Miércoles 17 de julio de 2002

 

"No puedo garantizar la seguridad de los presos"

 

El jefe de la alcaidía de Roca reconoció el caos que viven día a día. Dijo que nunca les informaron sobre un intento de violación de Pérez. "Jamás entregaría un detenido para que lo ajusticien", aseguró Capsi.

  ROCA (AR).- El propio jefe de la alcaidía de Roca cree que es imposible garantizar la seguridad de cualquier detenido. El comisario Andrés Capsi reconoce que está a la cabeza de una cadena de responsabilidades por lo que le pasó al detenido Enzo Pérez, quien murió tras una brutal paliza y fue blanco de todo tipo de vejaciones. Sin embargo no está dispuesto a renunciar.
Aseguró que, cuando detuvieron a Pérez, en la institución no tuvieron el mínimo rumor de que haya protagonizado un intento de violación, y que el parte policial decía intento de homicidio. "En ese caso lo hubiéramos aislado inmediatamente", dijo y agregó:"Quienes me conocen saben que nunca entregaría a un detenido para que sea ajusticiado".
- ¿Cuándo ingresa Pérez a la alcaidía?
- Fue un sábado a la tarde
- ¿Es normal que se trasladen detenidos los fines de semana?
- No hay reglamentación que establezca horarios específicos. El procedimiento que se sigue desde hace cinco, es que las comisarías deriven los detenidos después de los sumarios. Desde la alcaidía habíamos pedido que no giraran internos los fines de semana, porque los guardias no los alcanzan a identificar y hubo varias fugas en los horarios en que se retiran las visitas. Acá hay casi 400 personas y muy poco personal.
- ¿Entonces por qué lo reciben?
- Porque el subcomisario Juan Martínez de la unidad Cuarta de Cipolletti dijo que no lo podían contener en la comisaría.
- ¿Quién lo recibe en la alcaidía?
- El oficial de servicio. Yo no lo vi en ningún momento.
- ¿Quién decidió en que pabellón se debía alojar?
- El oficial, que mantuvo una charla con Pérez antes de ingresarlo. Se le preguntó si tenía problemas con algún detenido y dijo que no. Los pabellones 5, 6, 7, y 8 están superpoblados. El pabellón 2 no tiene cierre de reja porque está rota. En el 3 hay muchos jóvenes que suelen tener problemas de conducta. Y a Pérez no lo conocíamos como para ponerlo en el 1, que es el que más cerca está del muro. El pabellón 4 era el que tenía menos gente y es el más controlable porque tiene una doble reja por el último motín.
- Controlable en caso de fuga, ¿pero en caso de conflicto interno?
- También se puede acceder desde el patio.
- ¿Qué pasó el domingo?
- El primer horario de visita transcurrió normalmente, pero sobre el mediodía sucedió el ataque. Uno de los celadores fue retenido, y cuando llegó el segundo todo había terminado. Eran los únicos empleados que teníamos en el sector.
- ¿Por qué no alojaron a un detenido sin antecedentes en un lugar que no sea un pabellón?
- En la caldera hay gente condenada a 20 años, en la cocina y en el pabellón 9 hay gente con perpetua. En todos lados hay presos con condenas grandes.
- ¿Por qué en el pabellón 4?
- Era el que mejor panorama nos daba. Además no surgía ningún motivo para aislarlo, porque venía por intento de homicidio.
- Dice que el pabellón 4 era el más controlable y ocurre este ataque...
- La cárcel es impredecible. Pueden pasar meses de tranquilidad, pero en un segundo se arma un desastre.
- ¿Nadie lo alerta de que podía haber una tentativa de violación?
- No. Tenemos detenidos que han cometido terribles delitos contra la honestidad y nosotros no los exponemos. Los separamos inmediatamente.
- Al menos tres medios de prensa tuvieron la versión policial de un posible intento de violación, ¿cómo puede ser que ustedes no?
- Nunca nos alertaron de un delito de este tipo. Incluso no figura en la causa. No leímos nada ni escuchamos la radio como para escuchar algún trascendido.
- Queda a la vista entonces que a ningún interno se le puede garantizar su seguridad...
- Hay que ser honestos en este caso. Si hace poco nos tomaron de rehén con un arma de fuego a un empleado, y se lo llevaron a punta de pistola; si los otros empleados no dispararon para no poner en riesgo a su compañero y a la otra persona, es algo patético. Estamos expuestos a este tipo de situaciones, al igual que los detenidos. Garantizar la seguridad es un ideal, pero yo no lo firmo.
