Miércoles 17 de julio de 2002

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Síntomas de intoxicación (Infograma)

 

Murió mientras dormía por inhalar monóxido

 

Una jovencita de sólo 16 años murió en Bariloche al inhalar monóxido de carbono. Su madre y su hermana están internadas. Peritos examinaron el calefón, la cocina y un calefactor.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El deficiente funcionamiento de los artefactos de gas y la ventilación insuficiente de los ambientes habría provocado la muerte de una menor de 16 años, que dormía junto con su familia en el departamento que acababan de alquilar un día antes.
De acuerdo con las primeras hipótesis o indicios, las bajas temperaturas y el mal funcionamiento de una estufa motivaron que la familia Fisoli recurriera al horno encendido con la puerta abierta como elemento de calefacción, sin reparar en que la hornalla poco a poco iría consumiendo el oxígeno de los ambientes.
La otra posibilidad que manejan las autoridades es que antes de acostarse las tres mujeres se habrían bañado, y que el defectuoso tiraje del calefón envenenó el ambiente.
Lo cierto es que perdió la vida María Luz Fisoli, de 16 años, por inhalación de monóxido de carbono, en tanto que su hermana Tamara, de 13 años, y su madre, Verónica García, de 45, debieron ser internadas en el hospital local debido a la exposición al mismo tóxico.
Las autoridades de la comisaría Segunda del Centro Cívico tomaron conocimiento del suceso a las 8 de ayer, luego que una de las sobrevivientes advirtiera que algo malo había sucedido y pidiera auxilio a los vecinos. Las autoridades designaron a dos técnicos matriculados para realizar el peritaje: Roberto Castañeda y Fernando Hercigonja, y la empresa Camuzzi instruyó a los mismos efectos a su técnico, Rodolfo Byscayart.
De acuerdo con los testimonios de personas allegadas a las víctimas, la mujer había llegado a Bariloche hace unas tres semanas, pero sus hijas lo hicieron recién el lunes. Ese día precisamente habían concretado el alquiler del departamento "H" del segundo piso del edificio ubicado en Veinte de Febrero 719, y pese a que no estaba amoblado ubicaron un colchón de dos plazas en la única habitación y otro en la cocina, frente al horno y muy cerca del calefón.

Hipótesis

Entre las deficiencias apuntadas por las personas que realizaron un reconocimiento del escenario de la tragedia, señalaron la falta de rejillas de reposición de aire, el tiraje deficiente del calefón, y los burletes ubicados debajo de la puerta de acceso, que convertían al departamento en una caja hermética.
El calefactor ubicado en la habitación tendría algunas deficiencias, pero sólo encendía el piloto y no habría ocasionado el suceso.
La hipótesis más firme entonces, que deberá evaluar el juez Gregor Joos, es que el funcionamiento prolongado del calefón y el horno habrían provocado un vaciamiento de oxígeno y una acumulación letal de monóxido de carbono.
En las casillas de las familias humildes, donde es común la utilización de fogones y braseros alimentados a carbón o leña, las filtraciones de aire constituyen la mejor defensa.
Esas irrefrenables corrientes impiden la concentración de monóxido de carbono, ese gas venenoso, incoloro e inodoro que se produce por la combustión incompleta de los materiales y mata en forma silenciosa. El monóxido de carbono lo puede producir también la mala combustión de kerosene, alcohol, gasoil o nafta, pero es la proporción lo que lo convierte en fatal.
Si no hay oxígeno suficiente y es alto el nivel de monóxido de carbono hay peligro de intoxicación. Los síntomas son escasos y se manifiestan con dolor de cabeza o náuseas durante el día, pero en la noche el asesino mata sin avisar, o puede dejar muy graves secuelas neurológicas.

Un enemigo silencioso y mortal

Los especialistas aconsejan revisar antes de cada invierno los artefactos de calefacción, los tirajes y las chimeneas, y advierten que el hollín en los alrededores de las estufas evidencian una pérdida de monóxido de carbono, pero no hay costumbre ni es obligatorio revisar los aparatos en cada temporada.
Un vecino de Villa La Angostura, Fernando Justo García, se convirtió desde el 17 de julio de 1996 en el principal preventor contra el peligro del monóxido de carbono, al que define como "una de las peores amenazas que existen en todos los hogares". Ese día falleció intoxicado en Mar del Plata su hijo Pablo, un estudiante universitario de sólo 20 años, con motivo del atascamiento del tubo de aireación de un calefón.
Su padre reclama desde entonces a Camuzzi, a Enargas y a todos los concesionarios la responsabilidad en la habilitación y control de los artefactos domésticos a gas, y también promovió la promulgación de ordenanzas que obliguen a las inmobiliarias o propietarios de departamentos de alquiler temporario a contar con un certificado de inspección técnica antes de cada temporada.
Las normas se inspiraron en su desgracia familiar y en una realidad bien conocida en las ciudades balnearias: muchas aves suelen anidar en los conductos de ventilación de chimeneas, calefactores o calefones, que no obstante pueden ser encendidos aunque devuelvan al ambiente los gases que deberían expeler a los cuatro vientos.
Hasta el momento, las empresas han eludido la responsabilidad o atribución de la inspección periódica de los artefactos domésticos y limitan su intervención a la habilitación de redes y matriculación de técnicos autorizados. (AB)

Foto: Peritos y policías frente al ingreso del edificio donde está el departamento en que murió María Luz.

   
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