Miércoles 28 de agosto de 2002
 

"El intelectual debe acompañar a su pueblo"

 

A poco de llegar a Bariloche habló largamente con "Río Negro". Hoy presenta la reedición de "La Patagonia rebelde". Se mostró esperanzado con las asambleas populares.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El tono pausado y reflexivo, la memoria que a veces le escabulle un nombre, la frase espontánea pero certera del periodista que nunca deja de ser. Todo eso sale del morral de Osvaldo Bayer apenas se dispone a la charla.
Bariloche vuelve a recibirlo tras dos años de ausencia. "A Neuquén voy más seguido", admitió como disculpa. Esta vez la excusa es un par de encuentros con el público cordillerano donde quizá lo esperen, como siempre, muchos elogios, preguntas y alguna que otra polémica. Su obra de ensayista, historiador y guionista transpira ideas de esas que incomodan al poder. Y ese compromiso (lo sabe bien) exige como ningún otro del trabajo riguroso. La investigación ardua y reveladora.
La saga de los fusilamientos en la Patagonia, la vida de Severino Di Giovanni y de los anarquistas expropiadores fueron para él motivo de estudio apasionado en su vocación por hacerle justicia a las historias negadas.
Hoy opina con todo derecho sobre el rol que debe asumir el intelectual en una sociedad angustiada. Y se queja de la deserción de sus pares en ese cometido. También destila su bronca contra "las mafias" y se esperanza con las asambleas. Un Bayer auténtico.
- Frente a la crisis que no se termina nunca ¿qué papel deben jugar los intelectuales? ¿No le parece que hoy están un poco ausentes?
- Absolutamente ausentes. Deberían asumir ya su lugar. Si no ¿para qué sirven? Está bien que uno crea en las bellas artes, la literatura y todas esas cosas. Pero la misión del intelectual es acompañar a su pueblo. Estar en la calle. Protestar cuando hay hambre, cuando hay torturas. Ese es su papel. Algunos se dedican a escribir best-sellers y a problemas esotéricos. Colaboran con cuanto gobierno existe. Ahí está el Pacho O"Donell por ejemplo. No tengo nada contra Pacho, pero no hay partido que le venga mal. Eso sí, él habla como un hombre sabio.
- Buena parte de su obra gira en torno de la violencia política. ¿Hay tiempos y contextos que la justifican más que otros? ¿Hoy en la Argentina hay una situación que puede propiciarla?
- En la historia del mundo siempre que ha habido violencia de arriba se ha producido reacción de la gente de abajo. Siempre. Las grandes revoluciones nacieron así. Hay una cosa muy interesante de Bakunin cuando habla del espontaneísmo de las masas. No cree en la interpretación de Marx. Dice que las masas pueden aguantar absolutamente todo. Hasta que uno tira una piedra y atrás de ése salen un millón de personas. Eso fue lo que pasó en la revolución francesa o en las revueltas de campesinos alemanes en la Edad Media. Fue también lo que pasó aquí. La gente no salió tranquila a pasear, sino de pura bronca, aunque sea por el corralito, que es una enorme injusticia. Y lo mismo los piqueteros. Yo voy mucho a las asambleas populares y estoy sorprendidísimo. El fenómeno es increíble. Lo que más me llama la atención es cómo hablan las mujeres de barrio. Dicen cosas muy concretas, que tocan muy hondo.
- Pero en esa movilización también hay una multiplicidad muy grande. Desde los piqueteros hasta los partidarios de Seineldín....
- Hay cosas muy sorprendentes. Hace poco hablé en una asamblea que se reúne en el local del ex banco Mayo. Abrieron las puertas, llevaron muebles y ahora es el local de ellos. Sin ningún permiso judicial ni nada por el estilo. Esto antes no ocurría. No va a ser tan fácil torcer esto.

