Domingo 14 de julio de 2002

 

Estrellas conocidas son héroes diferentes

 

Bigelow prueba la aventura con "K-19: The Widowmaker"

  NUEVA YORK (dpa).- Se necesita algo más que agallas y determinación para dirigir un elenco de primeras figuras masculinas, como Harrison Ford y Liam Neeson, en un claustrofóbico submarino. Pero para la cineasta Kathryn Bigelow, su nueva película "K-19: The Widowmaker", fue una de las aventuras más excitantes de su carrera.
"Me gusta ser fuerte. Me gusta correr riesgos", dijo la directora de cine, quien en el pasado estuvo casada con el cineasta James Cameron, famoso por sus películas cargadas de testosterona, como la serie "Terminator" que protagonizada por Arnold Schwarzenegger.
A pesar de sus 20 años de experiencia en el negocio cinematográfico, Bigelow se juega de alguna forma su carrera con este costoso filme -Ford cobró 25 millones de dólares por su trabajo en "K-19"-.
En la cinta, que será estrenada el próximo 19 en los Estados Unidos, Ford interpreta al comandante de un submarino nuclear ruso durante la Guerra Fría, que recibe órdenes de preparar la nave y realizar una serie de patrullas en el mar.
Sin embargo, una serie de problemas mecánicos surgen en el submarino, que no sólo ponen en peligro las vidas de todos sus tripulantes, sino también podría ocasionar el inicio de una guerra nuclear entre potencias.
El comandante ruso debe elegir entre obedecer las órdenes del Kremlin o salvar las vidas de sus hombres.
Bigelow, de 50 años y amante de los deportes de alto riesgo, se especializa en películas con temáticas más bien masculinas, cargas de acción y normalmente con finales en los que la muerte es la única salida. Algunos de sus trabajos incluyen "The Loveless", con Willem Dafoe y "Point Break", protagonizada por Patrick Swayze y Keanu Reeves. Incluso en sus películas más bien románticas -"Blue Steel", con Jamie Lee Curtis-, el final está relacionado a la muerte.
"Me gusta la intensidad. El cine es un género que ofrece una gran oportunidad para explorar los extremos de las cosas", indicó la cineasta en una entrevista reciente.
La pregunta que todos se hacen es cómo una mujer llegó a estar a cargo de una de las películas más costosas de la actual temporada cinematográfica, con estrellas de la talla de Ford. La respuesta es simple. "Tenía un contrato con una productora llamada Working Title y decidí comenzar a trabajar sobre la historia del submarino con ellos", afirmó la directora.
La trama de "K-19" está basada en un episodio verídico, ocurrido en 1961. La directora se había enterado del incidente durante una entrevista con los editores de la revista "National Geographic".
La historia del filme representa uno de los capítulos oscuros de la Guerra Fría, cuando fue descubierta la falla en uno de los reactores del submarino ruso. Era obvio que el reactor explotaría en un lapso de horas, ocasionando una explosión nuclear de 1,4 megatones. Una respuesta estadounidense hubiese llevado a una guerra atómica.
Los tripulantes rusos sabían que se enfrentaban a la muerte y ocho de ellos decidieron ingresar a la cámara de radiación para activar el sistema de enfriamiento. Estas personas murieron, pero sus muertes salvaron al resto del mundo.
La cineasta siempre ha tenido una tendencia hacia los personajes de "chicos malos". En "K-19", sus tripulantes no sólo son odiados por los estadounidenses, sino que también son considerados parias por sus mismos compatriotas.
   
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