Lunes 10 de junio de 2002
 

La globalización y la regionalización

 

Por Carlos E. Nicolaus (*)

  El tema de la regionalización ha cobrado actualidad. En este marco, me permito recordar la propuesta elaborada para ser discutida durante la última campaña a elecciones para la renovación de autoridades municipales, con el fin de aplicarla si se lograba un entendimiento por parte de los actores de ese momento en los municipios y la provincia en el período 1999/2003.
Tiene por objetivo el achicamiento de la burocracia estatal, la disminución importante de los cargos políticos, la agilización y unificación de ordenanzas, la mejora en las economías locales, dando mayor bienestar a todos los ciudadanos de la región.
Esta idea se complementa tomando a los municipios de Río Negro y estructurándolos en cinco regiones muy bien definidas:
-Desde Sierra Grande a Conesa, incluyendo pueblos y ciudades intermedias.
-Desde Pomona a Chimpay, incluyendo todos los pueblos y ciudades intermedias.
-Desde Chichinales a Catriel, incluyendo todos los pueblos y ciudades intermedias.
-Desde Jacobacci a Valcheta, incluyendo los pueblos intermedios (Línea Sur).
-Desde Bariloche a El Bolsón, incluyendo todos los pueblos intermedios.
Nuevo rol del Estado municipal: la primera cuestión a tener en cuenta si queremos reformular el Estado es cambiar el modo de pensar, razonar y actuar respecto del que teníamos hace décadas atrás y entender el profundo cambio que se sintetiza con el término de "globalización".
La Argentina no debe estar ajena a la transformación de su organización económica, abierta a los mercados del mundo, con empresas privatizadas, desregulado el mercado, acompañado con una profunda reforma del Estado. Todo ello seguido de un abrupto cambio en el rol que les cabe a los gobernantes, en el caso de los jefes municipales, donde el barrido, la recolección de residuos y el alumbrado público son parte de la función social; debiendo aunar, además, tareas de fomento de las actividades productivas, la seguridad, el desempleo, la salud y las nuevas formas de gestión económica para garantizar la eficiencia del Estado al que hoy le toca gobernar. La nueva gestión de gobierno debería concretar estas políticas, adaptando la legislación para acompañar la transformación con programas con proyección en décadas.
En esta nueva estructura de pensamiento debemos incorporar en el debate la regionalización como elemento fundamental para la resolución de los problemas.
Tomemos como ejemplo: la densidad poblacional de Chichinales a Catriel es de aproximadamente 400.000 habitantes integrados en una región, con problemáticas y búsqueda de soluciones similares.
Podemos mencionar: recolección de residuos y su tratamiento, alumbrado público, caminos rurales (vialidad rural), mantenimiento del parque vial, legislación y centro de datos, estadísticas y censos físico, social y económico, etc.
Reforma económica: el municipio debe contar con recursos genuinos para atender las necesidades sociales. Atención de servicios públicos, obras planificadas anualmente, gastos corrientes y personal. Prestando un mejor servicio se puede pretender mejorar los niveles de recaudación, aspirando a un 80%. Proveer información y relaciones públicas a empresas para radicarse en la zona. Recuperar el cobro de patente automotor e impuestos inmobiliarios para hacerlos más eficientes y luego coparticiparlos con el gobierno provincial. Discutir con la provincia los nuevos niveles de coparticipación en función de sus nuevas responsabilidades.
Transferencias de servicios: privatizaciones: revisar las actuales privatizaciones e incorporar nuevas. Previa capacitación, transferir actividades laborales a los empleados que en la actualidad las cumplen y transformarlas en pequeñas empresas de servicios. Transferir el mantenimiento de plazas, jardines y paseos públicos a vecinos o juntas vecinales e instituciones con la asistencia del municipio.
Estado municipal, actores sociales y participación: el Estado municipal debe ser ágil, dinámico y participativo. Discutir junto con la comunidad las políticas a seguir, siempre en el marco de las organizaciones libres del pueblo, comisiones vecinales, clubes deportivos, colegios de profesionales. Constituir desde la Secretaría de Bienestar Social organizaciones donde estén representados los actores sociales, a los cuales éstos dan respuestas. Ej.: hospital, iglesias, fundaciones, organizaciones internacionales. Revalorizar y darle la importancia que debe tener Defensa Civil. Estimular las organizaciones deportivas y culturales, clubes barriales, grupos folclóricos, nativos y artesanales, centros tradicionalistas y de música moderna. Tener un control y apoyo muy decidido en la Fiesta Nacional de la Manzana y del Estudiante.