Un país nuevo

- ¿Es éste un momento nuevo y distinto para la Argentina? ¿O las elecciones van a reciclar todo?
- Es absolutamente nuevo. Con las elecciones no se arregla nada. La mafia (que son los que tienen el poder) creen que lo van a arreglar con candidaturas. Pero aunque triunfaran ellos la situación del país está tan deteriorada que va a ser muy difícil. Van a fracasar en los primeros meses y la gente va a ganar más desconfianza sobre esos políticos ya conocidos. Yo le veo poca estabilidad a un gobierno de Rodríguez Saá, De la Sota o el que fuera. Ya lo vemos en las medidas que están tomando. Los intereses creados son muy grandes y no se van a meter contra su propia gente.
- ¿No cree que si se abre el corralito y se extienden los planes sociales, la protesta se va a diluir?
- No creo que pase eso. No va a haber soluciones integrales. Vamos a seguir viviendo un tiempo de miseria. Yo nunca vi una miseria y una injusticia tan grandes. Pero hay un adelanto. Ha estallado de pronto una solidaridad que antes no se veía. Basta con ver los comedores que instalan los propios vecinos. La sociedad ha reaccionado y eso es hermoso, aunque sigan existiendo las clientelas de las que vive la mafia del poder.
- ¿Qué opinión tiene sobre la integración patagónica?
- Yo siempre fui un impulsor de la integración entre la Patagonia chilena y la argentina. Tres años atrás el Senado trató el tema pero yo no pude entrar porque a pedido de Eduardo Menem me declararon persona no grata. Hay que comenzar ya a debatir la integración. Es muy interesante. Ya lo hizo Europa, donde tienen distintos idiomas, religiones diferentes. En el año 14 se mataron de a millones por un arroyo y hoy ya no tienen fronteras. ¿Por qué no vamos a cumplir nosotros con el sueño de Bolívar, si somos todos latinoamericanos, casi todos con la misma religión y el mismo habla? El futuro está en la unidad, terminar con las fronteras. Por eso hay que saludar el Mercosur, que tiene que ser el porvenir de Sudamérica.

Con una charla presenta hoy su libro

Osvaldo Bayer ofrecerá hoy aquí una charla abierta enmarcada en el ciclo organizado por la Editorial Planeta, que comenzó la semana pasada con el poeta y filósofo Santiago Kovadloff y programó para el miércoles 4 de septiembre a Jaime Barylko.
Para el autor de "La Patagonia rebelde" el tema central será la presentación del libro recientemente editado con los cuatro volúmenes unificados de esa obra que hoy es símbolo de la investigación histórica y la denuncia social.
Pero sin dudas que no faltará oportunidad para repasar la actualidad del país y del mundo y los rumbos que toman las prácticas políticas en estos tiempos fundacionales.
Bayer tiene 75 años y actualmente vive repartiendo su tiempo entre Alemania y Argentina.
Su trabajo se emparenta desde hace décadas con la Patagonia. No sólo por el trabajo sobre la represión de las huelgas rurales en los años 20 sino también porque trabajó como periodista en Esquel, siguió los pasos de anarquistas perseguidos como Simón Radowitzky y escribió el guión de "Juan, como si nada hubiera sucedido", el film sobre el único desaparecido barilochense.
Ayer Bayer habló en La Angostura sobre "86 años de democracia en la Argentina" y la conferencia de hoy será en el hotel Tunquelén (kilómetro 24,5 de la avenida Exequiel Bustillo) a las 19.30. La entrada es libre. (AB)

La tragedia de los hijos de represores

A la reedición de "La Patagonia Rebelde", Bayer añadió al texto original algunos documentos nuevos y el relato de dos encuentros fugaces y conmovedores que tuvo en diciembre pasado. El primero lo sorprendió en un bar de San Isidro, donde insultado por una anciana de 75 años que se presentó como hija del general Elbio Anaya, uno de los fusiladores de peones rurales en Santa Cruz. Increíblemente a los pocos días se le presentó una hija de Albino Argüelles, la primer víctima de Anaya, quien entre lágrimas recitó una poesía de su padre, un joven dirigente obrero a quien no pudo conocer.
- También en su última novela usted reflexionó sobre la vida de Rainer Sturm, el hijo de un criminal nazi que se enamora de una joven judía. ¿Qué cosas le pasan a los hijos de los asesinos? ¿Puede haber un paralelo entre Rainer y la hija del capitán Anaya?
- Son dramas muy profundos. Los hijos de Videla, por ejemplo, defienden al padre y no han tenido ninguna palabra de censura en su contra. En cambio en Alemania se ha difundido mucho sobre la suerte de los hijos de los grandes nazis. Todos tienen una tragedia adentro. El hijo de quien fue el gobernador nazi de Polonia es un muy buen periodista y cuando en alguna entrevista le preguntan por su padre lo tienen que parar. "¿Qué puedo contar yo de un miserable así? Fue un asesino vulgar", repite. La hija de GoĆ«ring, por ejemplo vive aislada y sola.
- ¿En la Argentina conoce algún caso así de hijos de represores?
- Hace poco me vino a ver el hijo de un coronel conocido, aunque no puedo decir todavía su nombre. Se ha separado completamente de su padre y quiere que lo ayude a escribir su experiencia. Cómo vivió él como adolescente la desaparición de personas. No conozco otras reacciones. Lo que pasa es que aquí no se juzgó a los criminales de guerra por las leyes de punto final y obediencia debida. (AB)

   
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