieron completar el botín porque otros se hallaban a mejor resguardo. De acuerdo con lo que pudo verse no hay obstáculos que detengan a estos delincuentes juveniles, porque para que los movimientos sean más fáciles, llegaron a destruir parte del alambrado perimetral que rodea al establecimiento. |
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