- ¿Y qué piensa hacer al respecto?
- Necesitamos un ejército de personal o la cárcel se modifica. Este sistema de que los guardias tengan contacto con los internos, ya no se usa más. Y acá hay detenidos que van desde los delitos leves a los más graves. Y no necesariamente quienes tienen mayor condena son los más peligrosos. No hay forma de predecir dónde estará el problema. La cárcel es como la sociedad y se reproducen todos los problemas que hay afuera, pero además se potencian porque los espacios son más cortos.
- ¿Pero no tienen ya un ejército de guardias?
- En absoluto. Se trabaja con lo que hay. Los pabellones tienen un promedio de 30 o 40 internos. Hay un solo empleado por sector. Por ejemplo para cuatro pabellones hay un guardia, cuando tendría que haber ocho. Incluso no todos los empleados pueden ser celadores.
- ¿Cómo es para usted el día siguiente a una muerte en la alcaidía?
- Se siente impotencia y frustración porque no se puede resolver un problema de fondo. Lo mismo ocurre con una fuga.
- ¿No se siente responsable por esta muerte?
- No le puedo quitar el dolor a la familia de Pérez. Los atendí y fuimos al hospital. Pero el resultado fue negativo porque esta persona murió.
- ¿Qué se replantea como jefe de la alcaidía?
- Es una situación que no pasa. Este no es el único caso que tuvimos. Sufrimos el fallecimiento de un policía de 23 años que ni siquiera logró formar una familia. Son situaciones que se van sumando. No es que murió Pérez y pasó el problema, no es así. En el momento utilizamos todos los recursos que tuvimos disponibles. Lo llevamos rápidamente al hospital pero no alcanzó. De todos modos, soy la primera persona que debe responder ante un hecho como este en la cadena de responsabilidades. Soy el que critican por una fuga, o visualizan como un inoperante o que no cumple su tarea. Lo que trato es de cumplir honestamente. Con la antigüedad que tengo, para mí sería sencillo retirarme. Pero acá hay empleados jóvenes que apoyan mi trabajo, que arriesgan su vida. Si soy la persona con más experiencia, y que más vínculos tengo con la población penal, tengo un compromiso moral con los empleados.
- Insisto, ¿no se siente responsable por este crimen como jefe de Unidad?
- Hay que aclarar que acá no se mandó a una persona a un lugar para que sea ajusticiado. Cualquiera que me conozca sabe que soy incapaz de generar una situación de este tipo. Lamentablemente tenemos más de 200 condenados que son una frustración para el derecho. Acá no hay educación, ni trabajo, por lo que son personas enquistadas que esperan algún beneficio para salir en libertad.
- ¿Entonces el responsable es el Estado?
- No voy a decir nada respecto a esto.
- ¿Por qué?
- Yo soy empleado del Estado, estoy dentro del sistema. Evidentemente las cosas no están bien. No se puede solucionar de un día para el otro.
- Pero este problema no es nuevo y no se hizo nada para mejorar. A usted ni a ningún funcionario lo puede tomar por sorpresa.
- Permanentemente se van mandando informes a la justicia y las autoridades policiales. Hicimos varias propuestas para atacar la problemática, pero sufrimos un cimbronazo económico. Hoy tenemos para gastar 30 centavos por comida para cada preso.
- ¿Entonces habrá que esperar otra desgracia?
- Hay que hacer un trabajo de campo. Hay un gravísimo problema alimentario, no hay elementos de limpieza. Lo único que mantenemos son los medicamentos. No hay elementos de cama disponibles. Las cocinas están destruidas desde el motín del "96. Uno tiene problemas como todas las instituciones...
- ¿La cárcel de Roca es un polvorín?
- Hoy por hoy existe una altísima probabilidad de conflictos. Pero hay un gran compromiso de la gente para que esto no ocurra, tanto de guardias como de presos.
- ¿Cuantas reparaciones se podrían hacer con lo que el Estado le va a tener que pagar a la familia de Enzo Pérez?
- No lo sé...

Hugo Albizúa
halbizua@rionegro.com.ar

Foto: El comisario Andrés Capsi, asegura que en la cárcel se pasa de la tranquilidad al desastre en un segundo.

   
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