Jueves 11 de julio de 2002

 

Ayuno y aceite, la "receta" de los pastores

 

Un hombre había sido secuestrado en Neuquén. Lo obligaron a ayunar y sólo le daban aceite.

  NEUQUEN (AN)- Un ayuno inclemente, combinado con ingesta forzada de aceite comestible: ese fue el "tratamiento" que los pastores impusieron a Isaac Muñoz para "quitarle el demonio del cuerpo". El hombre estuvo secuestrado diez días hasta que sus parientes lo rescataron, y se cree que lo único que querían quitarle eran sus bienes.
Muñoz todavía no pudo declarar ante la justicia. Lleva casi dos meses de tratamiento para superar el daño físico y psicológico que le provocó el "tratamiento" al cual fue sometido entre el 8 y el 18 de mayo pasado. Recibió un alta provisoria, regresó a su hogar con su esposa Marta González y ahora está internado otra vez en el hospital. Su mujer declaró ante la justicia como sospechosa, y arrojó toda la responsabilidad sobre los pastores.
Los pastores son Claudio Zeballos, responsable de la iglesia evangélica pentecostal del barrio Alto Godoy, procesado y excarcelado bajo fianza de 5.000 pesos; Luis Martel, encargado de un templo en Contralmirante Cordero, también procesado y excarcelado bajo fianza, y Guillermo Cañete, secretario de Zeballos y prófugo de la justicia con pedido de captura internacional.
Como informó "Río Negro", Muñoz estuvo en poder de los pastores que según la justicia lo privaron ilegítimamente de su libertad. Primero lo mantuvieron cautivo en su propia vivienda, en el barrio San Lorenzo sur, atado a la cama. Después lo llevaron al templo de Martel, en Cordero.
De allí lo rescataron sus familiares. Alucinaba, y tenía daños irreversibles en los riñones. Los estudios forenses determinaron el "tratamiento" al que fue sometido y que le provocó esas terribles secuelas: "fue un ayuno total combinado con la ingesta de aceite comestible común", dijo una fuente judicial. "Al parecer esta mezcla provoca un estado de obnubilación y afecta los sentidos", agregó.
Algunos pastores, según dijo la fuente, "son expertos en control mental y en técnicas de sugestión. Para potenciar los resultados, recurren a tratamientos como éste y provocan grandes efectos en los que se prestan al "experimento". Así consiguen más fieles, que creen que están ante milagros o poderes especiales".
Según se sospecha, los pastores urdieron una maniobra para quedarse con algunos bienes de Muñoz, quien había cobrado una indemnización por despido de alrededor de 40.000 pesos. Cuando la estratagema fue descubierta, se supo que miembros de la iglesia usaban el vehículo de la víctima; le habían ocupado la vivienda y gastaban su dinero.
En una situación delicada está Marta González, la esposa de Muñoz. El viernes pasado le tomaron una declaración "explicativa", es decir casi una "indagatoria" que es la que se le toma a los sospechados de cometer un delito.
González, según trascendió, está sospechada de haber colaborado en la maniobra o por lo menos de saber que algo fuera de lo común le estaban haciendo a su marido, sin impedirlo. Pero según fuentes judiciales, las pericias psicológicas determinaron que tiene una personalidad "débil e influenciable", por lo que no está claro si fue cómplice o una víctima más.
En su declaración "explicativa", la mujer descargó toda la responsabilidad sobre Zeballos y Cañete.

De la creencia religiosa al delito común

NEUQUEN (AN)- El calvario comenzó para Isaac Muñoz cuando descubrió que los pastores se estaban metiendo demasiado en su casa y con sus cosas. Entonces, los representantes de la iglesia le pusieron a la propia familia en contra: convencieron hasta a sus hijos de que estaba "poseído" y necesitaba un tratamiento para "quitarle el demonio de adentro".
Esa es la hipótesis principal que tienen los investigadores del caso. Para lograr sus objetivos, los pastores recurrieron a técnicas que aplican usualmente, pero con Muñoz "las cosas se les fueron de las manos", dijo una de las fuentes consultadas ayer.
"Hay prácticas religiosas con las que se puede estar de acuerdo o no, pero allá cada uno con su creencia. En este caso es distinto: se cometieron delitos", indicó el vocero.
Muñoz estuvo secuestrado en su propia vivienda, forzado a ayunar (ni siquiera le daban agua) y a consumir aceite común.
Las pericias realizadas por los forenses determinaron que no le suministraron ninguna sustancia intoxicante, ni medicamentos. "Lo peor es lo que no le dieron: el ayuno total, combinado con el consumo forzado de aceite, le provocó los daños que padece hoy", indicó la fuente.
Otro aspecto de la investigación incluye a los cinco hijos de Muñoz. La justicia ordenó que les realicen una serie de pericias físicas y psicológicas, para establecer su sufrieron algún tipo de abuso.

Foto: Las pericias revelaron datos espeluznantes de lo que ocurrió puertas adentro del templo. La víctima aún no pudo recuperarse.

   
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