Martes 2 de julio de 2002

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Lavagna llevó a Duhalde los cuestionamientos del FMI

 

El organismo insiste en un plan sustentable para liberar fondos. El FMI prorrogaría vencimientos de agosto y setiembre. El Banco Central oficializó el
nuevo programa monetario.

  BUENOS AIRES.- El ministro de Economía, Roberto Lavagna, se reunió ayer con el presidente Eduardo Duhalde, para informarle sobre los resultados de su viaje a Washington, donde sólo consiguió que el Fondo Monetario Internacional (FMI) postergue un vencimiento de la deuda por 1.000 millones de dólares que la Argentina debía cancelar a mediados de este mes.
Si bien no hubo información oficial sobre la reunión en la Casa Rosada, trascendió que Lavagna se ocupó de contar en detalle al jefe del Estado los principales cuestionamientos que tiene el organismo y la necesidad de consensuar la puesta en marcha de tres puntos claves todavía pendientes de resolución:
* La elaboración de un plan que permita el crecimiento económico sustentable del país;
* Cambios en el actual esquema de política fiscal;
* La progresiva retirada del Banco Central en la intervención de la paridad cambiaria.
Sólo con la puesta en marcha de estos tres puntos, el FMI y Estados Unidos estarían en condiciones de otorgar fondos frescos al país. Y esto también fue los que le transmitió Lavagna al presidente durante la reunión.
Desde Economía se intentó dar la imagen de un ministro fortalecido por los logros conseguidos en Estados Unidos pero, a la luz de los hechos, los resultados no fueron los mejores.
"El gobierno logró oxígeno por 90 días ya que el FMI estaría también en condiciones de prorrogar los vencimientos de agosto y septiembre", confesó una fuente de Economía ante una consulta de este diario.
El freno definitivo del goteo de fondos del corralito bancario, es otro de los temas que preocupa al FMI; un punto sin definir en el gobierno pese a la presión que hizo todo este fin de semana sobre Supremo Tribunal de Justicia para que no avale los amparos de los ahorristas (ver página 5).
Lavagna, quien llegó el domingo de los Estados Unidos, estuvo ayer dos veces en la Casa de Gobierno. Primero se reunió con el jefe de gabinete, Alfredo Atanasof, y luego regresó para ver al Presidente. Pasado el mediodía, el ministro se reunió con su equipo en la sede del Palacio de hacienda para consensuar los pasos a seguir.

Financiamiento

Las necesidades de financiamiento y el pedido de fondos frescos al Fondo Monetario Internacional arrojaron ayer más confusión sobre las delicadas negociaciones que lleva adelante el gobierno argentino con autoridades de ese organismo crediticio.
Mientras desde la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda se esforzaron por refirmar que no se pedirían fondos frescos al FMI, el programa monetario difundido ayer por el Banco Central parte del supuesto básico que serán necesarios recursos adicionales para financiar el déficit fiscal consolidado (ver recuadro).
El jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, afirmó ayer que "la Argentina "no está pidiendo fondos frescos, pedimos solamente el refinanciamiento de los vencimientos porque está claro que sería casi imposible para el país poder sostener en estos momentos estos compromisos".
Sin embargo, el programa monetario es taxativo y refiere al uso de fondos adicionales a los vencimientos: "La probabilidad de un acuerdo con el FMI impacta sobre la política monetaria en varias dimensiones. Primeramente, se presume que el mismo incluirá fondos frescos por encima de lo necesario para cumplir con el servicio de deuda con los organismos, y por un monto cercano al déficit fiscal consolidado del sector público".
El Central proyecta una emisión adicional para el segundo semestre del año de $7.073 millones (lo que marca un total de más de 14.000 millones para todo el año) y considera que por el goteo se irían del sistema financiero $14.600 millones.
Determinó asimismo que la asistencia total del BCRA al sistema financiero será de $ 6.773 millones y la intervención cambiaria para el resto del año asciende a $ 4.886 millones.
Prevé también, tomando un cálculo optimista, que el Banco Central pierda en total u$s 378 millones de sus reservas hasta diciembre.
El documento elaborado por el BCRA agrega: "En tal caso, la falta de acuerdo dejaría desfinanciado al gobierno, lo que implica una expansión sin apoyo de reservas equivalente a dicho déficit, ya sea mediante la emisión de cuasimonedas o a través de financiamiento directo por parte del BCRA a través de adelantos al Tesoro adicionales a los previstos. Por otro lado, el acuerdo incluiría fondos de organismos multilaterales para compensar la pérdida de reservas ya utilizadas para el pago del servicio de la deuda con dichos organismos. Asimismo, el acuerdo permitiría obtener fondos adicionales para líneas de crédito a las exportaciones, lo que se reflejaría en una más pronta reactivación del nivel de actividad y, eventualmente, en una mayor afluencia de divisas en la economía", prosigue.
En definitiva, la ausencia de un acuerdo con el FMI en los meses venideros sería una indicación de un menor flujo de fondos externos para el año, deteriorando las expectativas cambiarias e incrementando la presión sobre el peso, puntualiza el plan diseñado por el BCRA.
(Redacción Central/DyN)

Críticas al Fondo

El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz aseguró que en los procesos de negociación del Fondo Monetario Internacional con los países a los que asiste financieramente persiste "una farsa permanente" a partir de señalar que es el propio organismo quien impone a cada estado el programa que debe seguir.
En un reportaje publicado hoy por Página/12, el economista también se refirió al "miedo" que sabe infundir el Fondo sobre los países a los cuales debe asistir financieramente.
"Hay una fotografía muy significativa, en la que Michel Camdessus (ex directivo del Fondo) está sentado mirando por encima del hombro al presidente de Indonesia, mientras éste firma la cesión de la soberanía económica", explicó Stiglitz.
Para el Premio Nobel estadounidense "hay incluso una farsa permanente, que consiste en que el país redacta una carta de intención, en la que detalla lo que piensa hacer, y la envía al FMI; pero es el FMI el que le ha dicho previamente lo que tiene que escribir: se lo han dictado", consideró.
Agregó que actualmente "el país que enfrenta a una crisis y el FMI le dice que, si quiere más dinero, tiene que hacer tal cosa" para obtener el esperado financiamiento externo. Stiglitz manifestó que "en el caso de Estados Unidos se ha visto de forma clarísima" que aquellos ex funcionarios del gobierno estadounidense que van a trabajar al FMI siguen defendiendo los intereses financieros, y también aquellos de las grandes empresas de este país.

     
     
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