Preocupan "superpoderes" que adquiere el FBI
La vigilancia casi sin restricciones afectaría las libertades civiles.
Pero la medida llenó de preocupación a los defensores de las libertades civiles, que temen que bajo el temor a los ataques terroristas del 11 de septiembre se comiencen a afectar los derechos de expresión y religión. (ver aparte)
El fiscal general John Ashcroft y el director del FBI Robert Mueller anunciaron la entrada en vigor del plan , luego de madurarlo durante los meses siguientes al atentado y tras la bendición del presidente George W. Bush.
El principal aspecto de la reforma es que por primera vez en la historia del FBI un servicio de inteligencia operará en forma autónoma a su interior. Este servicio ("Office of Intelligence") será dirigido por un ex agente de la CIA, y tiene similitudes con el servicio secreto israelí (Shin Beth).
Concretamente, el FBI dispone de libertad para vigilar reuniones políticas, oficios religiosos o diálogos en los foros de discusión de internet.
Agentes equipados con tecnología modernizada tendrán capacidad de ingreso a bancos de datos informáticos -reservados hasta ahora a los consumidores, empresarios o científicos- a efectos de vigilar el menor indicio de actividades terroristas.
Los agentes federales ya no estarán limitados por el hasta ahora obligatorio requisito de poseer la orden de un juez para poder ingresar a una mezquita, ceremonia religiosa o reunión política, o para intervenir llamadas telefónicas o realizar vigilancia informática.
"Se trata de autorizar a los agentes de campo a tomar más iniciativa, particularmente en materia de prevención, y de ser mejores para recabar información sobre crímenes que aún no fueron cometidos", explicó
La vaguedad en torno a la definición dada por las autoridades de lo que es "actividad terrorista" asombra a los defensores de las libertades individuales, que temen la posibilidad de desbordes. "La mayoría de las personas piensan que una fuerza ejercida arbitraria e ilegalmente para desorganizar al país, su sistema político y su capacidad de tomar decisiones es uno de los principales componentes del terrorismo", explicó el fiscal general, que reconoció que "el terrorismo tiene varias definiciones".
Poco después de la Segunda Guerra Mundial y hasta los años 70s, el FBI se caracterizó por la vigilancia cotidiana de personalidades del mundo político y cultural, en el marco de una "caza de brujas" contra el comunismo llevada adelante por el senador Joseph McCarthy.
En los años 60s los estadounidenses descubrieron que el FBI vigilaba al reverendo Martin Luther King y a movimientos negros radicales como el de las Panteras Negras.
El FBI había infiltrado e intentado neutralizar a estos movimientos desde su interior, lo mismo que a organizaciones opuestas a la guerra de Vietnam o a la política estadounidense en América Central.
"Los estadounidenses han olvidado su historia", opinó Peter Kusnik, historiador de movimientos de libertades individuales.
"Sacrifican su libertad a favor de su seguridad", agregó. (AFP)
Los periodistas desconfían
La reforma del FBI iniciada por el gobierno estadounidense, preocupa seriamente a "Reporteros Sin Fronteras" (RSF), porque puede afectar la confidencialidad de la labor periodística.
Según RSF, la propuesta concede a los agentes a cargo de las investigaciones antirreroristas, todo el poder para escuchar conversaciones telefónicas e interceptar correos electrónicos, y cualquier intercambio de informaciones a través de Internet.
"La emoción provocada por los atentados del 11 de septiembre de 2001, y la legítima voluntad de luchar contra el terrorismo, no deben llevar a la amputación de las libertades colectivas e individuales, ni especialmente a un retroceso de la libertad de expresión", dijo RSF.
La organización defensora de periodistas y de la libertad de prensa, envió una carta al departamento de Justicia. Según la nota "esta reforma cuestiona los principios fundamentales del secreto de las fuentes de los periodistas, y de la confidencialidad de sus informaciones".
Investigación del Congreso llegaría a Bush
La investigación del Congreso sobre las desinteligencias y fallas de las agencias estadounidenses CIA y FBI frente a los atentados cometidos por secuestradores suicidas el 11 de setiembre, podría ir más allá, y hasta puede involucra a la Administración Bush, predicen la prensa y analistas políticos.
La crisis de las agencias de inteligencia estadounidenses quedó al desnudo no sólo en la coparticipación de sus secretos y sospechas, sino en los propios niveles de elaboración y seguimiento de los casos en el seno mismo de cada una de ellas. Lo que para la CIA, que actúa en el exterior para "la defensa de los intereses estadounidenses en el mundo", fue un desliz no trasladar el seguimiento de dos sospechosos a la policÏa federal (FBI) y el servicio migratorio (INS), para el FBI fueron "faltas de recursos", su incapacidad para ampliar el seguimiento de presuntos terroristas.
A este respecto, el Wall Street Journal (WSJ) atribuyó al panel investigador del Congreso que la indagación de los errores de inteligencia del 11 de septiembre que se iniciará esta semana, se extenderá más allá del FBI y de la CIA.
"Un ejemplo es como la información de agosto pasado sobre los potenciales secuestradores fue manipulada y qué se le informó a la agencia federal de Aeronáutica (FAA), así cómo la agencia supo sobre el arresto antes del 11 de septiembre de Zacarías Moussaoui, actualmente acusado de conspirar para los atentados", dijo el WSJ.
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