Martes 2 de julio de 2002

 

La semana en San Antonio: Redes de máxima seguridad

 
  Se abre una puerta para el desarrollo de la ciudad. Con esfuerzo, la estructura de pesado metal y bisagras chirriantes cedió y apareció la ilusión concreta de un futuro mejor. Distintos sectores ven desde esta semana una posibilidad cierta de salir del pozo en el que se encuentran, a través de esta alternativa que se conoció el viernes último: Alpesca se instalará en la ciudad, tomará a los 170 trabajadores de planta desocupados, construirá una fábrica o refaccionará instalaciones ya existentes con una inversión de entre 1,5 y 2 millones de dólares ocupando mano de obra local, entre otros beneficios que podrían reactivar la alicaída economía local.
Pero más allá de lo positivo que resulta esta novedad que se venía esperando desde hace dos meses y medio, las frustraciones sufridas obligan a ejecutar acciones coordinadas para generar que, junto a esta reactivación de la pesca industrial, empiecen a crecer otras alternativas viables.
La historia demuestra que la dependencia económica hacia una sola empresa o recurso es un peligro latente. Le pasó a Sierra Grande con Hipasam, como ejemplo más notable.
San Antonio estuvo dos meses en ese estado de letargo generalizado, con las restantes industrias pesqueras -menos sólidas que Alpesca- trabajando a media máquina por sus propias dificultades financieras y por las bajas capturas comunes en cada otoño.
El movimiento de dinero en la ciudad sufrió un parate nunca antes visto y el frío del ambiente fue casi tan duro como el que afectó a bolsillos y ánimos.
A pesar de que el turismo en Las Grutas funcionó más o menos bien este verano y que la actividad portuaria, que ingresó en el final de la temporada alta, también generó ingresos significativos a unas 200 familias de la ciudad, un altísimo porcentaje de habitantes sobrevivió gracias a la asistencia social.
Ahora Alpesca ocupará el lugar vacío que dejó Camaronera Patagónica y será un alivio para el sector pesquero -y para la Dirección de Pesca y Acción Social que aportaron en estos dos meses unos unos 115 mil pesos en subsidios y cientos de bolsas de mercadería a los fileteros desocupados-.
También la Uocra, que llegó a sus niveles máximos de desempleo, ya que se terminó la obra del hospital nuevo, verá una posible salida con la construcción de la planta pesquera.
Esta reactivación debe servir como estímulo para empezar a recorrer un nuevo camino. En el que las empresas consolidadas hagan sus negocios y den trabajo a sus operarios, mientras, mediante la creatividad y el ingenio, los ciudadanos, en conjunto con el Estado, puedan articular nuevas cooperativas comunitarias, microemprendimientos y miniempresas que generen una sólida actividad económica paralela. Existen recursos e infraestructura para ello. Y su concreción permitiría, además de dar empleo a los otros sectores marginados aún del mercado laboral, conformar una red fuerte de fuentes de empleo. Una malla social resistente, que soporte cualquier nuevo vaivén económico y que trascienda los intereses de los grandes empresarios de turno que cuando fracasan, hacen sus valijas, dejando desamparados a los habitantes que les sirvieron mientras los negocios les eran favorables.

Pedro Caram
pcaram@canaldig.com.ar

   
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