Lunes 1 de julio de 2002

 

Todo listo para definir la situación de Rinaldi

 

El juez Velasco Copello ya tiene casi completo su dictamen. Podría darlo a conocer hoy. Según lo que resuelva, Rinaldi seguirá preso o recuperará su libertad. Es el único imputado.

  NEUQUEN (AN)- El juez Alfredo Velasco Copello definirá esta semana el futuro de Nicolás Rinaldi y de la investigación por el crimen de María Alejandra Zarza. Al borde de los plazos legales, dirá posiblemente hoy si el único detenido sigue con prisión preventiva o si queda en libertad, regresando el expediente a cero.
Gran parte de la resolución judicial ya está escrita, según coincidieron en señalar varias fuentes a "Río Negro". Pero el párrafo final es el secreto mejor guardado en el segundo piso del edificio judicial de la calle Santiago del Estero 44.
En ese último párrafo, el juez dirá cómo resolvió la situación procesal de Rinaldi. Y a lo largo de su escrito, que se prevé extenso, detallará todo lo que ha podido averiguar sobre el asesinato más resonante de los últimos tiempos en esta provincia.
Quienes han podido ver el expediente completo coinciden en afirmar que la investigación está prácticamente cerrada, sin caminos nuevos para explorar. En los cuatro meses que pasaron desde el 26 de febrero, cuando fue hallado el cadáver de Alejandra, se han tejido numerosas hipótesis pero ninguna demostró suficiente consistencia como para cuajar, y los amplios márgenes de duda las hicieron caer una tras otra.
En el expediente, prácticamente todo conduce a Rinaldi. Si el juez llegara a la conclusión de que no tuvo nada que ver con el crimen, serán 3.500 fojas sin otro destino que acumular polvo.
Al único detenido lo comprometen, entre otros elementos, sus propias palabras.
Admitió un extraño cambio de ropas, provocó un encuentro inesperado con Alejandra después de meses sin hablarse con ella, y dejó sin llenar claramente dos huecos temporales de 40 minutos cada uno.
Además urdió una compleja maniobra para reunirse con la joven, y le dijo palabras duras sin necesidad, sabiendo que mentía, sólo "para humillarla", como admitió en su indagatoria.
También juegan en su contra un testigo y dos pericias. El testigo es un taxista que cree haberlo visto en el Balcón del Valle la noche del 20 de febrero, y desmiente que Alejandra se haya bajado del automóvil.
Una de las pericias es la autopsia, según la cual la acción criminal comenzó con una agresión física contra la víctima que desencadenó el trabajo de parto aun cuando no perseguía ese objetivo. Los forenses creen que a partir de allí todo se descontroló.
El horario de la muerte fue fijado entre las 0 y las 12 del 20 de febrero. Rinaldi dice haber estado con Alejandra hasta 23.30 del día anterior, y describió todo lo que hizo hasta una hora y media después. Pero la madrugada del día clave está en blanco.
La otra pericia es el trabajo científico con el polen hallado en su calzado y en el automóvil que conducía esa noche. Lo produce una planta que crece en la zona de Las Perlas donde apareció el cuerpo.
Rinaldi tiene, a favor, que nadie vio el momento en que se cometía el crimen. Nadie lo acusa directamente; no hay testigos claves, ni "arrepentidos", ni "quebrados" que lo comprometan.
Se ha preocupado por derribar la "pericia del polen" inundando la causa con testimonios de personas que vieron su automóvil en zonas donde crece la Ludwigia uruguayensis, una plantita verde de flores amarillas que dentro del expediente goza de un protagonismo estelar.
La pulseada entre acusación y defensa se definirá cuando el juez revele cuál es el último párrafo en el expediente "30666/2 Rinaldi Trillo, Nicolás Pedro s/homicidio".

Un antecedente poco conocido

NEUQUEN (AN)- En 1993, cuando tenía 17 años, Nicolás Rinaldi dejó embarazada a una chica de su misma edad. Los padres del ahora detenido le propusieron que se fuera a vivir con ellos y la joven aceptó, pero la convivencia duró poco: al quinto mes ella perdió su bebé, abandonó la vivienda y dejaron de verse.
Este antecedente figura entre los 17 cuerpos que tiene el expediente del caso Zarza, en el que se investiga la presunta responsabilidad del imputado en el asesinato de Alejandra.
Hoy, esa joven que Rinaldi embarazó en 1993 vive en otra provincia. Fue ubicada por los investigadores y les contó esa parte de su vida.
En 1997, cuatro años después, Nicolás repitió la historia. Esta vez la embarazada fue Jessica, quien también fue invitada a vivir en la casa de los Rinaldi y aceptó.
La joven sigue viviendo allí, con su pequeña hija. Según Nicolás, no hacen vida marital desde hace meses.
En 2001, pasados otros cuatro años, Alejandra quedó embarazada presuntamente de Nicolás Rinaldi. Esta vez el joven lo puso en duda. "Lo que tenés ahí adentro no es mío", le dijo el imputado a su amiga cuando se enteró. Así lo relató en la declaración indagatoria.
Tampoco hubo invitación a convivir. Por el contrario, el embarazo arruinó la relación de Rinaldi con Jessica y según el imputado, "Alejandra no quería a mis padres".
Alguna de las veces que Alejandra llamó al teléfono de los Rinaldi se trenzó en fuertes discusiones con Jessica.
Tan mala era la relación que el 20 de febrero, cuando se vieron por última vez, Rinaldi tuvo que escaparse a escondidas sin decírselo a nadie, de acuerdo con la versión que ofreció a la justicia.
Ese día Alejandra desapareció. Su cadáver fue hallado una semana después, sin rastros del embarazo, por lo que resulta imposible saber de quién era el bebé que llevaba en el vientre desde hacía siete meses y tres semanas.

   
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