Miércoles 24 de julio de 2002

 

La temporada en Bariloche, un desafío a los sentidos

 

Los turistas que han llegado en muy buena cantidad a esta localidad cordillerana tienen a su disposición un completo menú de actividades tradicionales -como el esquí, la buena mesa y las excursiones- y las no tanto, como caminar de noche por bosques nevados.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Miles de turistas colmaron la mayoría de las plazas alojativas de esta ciudad y las últimas nevadas llenaron de optimismo a los residentes. Todo indica que Bariloche tendrá una buena temporada y ello permitirá atemperar al menos una parte de la desocupación y la crisis económica que azota la región del Nahuel Huapi.
Además de disfrutar del Catedral los visitantes pueden recrearse con las numerosas excursiones a la naturaleza, se deleitan con las exquisiteces de la buena mesa y también de la nutrida agenda nocturna que ofrece esta ciudad.
Ayer cerca de 20.000 turistas colmaron las plazas de las principales excursiones previstas para ellos. Muchos visitaron el centro invernal del Catedral y otros subieron al cerro Otto, ya sea a Piedras Blancas, al Centro de Esquí Nórdico o a la confitería giratoria de la cumbre. También los visitantes recorrieron el lago en los dos catamaranes y en la Modesta Victoria, pasearon por la zona del Circuito Chico o bien emprendieron una de las tantas excursiones turísticas que ofrece la ciudad.
Hoy la opción es viajar en el tren a vapor hasta Perito Moreno, disfrutando de un paseo incomparable por la estepa patagónica.
Otra alternativa es visitar el parque cerro Viejo, en el kilómetro l de la ruta al Llao Llao, descubrir las grutas y cavernas del cerro Leones, camino a Pilcaniyeu, descender el río Limay en una balsa inflable o bien recorrer en vehículos 4x4 el camino hacia el valle del Challhuaco.
La excursión al Challhuaco se puede contratar en la mayoría de la agencias de viajes de la ciudad y puede realizarse de tres maneras distintas. La más habitual, de jornada completa, parte a las 9 y regresa a las 18. En su transcurso se visita el refugio Juan Javier Neumeyer, desde donde, por la nieve y en medio de un hermoso bosque de lengas, se visita la laguna Verde, actualmente congelada y cubierta por el manto blanco.
En las inmediaciones del refugio se puede practicar esquí nórdico y también pasear hasta unos panorámicos miradores hacia el Nahuel Huapi. En el interior del refugio se sirve el café de bienvenida, el almuerzo y también una merienda antes del regreso. La excursión por todo el día cuesta 65 pesos, con todo incluido y la de medio día, entre las 15 y 18 horas, 35 pesos.
Otra opción es visitar el lugar por la noche, los días miércoles y viernes, a partir de las 21.30, donde se podrá caminar el bosque nevado bajo la luz de las linternas. Hay vino caliente y una buena picada, todo por 29 pesos.
Las tradicionales excursiones lacustres, visitando tanto isla Victoria y el bosque de Arrayanes (34 pesos) como el brazo Blest y laguna Frias (46 pesos), reúnen a diario a centenares de turistas. Otra de las excursiones náuticas muy concurridas tiene lugar sobre el río Limay, en donde se baja "flotando" sobre grandes gomones. Lauquén turismo, en Mitre 86, es una de las empresas pioneras del rafting y opera en el Limay por las tardes.
   
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