Sábado 29 de junio de 2002

 

Piden nueve años de prisión para el empresario Gilio

 

Para el fiscal está probada la corrupción hacia niña de 12 años. Para la madre de la menor solicitó una condena de 10 años de cárcel. El defensor Pandolfi le aconsejó al fiscal que "vuelva a la facultad".

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El fiscal de Cámara Enrique Sánchez Gavier, pidió ayer 9 años de prisión para el empresario local Juan Gilio, al considerarlo responsable de corromper sexualmente a una menor de 12 años. Para la madre de la niña solicitó 10 años por promoverla a la prostitución.
Además, Sánchez Gavier acusó a Gilio por cinco hechos y no por tres que eran los contenidos en la requisitoria fiscal ya que, de la declaración de la víctima ante el Tribunal, la misma mencionó otros dos casos.
Asimismo el fiscal solicitó que se investigue la corrupción y abuso sexual de la menor desde que ésta tenía ocho años, ya que la niña afirmó ante los jueces que otros adultos habían mantenido algún tipo de contacto sexual con ella desde esa edad, por lo que su madre afronta ahora once denuncias por el mismo delito.
Sumando una serie de indicios que se desprendieron de las declaraciones de varios testigos, y con el testimonio irrebatible de la menor que mantuvo su acusación durante el año y medio de proceso, el fiscal de cámara fue contundente al momento de su alegato. No sólo acusó a los dos imputados por los hechos denunciados sino que, además, sumó más elementos a la causa y amplió la acusación de la requisitoria.
Por su parte el equipo de abogados del empresario, encabezado por Oscar Pandolfi, pidió la absolución para su cliente, centralizando su alegato en el intento de desacreditar a la niña. Además Pandolfi calificó de "fiscal inquisidor" a Sánchez Gavier por la solicitud de ampliación y lo instó a "volver a la facultad".
Por su parte Alejandro Pschunder, defensor de la madre de la víctima, también utilizó una estrategia similar a la de su colega y realizó el mismo pedido de absolución.
Más allá de lo aberrante del delito denunciado y de la repercusión que tuvo en la sociedad local, el caso dejó al desnudo la desprotección de las víctimas en este tipo de juicios. La niña debió declarar reiteradas veces en el transcurso del proceso y fue sometida a una larga serie de test psicológicos para comprobar "si decía la verdad". Su último testimonio duró casi 4 horas y estuvo frente a cerca de 15 hombres de Derecho que la bombardearon a preguntas y que terminaron con la menor, inmersa en una crisis de llanto.
En el 90 por ciento de los casos de delitos sexuales, la denuncia de la víctima ha sido suficiente para llegar a una sentencia condenatoria. Además la Justicia se ha preocupado siempre por cuidar a la víctima de situaciones traumáticas, pero esto no ocurrió en esta causa. Tanto es así que se podría asegurar que este proceso terminó siendo casi tan violento como el delito denunciado.
El ex integrante de la Cámara Primera del Crimen de Bariloche, el juez Carlos Rozanski presentó un proyecto en el año "98 para modificar la legislación vigente en cuanto a que los niños abusados sexualmente no declaren ante los tribunales y sólo lo hagan en la etapa de instrucción con todas las medidas necesarias para evitarle un daño moral.
En esa oportunidad Rozanski sostuvo que "considero que llevar un chico ante tres jueces, un fiscal y un defensor para que cuente qué le pasó es una locura y un acto absolutamente demencial" al tiempo que sostuvo que "los jueces no hemos estudiado psicología y el ámbito de los tribunales no es el apropiado para esto".
   
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