Globalización de las comunicaciones: hoy viajar con la comunicación por el mundo en la actividad privada es algo natural y necesario. El Estado municipal no puede estar ajeno, debe tener su página en Internet, para que sea consultada por cualquier ciudadano, con información administrativa de todas las áreas del Ejecutivo y el Legislativo, concursos de precios, licitaciones, balances, estadísticas, etc.
Competitividad local, empleo y dimensión social. Formación de recursos humanos: un jefe comunal debe tener una actitud destacada en la economía regional, colaborar en la creación de pequeñas empresas orientadas a la producción, dotar de un cuerpo técnico municipal para que se interrelacione con la UNC, el INTA e instituciones que colaboren en la formación y seguimiento de proyectos. Alentar a empresarios ofreciéndoles ventajas comparativas para que se radiquen en la zona.
Aprovechar el potencial que nos brindan las aguas del río Negro y el valle de tierras cultivables, transformándolas en productos de comercialización nacional y exportable. Alentar a las empresas a que familiaricen la producción de envasados de productos frescos que produce la zona, la apicultura, cría de conejos, avestruces, salmonicultura, con el sello patagónico, todo ello con un gran impulso y apoyatura municipal en asesoramiento, proyectos, financiación, seguimiento y comercialización. Gestionar en el orden provincial, nacional e internacional financiación de proyectos que nos permita bajar la desocupación y como consecuencia de ello, la desigualdad.
Seguridad, responsabilidad de todos: la seguridad debe ser integral, con normas de convivencia y conductas solidarias. Seguridad en el tránsito, en el peatón, en las veredas rotas, en la edificación, en los productos comestibles, en las normas a cumplir en los locales bailables; en los niños de la calle, en la señalización, en tener activa la defensa civil y bien dotados y distribuidos a los bomberos voluntarios. Garantizar entre todos mejor calidad de vida coordinado con el municipio y éste asumiendo la ejecución y los controles que le competen como célula fundamental en la organización territorial, ejerciendo una interrelación y fluida comunicación con la policía, que cumple un rol preponderante en la seguridad y la prevención del delito.
Regionalización de las políticas municipales: Dadas las características geográficas del Alto Valle, unido linealmente por la ruta nacional 22 y transversalmente por las provinciales 6 y 151, en un extremo está Barda del Medio, en el otro Chichinales. Entre ellos hay pueblos de 10.000 y hasta 100.000 habitantes, que dependen mayoritariamente de la producción frutihortícola. Con una composición social y económica similares; con problemáticas que no nos diferencian unos a otros y un marco potencial de desarrollo incomparable.
Esta similitud nos hace pensar que se pueden intentar políticas comunes que nos lleven a resolver problemas comunes. Generando un concepto solidario, fundamentalmente, con los municipios más pequeños y de más escasos recursos e infraestructura. Incorporando en esta unidad de región la ciudad de Catriel, que tiene algunas variantes pero se asimila a este concepto.
La mejor alternativa de política pública municipal comprende: programación, incorporación de nuevas tecnologías de gestión, descentralización y participación activa de las organizaciones de la comunidad, fomento al desarrollo de las actividades económicas, desarrollo de políticas de aglomeración entre los municipios, etc. Unirnos en la necesidad de autoprotección despejando los individualismos, sin persistir en una tarea egoísta y solitaria frente a los angustiantes problemas a resolver en las diferentes áreas como: desocupación, seguridad, marginación, prostitución y los indelegables tareas que debe resolver un gobernante: acción social, obras públicas, servicios, finanzas. Todo esto obliga a repensar las formas de dar soluciones.

(*) Ex intendente de General Roca
     
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación