Sábado 10 de agosto de 2002

 

Huertas de El Chañar darán de comer a 120 familias

 

Un programa iniciado hace ocho años en la ex-Emeta de El Chañar comenzó con 64 familias. Ya entregaron parcelas a 60 más y en pocos meses otro grupo similar comenzará a trabajar.

  NEUQUEN (AN).- Dentro de unos meses, la verdura y las hortalizas que se sirvan en la mesa de dos de cada diez hogares de San Patricio del Chañar provendrán de las huertas familiares que se cultivan en los terrenos aledaños a la ex escuela EMETA de esa localidad. La experiencia comenzó hace ocho años con unas 64 familias, recientemente se entregaron parcelas a 60 grupos familiares más y en cuanto finalice el acondicionamiento del terreno y la capacitación, una nueva entrega se hará a 60 jefes de hogar.
Según el último censo poblacional, San Patricio, una localidad prácticamente dedicada a la producción primaria, tiene menos de cuatro mil habitantes. Sobre ese total, casi el 20% se alimentará con las hortalizas y verduras que producen las huertas familiares.
Entre los resultados más destacables figuran la buena producción, sustitución de las compras hogareñas y venta del excedente, inclusión de cultivos estacionales con control orgánico y, fundamentalmente, el compromiso de las familias, "hubo sólo dos rotaciones" en ese lapso, dijo Alejandro Cevallos, integrante del equipo responsable del proyecto.
En su desarrollo intervienen la municipalidad local, el Consejo Provincial de Educación y la delegación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -INTA.
En las parcelas cultivan habas, acelga, zanahoria, arvejas, distintas especies de cebolla pero también hay fruta fina -frambuesas, frutillas. Una familia tiene una parcela bajo cubierta, con calefacción, para producción de flores que se desecan y se utilizan para ornamentación.
En las parcelas -las primeras entregadas fueron de 50 metros cuadrados, actualmente se distribuye el doble, a razón de 11 por 22 metros- para plantar según la compatibilidad de las variedades con especies que permitan el control biológico de las plagas.
Cevallos dijo que no se utilizan pesticidas ni agroquímicos y que el abono se obtiene mediante la descomposición de residuos orgánicos -fruta, verdura y vegetales sin procesar- combinados con la acción de lombrices californianas, que producen el lombricompuesto. También se utiliza guano de gallina -para aprovechar el espacio- en una parcela más larga que ancha se instaló un criadero de pollos y gallinas que se alimentan, también, con materia orgánica.
El proyecto, que está coordinado por un equipo encabezado por Ariel Saber, Ariel Chara -ambos de la ex EMETA número 1-, Ignacio Patasky, coordinador de huertas del INTA y Cevallos, también del establecimiento educativo.
La superficie disponible alcanza a las nueve o diez hectáreas circundantes al edificio educativo, pero hasta ahora sólo están asignadas a las huertas familiares tres hectáreas, a razón de 60 lotes por cada una. La responsabilidad del cuidado, mantenimiento y desarrollo de la parcela es de la familia adjudicataria, que recibe el asesoramiento técnico del grupo coordinador y las semillas, plantines y el resto de los implementos y el apoyo de infraestructura desde Educación o el municipio.
Cevallos dijo que, para aprovechar mejor la superficie, "intentamos que el compost o el lombricompuesto lo hagan en su casa" y después se traslada a la huerta familiar".
   
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