Miércoles 17 de julio de 2002

 

Mucho más que alimento en un comedor de Choele

 

Los comedores se han convertido en mucho más que eso. Son también lugares de contención, como el "Hebras de Plata" de Choele, que ayuda gracias a la solidaridad de mucha gente.

  CHOELE CHOEL (AVM).- El sitio huele a comida, a hogar.
Todos los días, puntuales, llega al comedor una veintena de abuelos. Algunos traen el recipiente donde les dan la comida y se vuelven a sus casas. Otros, en cambio, se quedan todo el día, porque además de la comida lo que reciben en ese sitio es afecto.
El comedor para abuelos "Hebras de Plata", que funciona en las instalaciones de la escuela para adultos NÂș 16 de Choele Choel, sigue sobreviviendo a pesar de todos los inconvenientes que debe sufrir cotidianamente.
"Esto es nuestra vida", dijo Ester Yunes que trabaja en el lugar desde el año "87. Ester es el alma del comedor, es quien hace las compras, quien recibe las donaciones, quien piensa en las comidas. Al principio el lugar dependía del PAMI, que les daba la mercadería, pero al no estar los abuelos afiliados a la obra social, porque en realidad no tienen jubilación, la entidad dejó de brindarles ayuda. Ester cobraba por parte del municipio un salario por manejar el comedor, pero ahora con varios años a cuestas no cobra más.
"A mí me dicen en mi casa que me quede. Pero yo no puedo, esto es mi vida", sostuvo mientras una sonrisa bonachona le cubría el rostro.
"Acá nos ayuda mucho la gente. Hay supermercados que nos hacen donaciones. El otro día por ejemplo fui al trueque y pusieron una urna y se juntaron como 37 créditos. Ahí no más fui a comprar, les compré verduras, huevos y hasta una torta que les voy dando a los abuelos", sostuvo.
En el lugar comen 20 ancianos, la mayoría recibe sólo ese alimento. Pero más allá de ser un comedor el lugar es un refugio importante para las carencias de los abuelos.
Los ejemplos sobran. Como dato anecdótico Ester cuenta que durante la última gran helada registrada en la región, encontró a un anciano tiritando de frío en la puerta. El anciano le pidió un poco de pan para comer. Entonces Ester lo invitó a pasar. El abuelo no podía parar de comer. Fue el último día que apareció. También están los ejemplos contrarios como el de una abuela de edad indefinida que viene al comedor desde que éste abrió las puertas y así se convirtió en parte de los integrantes fijos del lugar.
"Acá viene gente que después no ves más. Pero un plato de comida no se le niega a nadie. Ha venido gente un poco más joven con hambre y nosotros le damos de comer igual", contó Ester en una pausa a la hora de un aromático guiso.
"También la comuna nos ha ayudado bastante, sostuvo Ester. Nos dan algunas cajas de alimentos y nos han puesto una cocinera".
El edificio que ocupa el comedor es de una escuela, y por eso depende del Consejo de Educación. El último verano, al no funcionar el establecimiento educativo, les cortaron el gas. Pero eso no impidió que el lugar siguiera funcionando, porque Ester consiguió una cocina y con garrafas, durante ese tiempo les cocinó a los abuelos. "Acá incluso se pone dinero del bolsillo de uno. Pero si nosotros no hacemos algo por ellos, quién lo va a hacer".

Las bolsas son cada vez más demandadas

CHOELE CHOEL (AVM).- La crisis que sacude al país hizo crecer enormemente las necesidades de asistencia social de muchos vecinos. Por ejemplo, el municipio de Choele Choel pasó de repartir 600 bolsas de comida en julio del 2001 a 900 este año.
Desde el área de asistencia social del municipio, la responsable del sector, María Delia Carccioffi negó los rumores que indican que por falta de dinero se podrían a cerrar algunos comedores como el "Hebras de plata".
"En ningún momento se nos pasó por la cabeza esto. Por el contrario estamos viendo las posibilidades de poder agrandar en algunos casos los horarios de atención a los fines de semana", sostuvo Carccioffi.
"El requerimiento de ayuda social ha crecido considerablemente con respecto al año pasado. Pero además el dinero que nos envían desde Nación sigue siendo el mismo y rinde menos" sostuvo. "En pan por ejemplo para la copa de leche en Choele Choel invertimos 3 mil pesos mensuales. Y esto es sólo para la copa de leche", agregó la funcionaria.

Los sábados y domingos

Las necesidades en algunos barrios son tales que han solicitado que se atienda en los comedores no sólo durante la semana sino que se amplíe a los sábados y domingos, sobre todo por los chicos, que en muchos casos el único alimento que reciben es el que se les da en esos sitios.
En este caso en particular entra el barrio Maldonado.
"Esa es una idea de los vecinos y son algunos de ellos los que quieren trabajar en el lugar, pero la estamos evaluando", mencionó Carccioffi.

Foto: Algunos asisten desde hace tiempo, otros van una vez y no regresan, pero todos buscan lo mismo: comida y afecto.

   
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