El trueque movilizó a más de 5.000 viedmenses

La megaferia se concretó ayer en el club Amigos del Balneario El Cóndor. Los troquistas llegaron también desde distintas localidades de la zona atlántica.

VIEDMA (AV)- Casi con desesperación, más de 5.000 personas se prestaron ayer para retratarse en una postal de la crisis. El escenario fue el club Amigos del Balneario El Cóndor y el motivo la megaferia de la Red Federal de Clubes de Trueque.
Esta opción para una gran franja que va de gente humilde hasta la clase media, se transformó en un acontecimiento simpático, colorido y lleno de atractivos, donde por momentos la gente abarrotó los mil metros cubiertos de la sede con que cuenta esa entidad.
No es fácil para quienes en la actualidad buscan una clave para enfrentar la actual situación. Sin embargo, valió la pena adecuarse al molde, transitar los 30 kilómetros con el tanque de combustible semi vacío del vehículo para llegar a El Cóndor o subirse a un colectivo desde San Antonio Oeste, Las Grutas, Carmen de Patagones y Stroeder para abrir las puertas a una oportunidad, mostrar lo suyo y volver carga-dos de productos panificados, te-las o verduras que desbordan las bolsas.
Este megatrueque no es habitual pero suele organizarse periódicamente para que los socios de diversos nodos puedan intercambiar productos, bienes y servicios sin la intermediación de moneda de curso legal, ampliando así el marco de lo social y cultural.
La faena hubo que trabajarla previamente y demandó tiempo de organización a los coordinadores de los diversos nodos con que cuenta Viedma. En la previa tuvieron que realizar una jornada de capacitación y actualización sobre la práctica del trueque con la participación de asesores del nodo "La Bernalesa", de la ciu-dad bonaerense de Bernal, al sur de la capital federal.

Situación desbordante

"La verdad es que nos está yendo muy bien, pero la situación nos desbordó. La gente acu-de por la necesidad misma, necesita presentar sus saberes ya que no pueden poner un negocio", afirmó la coordinadora general Marcela Ruiz.
La mejor muestra de los beneficios que el trueque le reporta a la gente, la dio ayer una familia que se dedica a la producción de panificados. Los 34 integrantes viven en la actualidad gracias a lo que producen.
Por su parte, Luis Laporta, del nodo "La Bernalesa" aprovechó su visita para aclarar algunas situaciones ríspidas que se producen habitualmente en los clubes cuando comienza a desviarse el concepto de "troquista" al circular el dinero, pues de acuerdo con lo que se pudo detectar, muchos aparecieron con 50 créditos (un peso es igual a un crédito) en la mano, abonando cuatro pesos.
Laporta explicó que "dos pesos van a la red por gastos administrativos ante la necesidad de emitir credenciales, folletería, y el resto es una práctica que tomaron aquí".
Opinó, como un mensaje elíptico hacia los organizadores, que "los restantes dos pesos de diferencia deben ser volcados indefectiblemente al interior de los clubes para solventar compras en mercadería y en materia prima para los productores de comida".
Insistió en que "todos deben colaborar con materia prima y ese dinero que no sabemos bien en qué se utilizaba tiene que volcarse por medio de un balance público semanal con la muestra de la boleta, porque la red es un gran colectivo social de autoayuda productiva".
Agregó que en los últimos meses "tuvo una explosión desde que se incorporó más gente y se produjeron algunas desviaciones" advirtiendo que "la red se solidifica, crece y se cimenta a partir del trabajo, de la solidaridad, del compromiso de la transparencia, de la ética y de la democracia participativa"

Precios, un modelo actual

VIEDMA (AV)- Una gran cantidad de productos reflejan el tinte inflacionario de estos días, sobre todo cuando muchos entran a hacer la comparación de un peso igual a un crédito.
Las bolsitas de un kilo de azúcar, que no duraron casi nada en el puesto de venta se intercambiaron a tres créditos por cada unidad. Este valor es quizá algo alejado del que figura en algunas góndolas de supermercados.
Las tradicionales tortas de pastafrola rondaban los seis créditos, un corte de género de un metro 20 créditos y los potes de miel a ocho.
Algunos se mostraron sorprendidos por los valores de los productos.
Sin embargo la justificación de los precios la dio Mónica Davies, una señora que vive del trueque. "Es cierto que está caro, pero la materia prima -como el aceite y la harina- influyen, y por otra parte, por más que afuera haya precios más acorde a la realidad, igual no tenemos dinero para comprar", apuntó para dejar mudos a unos cuantos.
Pero la carestía no era un denominador común. El peluquero cobró por sus servicios siete créditos, mientras que el kilo de lechuga costaba un crédito. También se podía conseguir pan casero a dos créditos y prepizzas a tres créditos.

Foto: El megatrueque fue una verdadera sorpresa en el club de El Cóndor.