Europa "suaviza" el plan para limitar la inmigración
España y sus socios alemanes y británicos encontraron dura oposición de Suecia y Francia a la idea de sancionar a los países que no frenen la emigración de su gente. Más controles.
No obstante, para demostrar que están adoptando una política más fuerte a fin de disminuir el flujo de inmigrantes ilegales, estimado en medio millón cada año, los líderes de la UE -donde residen 370 millones de personas- aprobaron un plan de acción para luchar contra la inmigración.
El plan contempla el fortalecimiento de los controles fronterizos, establecer pautas para adoptar una política común de asilo político y acelerar la expulsión de los inmigrantes rechazados. Los líderes europeos, alarmados por el respaldo popular a los partidos derechistas opuestos a la inmigración, acordaron también "estimular" a terceros países para lograr su cooperación, y no sancionarlos como impulsaban Alemania, Gran Bretaña y España.
"Debemos incitar, convencer y cooperar en vez de sancionar. No podríamos aceptar el principio de una condicionalidad de la ayuda. Nos oponemos a cualquier sanción sobre la ayuda o sobre los acuerdos de asociación", declaró el presidente francés, Jacques Chirac.
El primer ministro sueco, Goeran Persson, declaró por su parte que "relacionar estas dos cosas dañaría la reputación de toda la Unión Europea y sería contraproducente". "Las sanciones económicas nunca van a funcionar. Es una propuesta estúpida", añadió.
Francia y Suecia no están solas en tal posición, pues junto a ellas se alinean Bélgica, Luxemburgo y Portugal, según la portavoz de Chirac.
También el rey Juan Carlos intervino anoche para pedir a los Quince que hagan "un esfuerzo de gran magnitud" y utilicen "la imaginación" para garantizar los derechos de los inmigrantes, favorecer su integración y "combatir la explotación y el tráfico de seres humanos".
Juan Carlos hizo este llamamiento en la cena que el soberano ofreció a los líderes europeos en el Palacio sevillano de San Telmo, con ocasión de la cumbre semestral de la Unión Europea (UE), que estos seis meses estuvo presidida por España.
La postura de Francia y Suecia llevó a la presidencia española de la UE a proponer un texto que discutían los jefes de Estado y de gobierno en el que se dice que "en todo futuro acuerdo de cooperación, acuerdo de asociación o acuerdo equivalente que la Unión Europea concluirá con cualquier país, se inserte una cláusula sobre la gestión conjunta de flujos migratorios".
Esta cláusula incluirá la readmisión de los ciudadanos de estos países "presentes ilegalmente en un Estado miembro (de la UE), así como también, y en las mismas condiciones, la readmisión de ciudadanos de terceros países cuyo tránsito por el país en cuestión puede ser establecido", señala el documento. La UE ofrecería ayuda financiera y técnica para ello, pero podría "proceder a una evaluación sistemática de las relaciones con los terceros países que no cooperen en todos los ámbitos pertinentes". Los Quince decidirían por unanimidad si un país no ha cooperado injustificadamente, pero "sin poner en cuestión la cooperación al desarrollo", según el proyecto.
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación
