Violentas protestas contra las privatizaciones en Perú
Las violentas protestas contra la privatización de empresas de energía se extendió por el sur del Perú. Pese a que el gobierno logró calmar los disturbios en Arequipa con la declaración del estado de emergencia y la militarización de la ciudad, los vecinos se hicieron sentir con un cacerolazo. En tanto, el malestar se extendió a Tacna, donde también hubo revueltas.
La protesta apunta fundamentalmente contra la privatización de dos empresas de energía eléctrica del sur, Egasa y Egesur y dejaron un saldo de un muerto, 96 heridos y 100 millones de dólares en pérdidas materiales.
Cientos de peruanos salieron a las calles en Tacna y destrozaron puertas, ventanas y mobiliario de locales públicos y privados, mientras en la cercana Arequipa, al estilo de las protestas de Argentina, desafiaron el estado de excepción con "cacerolazos" contra las privatizaciones energéticas que impulsa el gobierno.
"Han saqueado locales públicos, la situación es bastante preocupante, la gente se está levantando y están en camino al aeropuerto para tomarlo", dijo el alcalde tacneño, Luis Torres, quien se encuentra en la ciudad capital, Lima.
Los manifestantes destruyeron locales públicos y quemaron cabinas telefónicas en varias calles de la ciudad, ubicada a unos 1.300 kilómetros al sur de Lima. Además encendieron neumáticos y bloquearon los accesos a la ciudad con grandes piedras y troncos en varios tramos de la carretera Panamericana Sur, dijeron fuentes de prensa regionales.
"Hago un llamado al presidente Alejandro Toledo para que revise la decisión de privatizar las empresas Egasa y Egesur", dijo Torres.
Los manifestantes de Tacna -entre 3.000 y 4.000 personas- apedrearon ayer la mayoría de locales públicos del centro de la ciudad, como las sedes de la estatal Radio Televisión Peruana (RTP), de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) y de la Municipalidad provincial. La movilización fue dispuesta por el Frente Patriótico de Tacna, que reúne a sindicatos y organizaciones de base de la ciudad, en solidardad con Arequipa, que desde la tarde del domingo está bajo el control de la ciudad a un Comando Político-Militar.
La policía redobló la vigilancia en el aeropuerto de Tacna ante versiones de que decenas de manifestantes marchaban hacia el lugar para tomarlo, como sucedió en Arequipa durante el fin de semana.
En el centro de la ciudad diversos colegios estatales y privados suspendieron las clases, mientras que los mercados optaron por cerrar sus puertas ante posibles saqueos.
Mientras en la cercana Arequipa, al estilo de las protestas de Argentina, los manifestantes desafiaron el estado de excepción con "cacerolazos" y pugnaron por llegar a la plaza principal de la ciudad pese al severo control militar ordenado por el gobierno.
Las protestas en esta ciudad contra la privatización de dos empresas eléctricas del sur comenzaron el sábado y obligaron al gobierno a declarar allí el estado de emergencia y el toque de queda nocturno . Hasta el momento dejaron un saldo de un muerto y cien heridos. La víctima fatal , la primera que se registra luego de tres días consecutivos de manifestaciones, era un joven que recibió el impacto de una granada de gas lacrimógeno en la cabeza durante los enfrentamientos entre manifestantes y la policía.
El presidente peruano, Alejandro Toledo, convocó ayer a la población de la ciudad de Arequipa a que mantenga la calma, pero advirtió que no tolerará la ruptura del estado de derecho. Además, Toledo defendió su decisión de decretar el estado de emergencia por 30 días para que las fuerzas armadas restablezcan el orden .
Esclavo de sus promesas electorales
El presidente del Perú, Alejandro Toledo, sufrió esta semana su primera gran crisis política en Arequipa, que le reclama haber mentido sobre la privatización de dos empresas de energía, que ha derivado en la declaratoria de emergencia en esa urbe andina.
A pesar de que Toledo aseguró durante su campaña electoral en los años 2000 y 2001 que no privatizaría las empresas de servicios públicos, el viernes pasado el gobierno concretó la venta de las empresas generadoras de electricidad Egasa y Egesur por 167 millones de dólares a la compañía belga Tractebel.
Las firmas privatizadas alimentan de energía eléctrica a toda la región sur del país y, ante el anuncio, sus autoridades convocaron a un paro laboral desde el jueves pasado, un día antes de la subasta pública.
El alcalde de Arequipa, Juan Manuel Guillén, antiguo aliado de Toledo en las jornadas contra el gobierno autoritario de Alberto Fujimori, guardó un compromiso firmado por el ex candidato de que las "joyas" de la región no serían vendidas por el consiguiente temor a un alza en las tarifas y el despido de cientos de trabajadores.
Sin embargo, una vez en el sillón presidencial, Toledo admitió que las empresas engrosarían el listado de candidatas al proceso de privatización, animado por su ministro de Economía, Pedro Kuczynski.
Los críticos a la privatización aseguran que ésta sólo busca recursos para cumplir con el pago puntual de la deuda externa ante la caída de la recaudación de impuestos.
Líderes de la oposición le han enrostrado a Toledo que no haya sido capaz de reconocer que se equivocó en las promesas electorales y que no haya comunicado a la población los beneficios que traería la privatización para obras de infraestructura.
Sólo en Arequipa, la venta de esas firmas garantizaría una inversión de 85 millones de dólares en obras públicas y otros 90 millones de inversiones derivadas de la privatización.
Las movilizaciones y destrozos de locales públicos se extendieron a Tacna y en la andina ciudad del Cusco, sus autoridades han amenazado con boicotear un eventual arribo de autoridades del gobierno central.
El mandatario peruano ha caído en su popularidad al 21 %, en 10 meses en el gobierno, con un insistente reclamo popular de que remueva a ministros de Estado, sobre todo a Kuczynski.
Menos inversión en Latinoamérica
Santiago de Chile (Télam-SNI) - La inversión extranjera directa hacia Latinoamérica y el Caribe disminuyó en 2001 por segundo año consecutivo, como consecuencia de la crisis argentina y la desaceleración de las economías a nivel mundial, de acuerdo con un informe de la CEPAL difundido ayer en la capital chilena.
A partir de este escenario, la CEPAL redujo la estimación de crecimiento proyectada para Latinoamérica en 2002, ubicándola en un 0 por ciento, es decir, que no espera un incremento para este año.
El informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dependiente de las Naciones Unidas, estimó que en los últimos dos años los flujos de inversión extranjera directa hacia América Latina y el Caribe disminuyeron un 23 por ciento (unos 25.000 millones de dólares), y en 2001 totalizaron 80.000 millones de dólares, En 1999 habían alcanzado los 105.000 millones de dólares, y en 2000 bajaron a 88.000 millones.
Según el informe de la CEPAL, esta caída se produce principalmente por la recesión que afecta desde hace cuatro años a la Argentina, uno de los países que históricamente concentró la mayor atracción de las inversiones directas en la región.
Argentina disminuyó sus entradas de inversión extranjera directa de 11.655 millones de dólares en el 2000, a 3.181 millones en 2001.
Por otra parte, la inestabilidad registrada en países como Venezuela y el adverso contexto económico internacional, con una recesión más prolongada de lo previsto en último Consejo Directivo no se trató el tema hay dirigentes que insisten en que "es hora de hablar de unidad".
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