Lunes 3 de junio de 2002

 

Invap quedó en la mira de entidades ambientales

 

Greenpeace cuestiona a la firma rionegrina.Procuran impedir que el Congreso avale acuerdo.

  Organizaciones ambientalistas han intensificado en estos meses su campaña en procura de lograr que los Diputados rechacen respaldar un acuerdo nuclear con Australia que contempla la construcción, en aquel país, de un reactor nuclear de investigación y para fines medicinales.
La obra fue adjudicada, en licitación internacional, a la empresa rionegrina Invap, con sede en Bariloche y los trabajos civiles ya han comenzado a desarrollarse. El contrato, por 180 millones de dólares, representa la mayor exportación de tecnología de la historia argentina e incluye la construcción de la planta en la localidad australiana de Lucas Heights y el desarrollo científico correspondiente para el funcionamiento del reactor.
Para avalar su oposición al proyecto, la filial argentina de Greenpeace ha dado a conocer hace un tiempo un informe sobre la firma rionegrina en los más duros términos. En el trabajo, que ha sido distribuido en los principales medios periodísticos nacionales, se avanza críticamente no sólo sobre el proyecto en cuestión, sino también sobre el origen de la firma, su financiamiento y hasta en el cuestionamiento de la real eficiencia de sus desarrollos tecnológicos.
Las objeciones al proyecto y protestas de las entidades ambientalistas han recibido cobertura periodística en medios gráficos y por televisión. No ha ocurrido lo mismo con la opinión y argumentos de los responsables de la empresa Invap.
En la creencia de que los ciudadanos deben contar con la información más completa e imparcial posible, "Río Negro" quiere brindar aquí una síntesis del mencionado informe y, en contraste, la versión de Invap que defiende su proyecto, tanto desde el punto de vista científico como legal.

Dos visiones muy distintas

"Este informe procura llamar la atención sobre la empresa que ha recibido durante muchos años un trato privilegiado del estado argentino y que ha incurrido en una serie de desatinos y ha emprendido riesgosas operaciones que no sólo generaron enormes gastos públicos, sino también una serie de conflictos nacionales e internacionales de magnitud". La afirmación, impresa en mayúsculas sobre fondo amarillo, corresponde a la organización internacional ambientalista Greenpeace y esta referida a la empresa rionegrina Invap S.E.
Greenpeace asegura ser "una organización independiente de todo poder económico y político" y dice revelar "una historia que la industria nuclear quiere ocultar". Para ello editó y distribuyó un informe, de 58 páginas, que tiene por objetivo "informar a quienes deben adoptar decisiones en el ámbito político" en especial a los legisladores que deberían aprobar el contrato con Australia, por el cual Invap construye un reactor nuclear en Oceanía.
Con respecto al "Informe de Greenpeace sobre INVAP" desde la empresa informaron que se trata de un esbozo de la presuntamente negra historia de la firma. "No hemos realizado un análisis detallado de este documento, pero una lectura somera del mismo permite llegar a la conclusión de que se trata de un eslabón más en la violenta campaña que dicha multinacional antinuclear ha desatado contra nuestra empresa, campaña que va mucho más alla de lo anunciado y se propone destruir totalmente, no sólo al INVAP empresa y el contrato con Australia, sino la posición destacada que la Argentina alcanzó en el desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos a nivel mundial", afirmaron.
Según Invap "el ámbito tecnológico es uno de los pocos en los cuales la Argentina -por intermedio de la empresa rionegrina y el apoyo de la CNEA- ha logrado un nivel de competitividad internacional".
"El texto de Greenpeace no hace más que seguir la conocida técnica de desinformación que consiste en mezclar algunos hechos verdaderos con semiverdades, citas sacadas de contexto, interpretaciones capciosas y malintencionadas de diversos hechos y palabras, juicios de intención y mentiras. El resultado es una mala novela de terror que pretende ser la historia oficial de nuestra empresa", afirmó Tomás Buch, uno de los científicos. Desde la empresa se preguntan "por que Greenpeace no toma posición ante la explotación de los bosques fueguinos por la empresa Trillium, que quiere hacer chips de ellos. Un caso de amenaza muy real contra las reservas ecológicas del país parece que no les interesa tanto como alimentar el miedo a una amenaza enteramente ficticia y disparatada como son los `basureros nucleares` en Ezeiza". (AB)

Defensa hecha por Australia

La semana pasada, el Congreso de Australia ratificó el convenio de cooperación nuclear con la Argentina y Francia confirmó que seguirá tratando los combustibles nucleares gastados de los reactores australianos. Los anuncios fueron realizados por la embajadora de Australia en Argentina, Sharym Minahan, al hablar recientemente ante la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.
Minahan habló ante esa comisión que en los próximos días deberá votar un dictamen para recomendar o no, la ratificación de ese convenio clave con Australia. El año pasado, el Senado lo había aprobado pero la oposición de Greenpeace logró demorar su análisis en la cámara alta.
El convenio respalda la construcción del reactor nuclear de investigaciones que la empresa Invap ya está construyendo en Australia (donde se iniciaron las obras civiles) y Argentina (donde tienen lugar los trabajos científicos). El contrato, por 180 millones de dólares, representa la mayor exportación de tecnología de la historia argentina.
La embajadora de Australia explicó que "la posibilidad del eventual envío de combustibles gastados del reactor para su acondicionamiento en la Argentina representa una alternativa secundaria. Es sólo para el caso hipotético de que por alguna razón el contrato que tenemos actualmente con la empresa francesa COGEMA fuera interrumpido. Además, el gobierno de Francia nos informó que no hay ninguna razón para que el servicio que nos presta COGEMA (para el viejo reactor inglés que será dado de baja y para el futuro argentino) sea interrumpido".
El reactor que se construye comenzaría a funcionar en el año 2005 y dejaría combustible gastado dentro de 15 años. Por su pequeño tamaño, gastará barras de combustible equivalente a 2 barriles de 200 litros por año. La embajadora aclaró que "está perfectamente claro que todo el combustible gastado y los desechos que pudieran resultar del procesamiento serán devueltos a Australia para su almacenamiento definitivo. De ninguna manera se dejarían en la Argentina. Y más aún, cabe subrayar que el texto del tratado no obliga a la Argentina a tratar el combustible gastado sino asegurar que se haga, lo cual puede hacerse en un tercer país". (AB)

Otros aspectos del informe

El informe de Geenpeace procura demostrar una compleja y poderosa trama de intereses entre distintos sectores políticos en relación con la cuestión nuclear. En lo inmediato, busca destruir el contrato con Australia.
La empresa Investigaciones Aplicadas Sociedad del Estado (Invap S.E.) se conformó en setiembre de 1976, durante la dictadura militar, como una empresa propiedad de la provincia de Río Negro, ligada a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
El informe sintetiza los principales aspectos de la evolución nuclear argentina durante la democracia y en especial el "concepto del reactor CAREM", presentado en marzo de 1984. "Este reactor se buscaba vender a países que no poseían energía nuclear. Al ser pequeño, suponían, generaría poca resistencia social y además INVAP especulaba con otro atractivo: venderlo con el servicio de tratamiento de los residuos nucleares en Argentina", sostienen. Asimismo, resume los principales negocios internacionales de INVAP, con Perú, Turquía, Argelia, Irán, Siria, entre otros, los cuales según Greenpeace terminaron con más pena que gloria.
La compleja trama de vínculos y negocios nucleares logra un "blanqueo" al desmantelarse el proyecto del misil Cóndor y al haberse suspendido las ventas nucleares de INVAP a países como Siria e Irán. Entonces, Estados Unidos colabora para que INVAP sea ganador en la licitación de un reactor de investigación en Egipto.
Durante 1994 la Argentina se convirtió en miembro pleno del Tratado de Tlatelolco y en 1995 del Tratado de No Proliferación, completando así un cambio sustancial en su relación internacional en materia nuclear. Este nuevo contexto obligó a INVAP a comenzar a diversificar sus negocios, aunque el área nuclear seguirá siendo su actividad principal. De esta manera, en junio del 2000, ganó la licitación internacional para construir un reactor en Australia. Una de las cláusulas del contrato prevé que Argentina deberá garantizar el tratamiento posterior de los combustibles gastados. Greenpeace sostiene que esto podría llegar a hacerse en la Argentina y que está prohibido en el artículo 41 de la Constitución Nacional. Pero, la CNEA e Invap dicen que esto no es así. (AB)

foto: El reactor Carem, desarrollado por científicos de Invap.

   
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