Miércoles 17 de julio de 2002

 

El control del peso ayuda a prevenir la diabetes

 

El ejercicio físico continuo y una dieta sana para controlar el peso son las herramientas más eficaces en las personas con riesgo de padecer la enfermedad. No hacen faltan muchas cosas para ser candidato a la diabetes, advierten en las recientes campañas en EE. UU. e Inglaterra.

  La actual epidemia de diabetes de tipo 2 en EE.UU. tiene mucho que ver con el aumento del sobrepeso y la obesidad. Ejercicio físico continuado y una dieta sana para controlar el peso son armas básicas de la prevención en personas con riesgo de padecer la enfermedad.
La mayoría de las enfermedades importantes de la infancia se puede prevenir ahora con vacunas, y la mayor parte de las infecciones bacterianas graves se pueden curar con antibióticos. Pero hay una enfermedad que se está propagando ahora y que no tiene tratamiento curativo. Es la diabetes de tipo 2, y su prevención y control exigen una intervención que sólo las víctimas potenciales o reales pueden hacer: elegir mejor las comidas, hacer más ejercicio y -lo más importante de todo- evitar el exceso de peso o perderlo si se ha adquirido. Así lo documentan recientes estudios realizados en EE. UU.
La diabetes de tipo 2 se caracteriza porque las células del cuerpo se han hecho resistentes a la hormona insulina. Su incidencia ha aumentado en un tercio desde 1990. La tercera parte de las personas que padecen esta enfermedad no saben que la tienen. Sin embargo, al igual que en la diabetes de tipo 1, en la que el páncreas es incapaz de producir insulina, la diabetes de tipo 2 puede conducir a complicaciones graves, que incluso pueden suponer una amenaza para la vida, como la ceguera, enfermedades renales, daños al sistema nervioso y enfermedades del corazón.
¿Quién puede verse afectado? Hay tres grupos principales que afrontan un mayor riesgo de convertirse en diabéticos: los que tienen familiares cercanos con diabetes, las mujeres que desarrollaron diabetes durante el embarazo o cuyos niños pesaron más de cuatro kilos y medio al nacer, y las personas de todas las edades que tienen un sobrepeso significativo, especialmente los que tienen rollos en la cintura.
Reza Yavari, un endocrinólogo de la Facultad de Medicina de Yale, afirma que la grasa abdominal es especialmente peligrosa "porque segrega hormonas y otros factores que contrarrestan la acción de la insulina".
No hace falta mucho para ser candidato a diabético. Basta con que coma al día 100 calorías más de las que gasta -lo que viene a ser media barra de un chocole- y en 10 años habrá ganado 50 kilos de más. Yavari es dolorosamente consciente de lo fácil que es ahora para la gente comer demasiado y hacer menos ejercicio del necesario, empezando por la juventud. Aproximadamente el 85% de los niños con diabetes del tipo 2 tiene exceso de peso.
Según Yavari, los niños de hoy están rodeados de comida chatarra y de alimentos rápidos cargados de calorías, incluso en los comedores escolares; pasan demasiado tiempo ante el televisor y jugando con videos y, tanto en casa como en la escuela, dedican demasiado poco tiempo a las actividades físicas.
Entre 1977 y 1995, por ejemplo, el hábito de caminar o de ir en bicicleta descendió un 40% entre los niños de edades comprendidas entre los 5 y los 15 años. El ejercicio es esencial no sólo para ayudar a las personas de todas las edades a mantener un peso saludable, sino que también reduce el riesgo de diabetes al incrementar la sensibilidad del cuerpo a la insulina y reducir la tendencia a comer por razones distintas del hambre.
El porcentaje de niños con exceso de peso se ha incrementado en un 50% en Estados Unidos desde 1970 -hasta llegar a uno de cada cinco niños- y, desde 1991, la obesidad de los adultos ha ascendido en un 60% aproximadamente.
El dedicar un tiempo excesivo a ver la televisión es un riesgo tanto para los adultos como para los niños. En un estudio de 37.918 profesionales sanitarios publicado en junio de 2001, Frank B. Hu y sus compañeros de la Facultad de Salud Pública de Harvard descubrieron que, si se les comparaba con hombres que veían la televisión con poca frecuencia, aquellos que pasaban entre 21 y 40 horas a la semana viendo televisión tenían el doble de riesgo de contraer diabetes, y aquellos que veían televisión más de 40 horas a la semana tenían casi el triple de posibilidades de desarrollar la enfermedad.
Los que ven mucha televisión tendían a comer más aperitivos y dulces y menos frutas y verduras, añadiendo un riesgo más de tener sobrepeso y desarrollar diabetes.
Un estudio realizado en 27 centros médicos de EE UU con 3.234 participantes de alto riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 ha demostrado que incluso cambios pequeños en los hábitos de vida -consumir menos grasas, hacer ejercicio dos horas y media a la semana y perder simplemente un promedio de un 7% de peso corporal- reducía la incidencia de la diabetes a más de la mitad durante un período de tres años.
El equipo de investigación, dirigido por David M. Nathan, del Hospital General de Massachusetts en Boston, señaló que aunque la mayoría de los factores de riesgo de la diabetes -edad, raza, historial familiar de la enfermedad- no se podían cambiar, la gente puede controlar los otros dos factores: obesidad y la falta de actividad física.

Campañas que ayudan

La diabetes tipo 2 ó diabetes del adulto afecta a alrededor de un millón de persona en Gran Bretaña.
La enfermedad hace que el cuerpo no pueda convertir el azúcar en energía. Los pacientes no producen suficiente hormona insulina para regular las concentraciones de glucosa en la sangre.
En casos extremos, la sangre se torna tóxica y origina la muerte.
Ante este avance, el gobierno publicó un documento en diciembre pasado en el que establecía patrones para el cuidado de esta enfermedad. Y la organización caritativa Diabetes UK , por su parte, lanzó una campaña de conciencia nacional, donde recuerda los posibles riesgos que se corren si el diabético no se cuida.

Los riesgos

Más de dos tercios de los diabéticos en Estados Unidos no comprenden que corren un riesgo mayor de desarrollar cardiopatía o sufrir un accidente cerebrovascular, según un sondeo publicado días atrás.
Los diabéticos también parecen ignorar lo que pueden hacer para disminuir este riesgo, desde realizar ejercicios hasta comer alimentos sanos y tomar medicamentos para reducir la presión sanguínea y el colesterol, reveló el sondeo, encargado por la Asociación de Diabetes y el Colegio de Cardiología de Estados Unidos. "Mucha gente no conecta la diabetes con la cardiopatía", dijo en una conferencia de prensa Tommy Thompson, Secretario de Salud y Servicios Humanos.
"Más de 16 millones de estadounidenses padecen diabetes y esta cifra está aumentando a un ritmo alarmante", añadió, citando los pronósticos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades que señalan que el número de diabéticos crecerá en un 165 por ciento en los próximos 50 años. (Reuter)

   
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