Viernes 12 de julio de 2002

 

Una multitud volvió a pedir la renuncia de Chávez

 

La oposición copó Caracas y llamó a la desobediencia civil.

  CARACAS (ANSA).- Cientos de miles de venezolanos opositores al presidente Hugo Chávez marcharon ayer en Caracas para exigir una vez más su renuncia, mientras el gobierno dijo sentirse "seguro" de su estabilidad política y su apoyo popular, a tres meses del efímero golpe de Estado contra el mandatario.
Chávez, por su parte, permaneció este jueves en la ciudad de Maracay, a 90 kilómetros al oeste de Caracas, donde encabezó una ceremonia de graduación de militares.
"Hoy vivimos la jornada más importante de la sociedad civil venezolana, en la que rotundamente le hemos pedido la renuncia al presidente Chávez, pero sin violencia", dijo Elías Santana, líder de una asociación cívica opuesta a Chávez.
Por su parte, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, dijo a periodistas tras un consejo de ministros en el palacio presidencial de Miraflores, que el gobierno "no tiene ningún temor, ni preocupación" por la multitudinaria marcha.
"El gobierno se siente completamente seguro de su estabilidad", afirmó Cabello, escoltado por el resto del tren ministerial ante el cual aseguró que se "trata de una manifestación más, que profundiza el ejercicio de la democracia en el país".
La oposición marchó este jueves convocada por partidos políticos que intentan resurgir en Venezuela en medio de la crisis política que derivó en un fugaz golpe de estado contra Chávez el 11 de abril pasado.
Los partidos políticos desplegaron en la marcha gigantescas banderas de Acción Democrática, el democristiano Copei, los conservadores Primero Justicia y Proyecto Venezuela, el ala opositora del Movimiento al Socialismo (MAS) y Unión, entre otros.
Además de los partidos, participaron organizaciones cívicas y las ya conocidas Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la gremial patronal Fedecámaras, que jugaron roles protagónicos en las acciones que derivaron en el golpe de Estado de abril.
Incluso el efímero presidente de facto fue el entonces presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona, apoyado por un sector del poder militar, cuya primera medida fue disolver la Asamblea Nacional (parlamento).
La marcha contó predominantemente con manifestantes provenientes de clases medias y altas que portaban banderas nacionales y vociferaban "Chávez vete ya".
La protesta recorrió sin incidentes unos seis kilómetros bajo un fuerte cerco policial de más de 1.200 efectivos de la Policía Metropolitana, mientras el palacio presidencial permaneció fuertemente custodiado por la militarizada Guardia Nacional.
La oposición desistió a última hora de llegar a Miraflores, pese a que el gobierno apeló hace tres días a un decreto emitido en 1992 que prohíbe las manifestaciones a las puertas del palacio presidencial. Los detractores de Chávez decidieron llegar sólo hasta la céntrica esquina de las Ibarras, a unos 500 metros antes de la sede gubernamental y, más tarde, emprendieron camino hacia la base aérea de La Carlota -este capitalino-.
En la base aérea, un grupo de opositores dijo haberle entregado un documento al alto mando de la aviación militar donde explicaban supuestas violaciones a la Constitución por parte de Chávez.
Pese a los imprevistos, Cabello consideró la marcha una muestras "de civismo", elogio que compartió con líderes de oposición.
Las abismales diferencias entre el gobierno y la oposición retornaron a la hora de los cálculos de los manifestantes.
Santana estimó en "un millón de personas" los asistentes a la marcha, pero Cabello apeló a las dimensiones de las calles transitadas para concluir que "cuando mucho habían 160.000 personas".
Entusiasmo sin violencia

A pesar de las continuas marchas realizadas en los últimos meses en Venezuela, la oposición sigue con un entusiasmo creciente su movimiento contra el gobierno del presidente Hugo Chávez.
Lejos de mermar, las manifestaciones de la oposición llenan cada vez más kilómetros con alegría y colorido, despertando el humor con consignas y pancartas alusivas a los gobernantes.
El espíritu de lucha civil volvió a manifestarse ayer en una marcha que no logró llegar a la sede del gobierno, pero que reunió una multitud estimada por los organizadores en un millón de personas. Jóvenes de todas las clases sociales improvisaban bailes y cantos, mientras los más ancianos parecían rejuvenecer con gran resistencia.
Señoras "encopetadas" de sectores pudientes, algunas llevando sus perritos falderos, se mezclaron con humildes trabajadoras en un solo grito: "Chávez vete ya".
Las protestas de la oposición adquieren un ambiente de fiesta y colorido que las asemejan cada vez más a una celebración popular que a un acto político, pese a la incertidumbre y tensión que siempre rodean estos eventos en el polarizado panorama político de Venezuela. (DPA)
     
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación