Martes 4 de junio de 2002

 

Abogada neuquina ayudó a recuperar a un chico

 

El niño fue secuestrado por la dictadura.

  NEUQUEN (AN).- Raquel Gass, una joven abogada neuquina que trabaja en la Procuraduría Penitenciaria de la Nación, tuvo una activa participación en la resolución de uno de los casos de robo de menores más sonado de los últimos tiempos, el del hijo de la uruguaya Sara Méndez, secuestrado con su madre en Buenos Aires en 1976 por la banda de Aníbal Gordon y el coronel uruguayo Nino Gavazzo en el marco del Plan Cóndor y hallado en febrero pasado, 26 años después.
Sara Méndez es en Uruguay como Estela de Carlotto, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, en la Argentina: un emblema de las mujeres que buscan hijos de desaparecidos sustraídos por los represores de la última dictadura. Sólo que en su caso, el chico era su hijo y no su nieto.
A pesar de su infatigable búsqueda durante un cuarto de siglo, el azar quiso que no fuera la propia Sara quien tuviera una participación decisiva en la ubicación de Simón Antonio Gatti Méndez -ese es el nombre de su hijo-.
En esta historia tuvo un papel protagónico Rafael Michelini, un senador uruguayo hijo de Zelmar Michelini, también legislador de ese país asesinado en la Argentina en 1976, y hermano de Margarita Michelini, secuestrada con su esposo en el mismo grupo que Sara Méndez, luego detenida como esta última en cárceles orientales (ver aparte).
Michelini y Raquel Gass, con sólo un dato, proporcionado por un arrepentido uruguayo, revolvieron cielo y tierra, y como en una carrera contra reloj, en cuatro meses dieron con Simón.
En el Uruguay no se juzgó a ningún represor, rige la ley de Caducidad, pero existe un paliativo llamado Comisión por la Verdad que facilita voluntariamente la búsqueda de menores robados.
La contribución casi anónima de Michelini y Gass, contrasta con la actitud del presidente uruguayo, Jorge Batlle, quien no se perdió la oportunidad de hacer el anuncio oficial de la aparición de Simón -algo que conmocionó a su país- asumiendo un protagonismo acaso excesivo en un asunto que le fue ajeno.
El precedente, fue el anuncio hecho por Batlle del hallazgo de la nieta del poeta Juan Gelman.
Con la pista del arrepentido, Michelini pidió ayuda a Gass por su cargo clave en el ministerio de Justicia argentino.
La joven, que es hija del funcionario municipal César Gass y que visita la U-9 de Neuquén periódicamente por su función, habló hace una semana del tema con "Río Negro".
Por la Comisión por la Verdad, los militares uruguayos sólo revelaron que Simón Riquelo -ese era el nombre clandestino de sus padres- fue dejado en el Sanatorio Norte, de Cabildo al 1.200 en Buenos Aires y que ahí le perdieron el rastro.
Se libraron oficios, pero la respuesta fue que en el sanatorio no hay ningún registro de ningún chico que haya entrado en esa fecha.
Michelini volvió a hacer contacto con el arrepentido (conocido sólo como Jorge), y éste como "ultimo dato" lo remitió a una de las comisarías del barrio.
Allí comienza la intervención de Gass. "Al principio pensé que era una pavada, pedí la guía protocolar del "76 y no había archivos en el Círculo de Oficiales, por eso tuve que revisar entre los retirados. Empecé en noviembre y los datos los conseguí recién el 15 de febrero".
Gass tropezó con el pacto de silencio entre policías. Ni siquiera le querían informar quiénes habían sido las autoridades de aquella comisaría en el "76, el momento más álgido de la represión ilegal.
Finalmente, de manera casi casual, un oficial en actividad accedió a darle los datos que buscaba: los nombres de un comisario y tres subcomisarios.
Uno de ellos había muerto, sólo había que buscar entre tres restantes.

"No busque más"

El primero de los retirados contactados aceptó una cita en un café con Michelini y Gass pero aclaró que no iba a decir nada que comprometiera a la "institución". -Mi abuelo, mi padre, yo y todos en mi familia somos policías. -aclaró.
Gass recuerda que "el tipo estaba nervioso, lo que no es de extrañar porque el robo de menores es un delito que no prescribe".
Y refirió que después de romper el hielo, Michelini le dijo al policía: "Estoy buscando un chico que dejaron en el Sanatorio Norte el 13 de julio de 1976...".
Según Gass, el ex comisario se quedó callado un rato y luego dijo: -Conozco el hecho. Era la noche más fría de 1976.
A las 4 de la mañana yo estaba en mi casa, había prendido la radio y empezaba a ducharme. Sonó el teléfono, me informaron que había un chico abandonado en la vereda del Sanatorio Norte. Al chico lo tengo yo, senador, no busque más".
Contó que Simón tiene casi 26 años, y que se está por casar. Una semana después la familia del comisario le reveló al muchacho que es adoptado y que la madre lo estaba buscando.
Simón, cuyo nombre y apellido actuales no fueron revelados, se entrevistó con Michelini y Gass, y aceptó hacerse el análisis de ADN.
Cuando terminaron de hablar Michelini le preguntó: -¿Te animás a hablar con Sara Méndez? -Le pasó el celular y Simón habló con su madre biológica por primera vez.
-Yo creo -le dijo- que soy la persona que estás buscando, me voy a hacer el análisis de ADN y si da positivo te voy a integrar a mi vida.
Gass refiere que el 8 de marzo se hizo el análisis y al viernes siguiente se confirmó: es el hijo de Sara Méndez.

"Esta guerra no es contra los niños"

A Sara Méndez la secuestraron con otros 27 uruguayos en el marco del segundo gran operativo del Plan Cóndor, el 13 julio del "76. Estaban ella y el chico pero no el padre, Mauricio Gatti, que logró salir del país y refugiarse en Europa.
La sacaron de su domicilio en Juana Azurduy al 3.100, del barrio porteño de Belgrano y la separaron de su hijo. "No te preocupes, esta guerra no es contra los niños", le dijo el coronel Nino Gavazzo, jefe del operativo, antes de arrancarle al chico de sus brazos.
De Automotores Orletti, donde estuvo secuestrada un mes, a Sara la trasladaron a Uruguay. Pasó cuatro meses detenida ilegalmente en la secretaría de Inteligencia y Defensa de Montevideo. Le hicieron un juicio militar y pasó cinco años presa.
En el mismo operativo también se habían llevado a la hermana de Rafael Michelini, Margarita y a su marido, a quienes les sacaron un hijo de dos años que quedó en manos de un vecino. Margarita y su esposo corrieron la misma suerte de Méndez, pero su hijo fue recuperado cuatro meses después.
Sara no tuvo esa fortuna. Cuando salió en libertad fue a la Cruz Roja y a un sinnúmero de lugares para averiguar la suerte de su hijo. No se cansó de golpear puertas, pero nunca lo pudo hallar.
Sara y Mauricio Gatti pasaron 16 años convencidos de que su hijo podía ser Gerardo Vázquez, un roquero uruguayo que nunca accedió a un análisis de ADN.
Como en el Uruguay la justicia no puede obligar a nadie a hacerse un análisis de ADN, cuando asumió Jorge Batlle la presidencia Michelini lo convenció de que la única posibilidad era que él mismo hablara con Vázquez y lo convenciera como un gesto personal. El muchacho accedió. Pero el resultado fue negativo. Gatti murió de muerte natural en el "95 sin saber que Vázquez no era su hijo. (AN)

Foto: Gass participó en la búsqueda por su cargo clave en la Procuradoría Penitenciaria de la Nación.

   
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