Domingo 7 de julio de 2002

 

Eligieron abandonar la calle por cultivar verduras

 

Jóvenes que hace un tiempo no hacían otra cosa que estar parados en las esquinas, ahora cosechan verduras para ellos. Todos coinciden en que se sienten mejor con el invernadero.

  CUTRAL CO (ACC) - Un grupo de siete jóvenes de entre 17 y 23 años que acostumbraba a poblar las esquinas de sus barriadas y llenaban el tiempo haciendo nada le encontraron un sentido a sus vidas. Desde hace siete meses están en un programa de contención en el que se dedican al cultivo de verduras que después ellos mismos, junto a sus familias, consumen.
La idea de sacar a "todos" los adolescentes y los jóvenes que pululan por las calles sin actividad fija puede sonar grandilocuente y hasta utópica. Pero no lo es si se piensa en programas reducidos y con propuestas concretas que apunten no sólo a brindarles algún subsidio si no y fundamentalmente, que se les permita recuperar la autoestima, tal como se advierte en la "Casa del Joven".
Aquí, Miguel Avila trabaja desde hace mucho tiempo en distintas propuestas que buscan paliar, en parte, la situación de esta franja de chicos que no encuentran cómo salir adelante.
Es Miguel quien se convirtió en uno de los referentes más importantes de este grupo que integran Cristian, José Luis, Alejandro, Diego, Claudio, Patricio y Tomás. Sucede que se empezó a correr el rumor de que en esta entidad ubicada en el corazón del barrio Peñi Trapún, "se les daba ayuda a los pibes con problemas de conducta", según recalca Cristian a este diario.
Ninguno niega que tuvo inconvenientes con la ley y explican sin reparos que, sin posibilidad de tener un trabajo, "muchas veces teníamos que conseguir como fuera" para llevar algo a sus hogares, porque "la necesidad es mucha", dicen.
Tomás que tiene 23, es el más dispuesto a la hora de hablar y cuenta que hace un año y dos meses que está en la "Casa del Joven" y en el invernadero siete meses.
"Anduve mucho tiempo en la calle, desde los 13 y tengo 23 y me puse un poco las pilas. Está lindo el trabajo y somos compañeros", dice. Y además recalca que no sólo encuentra el espacio como para desarrollar una actividad, si no que puede contar con Miguel para otras cosas que necesite.
"Yo andaba en la esquina todo el día y me enteré de esto por un amigo así que me decidí y fui a la Casa", sostiene Cristian. Ninguno tenía idea de lo que significa el trabajo con la tierra, por lo que les brindó el curso de capacitación.
Ahora tienen su invernadero en el patio del barrio Pampa y con el asesoramiento de una técnica del Improde, Eliana Quintana, aprendieron a sembrar verduras. Cada uno es responsable de su parcela y cuando es el tiempo de la cosecha reparten la producción para el comedor de la Casa del Joven y para sus familias.
Para Cristian "es una alegría de la madre también. La mía está recontenta sabiendo que uno (por él) dejó un poco la calle. Además le llevo un "toque" de acelga, lechuga o rabanitos. Y yo estoy re feliz".
Alejandro explica que estuvo en la Red de Empleo pero "me sacaron y volví a las esquinas. Me hablaron de Miguel y él me sacó de la calle. Me siento mejor porque tenía necesidad de no estar todo el día en la calle". José Luis interrumpe y agrega que "además tenemos la plata segura, con eso mismo ayudamos a comprar las cosas y tratamos de mantener la casa".
Cuando se les consulta si creen que otros jóvenes que están en la situación en que ellos vivían hace meses atrás, están dispuestos a dejar "las esquinas", todos coinciden en lo mismo. "Si tuvieran la oportunidad lo harían, porque también quieren salir de ahí", reflexiona Alejandro.
Tomás cree que sí porque "sos discriminado cuando estás en las esquinas y si tuvieran la posibilidad como nos dieron a nosotros, les podemos mostrar que se puede seguir adelante".

El proyecto para contener a los jóvenes

CUTRAL CO (ACC).- El equipo que se desempeña en la Casa del Joven apunta a trabajar diversos aspectos orientados a brindar una ayuda integral a quienes se acercan hasta la entidad. Hay varios proyectos en marcha que incluyen también a niños y adolescentes.
Miguel Avila es el coordinador de esta entidad que depende de la comuna. Y logra una empatía muy singular con los jóvenes que acuden a solicitarle ayuda.

Cuatro aspectos fundamentales

"Se trabaja íntegralmente para lograr contención, permitir un proceso de suma de autoestima y reconsideración de lo personal para que como estos chicos, puedan conseguir reinsertarse nuevamente en la familia y en la sociedad", destacó el responsable de la propuesta.
Se diagramaron cuatro aspectos para alcanzar la contención integral de los asistentes.
Por un lado, el personal a través de la terapia de grupo; el laboral como es el caso de los siete chicos que están en el invernadero trabajando; el pedagógico que apunta a la apoyatura escolar y los talleres manuales, como el de madera y de manualidades en papel y finalmente, las actividades recreativas, que en este caso se logra con el equipo de fútbol de la entidad.
Los siete jóvenes que están a cargo del invernadero que está ubicado en el barrio Pampa cuentan también con el acompañamiento de Kety Baigorria.
En tanto, en la UAF que está en el barrio Progreso hay un grupo de 16 niños que están abocados al cultivo. En este caso se trata de once varones y cinco niñas a las que se les enseñó también a plantar verduras.

   
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