Domingo 30 de junio de 2002 | ||
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Ayudan a los abuelos para que no salgan de casa |
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Son jefas de hogar del programa Acompañantes de Ancianos. |
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CIPOLLETTI (AC).- María Antío tiene 72 años y vive desde hace 40 en el barrio Puente de Madera en una casita que se llueve por todos lados. Hace siete años enviudó y quedó sola, sin jubilación, obra social ni posibilidades de trabajar. "Ella me viene a visitar, a veces me trae la bolsita porque yo no la puedo ir a buscar. Me ayuda porque estoy sola", dice María. Ella, es Gabriela Prada, una mujer de 32 años que junto a su compañera Yanet Silva visitan en la semana a 23 abuelos de Puente de Madera, Puente 83 y Tres Luces, tres barrios semirrurales ubicados al este de Cipolletti. Gabriela y Yanet son sólo dos de las 29 mujeres cipoleñas que trabajan en el programa de Acompañantes de Ancianos, un plan ideado por la comuna local para atender a 257 abuelos desprotegidos de la ciudad. Todas las acompañantes fueron capacitadas y reciben un sueldo del plan nacional jefas de hogar. "Nunca pensé que iba a hacer esto y la verdad es que aprendés mucho, sobre todo a darte cuenta de que hay gente que necesita más que vos", dice Gabriela. Con esta actividad puede mantener a sus tres hijos. -¿Pensás que puede ser una salida laboral? -Creo que sí. -respondió convencida. Otras ya lo pusieron en práctica y están trabajando en forma particular. Primero, tuvieron que capacitarse como cuidadoras de ancianos, "que es distinto", según se encargan de remarcar quienes se especializaron. "La acompañante de ancianos tiene un rol más social", dicen. Se dedica a acompañar a los abuelos para que puedan hacer sus trámites, les acercan la bolsa con alimentos provista por acción social, y los visitan sobre todo para ver qué necesitan y darles compañía. El proyecto menciona: "trabajan con personas autoválidas o semi-dependientes y el trabajo está vinculado con el abordaje desde el servicio social". Los cuidadores "brindan un servicio personalizado, a personas dependientes, y el trabajo está vinculado con la tarea médica". El programa Acompañante de Ancianos tiene por objetivo facilitar la atención de los abuelos en sus propios hogares para evitar que deban ser institucionalizados u hospitalizados. Permite llegar de manera más directa con algunos beneficios sociales, como la bolsa con mercadería. Felisa Meyer, tiene 65 años y también vive sola en Puente de Madera. Como María, sabe perfectamente cuándo van a visitarla. Y espera. "Yo estoy muy agradecida porque me hacen los trámites. Cuando yo no puedo ir van ellas", menciona Felisa. Su mayor alegría es que este mes podría cobrar por primera vez la jubilación que espera desde hace ocho años, cuando falleció su marido. Las acompañantes lograron agilizar el trámite demorado desde hace varios años. Elba Esparsa (82) vive en el barrio Godoy, cerca del Centro de la Tercera Edad (CITE) y es conocida como "la abuela de los gatos". Tiene nada menos que 12 felinos. "Por los gatos" a ella no le gusta que la visiten en su casa, pero Mabel y Miriam, entran, y la acompañan adonde ella necesite ir: a la farmacia, a hacer compras o realizar algún trámite. "Necesito que me acompañen porque me está fallando la vista", dice la abuela que desde hace veinte años vive sola. "Hacerse necesitar y querer" Está sola, sin gas y entre paredes que se caen a pedazos Foto: María Antío tiene 72 años y vive sola en su precaria casa del barrio Puente de Madera. Las acompañantes la visitan cada semana. |
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